El intendente de Esquel Rafael Williams, en una improvisada rueda de prensa dada el pasado 1 de mayo durante un acto en el que se festejaba el Día del Trabajador, mantuvo un interesante contrapunto de opiniones con un periodista local, claramente identificado con el grupo de autoconvocados anti-mineros de la ciudad, a quien el jefe del ejecutivo municipal, le sugirió que abandone el ejercicio de la labor periodística y se integre definitivamente al movimiento autoconvocado.
La sugerencia del intendente Williams, llegó tarde, dado que el periodista en cuestión suele participar de las expresiones callejeras anti-mineras integrando la murga que habitualmente marca el ritmo batiendo el parche con tambores o redoblantes durante las marchas o escraches que el grupo autoconvocado suele realizar en contra de personas, empresas o instituciones que opinando distinto, prefieren no adherir al movimiento anti-minero de Esquel, tal como sucedió durante el pasado mes de abril, en un escrache en contra de la hostería local El Coirón, acusada de hospedar a empleados de distintas empresas mineras que habitualmente suelen pernoctar en Esquel para luego trasladarse hacia el interior de la meseta chubutense.
EL ENTREDICHO
El contrapunto se generó, cuando finalizado el acto oficial en conmemoración del Día del Trabajador, el intendente Williams fue abordado por la prensa de esa ciudad cordillerana respecto a distintos temas de la cotidianeidad esquelense. Fue entonces cuando el periodista en cuestión, Federico Ovidi intervino con su pregunta, “Minas Argentinas quiere habilitar un local en la ciudad de Esquel; quería saber si el municipio le va a dar la habilitación; si (usted) está al tanto de este trámite”.
La contestación del Intendente fue, “¿Qué dice la Constitución Nacional?. Te pregunto yo a vos. Todo ciudadano tiene el derecho a ejercer el libre comercio y actividades lícitas dentro de la sociedad argentina. Bueno…ellos también la tienen”. Sobre la marcha, el periodista enrolado en las filas de la anti-minería local repreguntó, “es una actividad que está permitida acá…?” a lo que el intendente Williams afirmó: “en la Argentina sí. En la Constitución. Anda a discutir a Tribunales vos con un juez y a ver que te dice: si tenés razón vos o tengo razón yo”. El titular del Poder Ejecutivo Municipal aclaró entonces que, “si viene (la empresa Minas Argentinas) y corresponde porque el local tiene todo lo que exige el Código de Edificación, ¿porque no (habilitarlo)?. ¿O la actividad minera está prohibida en Chubut?.
No quedó allí el dialogo entre periodista y funcionario. El periodista planteo entonces: “concretamente, en lo que tiene que ver con la megaminería, ya hubo un pronunciamiento por parte de la población”, a lo que el intendente reelecto durante 4 mandatos consecutivos expresó “no tienen nada que ver. Si pide una habilitación y cumple con el Código de Edificación se la doy. Porqué no se la voy a Dar? Qué derecho tengo yo a cortarle una actividad de comercio o actividad cualquiera? Ninguno”.
Inmediatamente después, el Intendente Williams le agregó: “ vos de lo único que me preguntas siempre es del tema minero. Se ve que estás directamente militando. Porque no te pones al frente con el cartel y dejas de ser periodista. El periodista tiene que ser equilibrado, tener igualdad en todas las cosas y no insistir siempre sobre lo mismo. Y siempre haces lo mismo.”
PERIODISMO Y MINERIA
Este entredicho entre el funcionario y un periodista, no es algo nuevo para quienes ejercen la labor periodística. Preguntas incómodas o repreguntas suelen generar diferentes reacciones de parte de los entrevistados casi todos los días y no solamente hablando sobre minería. Esta claro que los funcionarios públicos deben estar dispuestos a enfrentar todo tipo de preguntas, más allá de la intencionalidad, ideología o sesgo del entrevistador o del medio.
Sin embargo, esta situación dejó al descubierto como, según desde que sector sea que se expresa el periodista, las reacciones se tornan al menos contradictorias. A través de las redes sociales, particularmente desde la propia web de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Minería, rápidamente se repudió la reacción del intendente porque consideran que ello ataca la libertad de prensa. Lo propio expresaron algunas organizaciones sindicales.
Paradójicamente, es el mismo grupo de militantes anti-mineros el que permanentemente escracha y/o descalifica a otros periodistas, políticos o referentes sociales cuando estos plantean una posición que no se condice con el No a la Minería.
En tal sentido, es oportuno recordar que durante el pasado mes de diciembre, la radio de Esquel FM Del Lago fue escrachada con pintadas y leyendas por ser catalogada a juicio de los autoconvocados, como una radio pro-minera al tener entre sus periodistas a un empleado de la empresa minera que a su vez trabaja en esa emisora conduciendo un programa periodístico.
Durante el mes de enero del corriente año, la asamblea de autoconvocados declaró “persona no grata” al periodista Ricardo Bustos, por su abierta posición en favor de la industria minera y por su trabajo como gerente de relaciones comunitarias de la empresa Minas Argentinas.
El pasado jueves 26 de febrero, unas 30 personas pertenecientes al referido grupo de vecinos autoconvocados, perpetró un escrache frente a un inmueble que la misma empresa minera tiene en Esquel como base logística para sus labores de prospección en la zona de Paso del Sapo. En dicha ocasión, algunos de los manifestantes más radicalizados enfrentaron a viva voz, y en tono acusador, increpando al periodista Antonio Sayaavedra y acusándolo de trabajar para el Diario Jornada, el cual según ellos, “miente” y “esta vendida”.
Otros hombres de prensa, que ni mantienen relación contractual con empresas mineras y que tampoco manifiestan una posición definitivamente en favor de la minería, caso el periodista Luis Llevilao, con casi 30 años en el ejercicio de la profesión periodística de manera independiente, también fueron acusados por los anti-mineros, de “traidores” dado que en el caso de Llevilao, si bien fue uno de los fundadores de la asamblea de vecinos autoconvocados en el año 2002, desde hace tiempo viene manifestando –al igual que otros ex autoconvocados- públicamente la conveniencia de propiciar espacios de reflexión y diálogo en torno a la industria, poniendo arriba de la mesa todos sus pro y sus contras. Mientras tanto, para el grupo de autoconvocados anti-minería, el pensamiento debe ser hegemónico, y si se piensa distinto, la asamblea se arroga la potestad de censurar, descalificar o injuriar automáticamente, como si tuviera el derecho a censurar ideas extrañas al postulado anti-minero.
Es absolutamente cierto que en la provincia de Chubut, y especialmente en Esquel, la actividad minera en su fase de explotación esta momentáneamente prohibida por un plexo normativo sancionado por la Legislatura provincial –leyes 5001 y 5504 entre otras-. Sin embargo, lo que no está prohibido por el momento, es hablar sobre minería o expresarse en forma distinta a los dictados del grupo de anti-mineros.