La minería en los Alpes
Diario de Cuyo - Ing. Juan Carlos Perucca - Ingeniero de Minas.
Durante uno de mis viajes a la tierra de mis abuelos y gracias a la cortesía de colegas del Politécnico de Tormo, tuve oportunidad de visitar diversos establecimientos mineros ubicados en las estribaciones de los Alpes en el rincón más occidental del territorio italiano. Todos operan a cielo abierto, siendo uno de los más importantes el que beneficia cuarcitas de alta calidad destinadas a la elaboración de silicio metálico. La explotación a cielo abierto en los Alpes es un tema extremadamente delicado, pues una serie de Leyes y regulaciones exige la recomposición del paisaje con la mayor fidelidad posible.
En dicha faena, ubicada en el Val Vermeggiana (Provincia de Cúneo) fue posible observar cómo una industria extractiva puede llevarse a cabo sin mayores inconvenientes, aceptando los principios fundamentales tanto éticos como morales sobre el manejo inteligente del medio ambiente, bajo la estricta supervisión de las autoridades técnicas competentes. Estos conceptos comenzaron a tomar fuerza ya al inicio de los "70, cuando tuvo lugar una gradual toma de conciencia de que tanto la extracción de minerales como su tratamiento industrial podían y debían realizarse dentro de un contexto ambiental razonable.
Con este objetivo fundamental se fueron cumpliendo etapas, comenzando por el aspecto más sensitivo como es el control del consumo de agua, para lo cual la primer medida aplicada fue la instalación de un sistema para depurar el agua usada en el proceso industrial, tanto para reutilizarla como para devolverla a sus cauces naturales. A ello siguió la ejecución de un proyecto de mejoras sucesivas destinado a emplear los residuos húmedos resultantes de la depuración del agua industrial, diseñando a tal efecto un espacio verde público en la costa del arroyo.
De este modo el sector serrano se fue transformando gradualmente para alcanzar un adecuado desarrollo paisajístico-ambiental, con diversas remodelaciones sucesivas que incluyeron circuitos hídricos seguidos de reforestación, creando un "'oasis verde'' para turismo y recreación. A ello siguió una adecuada coordinación entre diversas actividades productivas destinadas a aprovechar de modo racional y controlado los residuos sólidos de cada explotación vecina.
También se prestó especial atención al sistema de transporte del mineral desde el frente de labor hasta la planta industrial, para evitar el tránsito intensivo de camiones y el exceso de caminos que pudiera afectar el paisaje natural. La solución fueron varios kilómetros de cinta transportadora de gran porte, cubierta, que al final de la explotación de cada frente de arranque desaparece para ser reinstalada en un nuevo sitio de labor. De este modo se solucionó el problema de tener la planta procesadora bastante lejos de las canteras.
Otro aspecto contemplado ha sido el diseño, como corolario de las tareas de recupero, de un real y efectivo proyecto de revalorización gradual de todo el Valle según su relieve original, la sistematización de áreas con pastizales incluyendo el retorno de la explotación ovina, hasta la creación de un Centro de Documentación sobre la actividad minera y la vida en los valles cordilleranos, una estructura destinada a servir para:
a- Promover el encuentro de los jóvenes en seminarios prácticos sobre aplicaciones operativas de los diversos métodos de salvaguardia y de tutela del territorio, tomando en cuenta la idea fundamental de beneficiar adecuadamente los recursos naturales que pudieran estar presentes.
b- La inclusión de todo el complejo productivo dentro de un contexto paisajístico y de estricto control ambiental.
Durante esta excelente experiencia de coordinación entre la necesidad económica de llevar adelante un impostergable aprovechamiento racional de los recursos naturales de una región, más aún cuando se trata de materias primas indispensables para afianzar el desarrollo económico de una región o, más aún, de todo un país, sin dejar por ello de llevar adelante un programa eficaz de control ambiental, pude sentir y comprender, al margen de los aspectos exclusivamente técnicos, la perfecta armonía que puede lograrse entre la sencilla vida serrana con sus costumbre tradicionales (tipo Andalgalá o Famatina), frente a las modernas explotaciones mineras que contribuyen sustancialmente al desarrollo regional, creando a la vez fuentes de trabajo que resultan vitales para impedir el éxodo de los jóvenes hacia las tristes villas periféricas de los grandes núcleos urbanos.