KIRCHNER Y BACHELET MANTUVIERON SUS DIFERENCIAS POR EL PRECIO DEL GAS
Clarín, Buenos Aires
Se reunieron durante una hora a solas. Hablaron de todos los temas, incluida la tarifa de venta de gas argentino a Chile. Hubo propuestas para avanzar hacia un acuerdo. Pero las diferencias permanecen.
En la sala de degustación de una poderosa bodega de vinos chilena afincada en Maipú, Mendoza,
Michelle Bachelet y
Néstor Kirchner repasaron ayer al mediodía sus diferencias y acordaron buscar consensos que restablezcan su alicaído vínculo, cuando hasta hace meses se consideraban "amigos".
Fue en una conversación completamente a solas, y en la que hubo "momentos descarnados", según indicaron fuentes diplomáticas a Clarín.
Los presidentes debían compartir luego un almuerzo en una carpa instalada en los viñedos, que se suspendió al concluir la ceremonia en la que firmaron el llamado a licitación para las obras de construcción del Ferrocarril Trasandino Central.
Según pudo saber este diario, los presidentes hablaron ampliamente de sus desacuerdos en torno al precio del gas y a la franja que resta demarcar en los fronterizos Hielos Continentales.
Según las fuentes, hubo "propuestas concretas" para avanzar en estos temas que serán tomadas con "calma y de manera consensuada". Pero agregó que las diferencias "permanecen". Un indicio ya lo había dado el canciller Alejandro Foxley en la entrevista que Clarín publicó el último lunes.
Una fuente del Gobierno confirmó que se habló de todos los temas, incluido el del gas, aunque "incidentalmente". La fuente afirmó sin embargo que el precio "no se va a revisar".
La charla comenzó con demora porque ambos presidentes aterrizaron con una hora y media de retraso. Llegaron juntos en helicóptero, escoltados por el gobernador Julio Cobos, junto a la senadora Cristina Fernández.
A solas, los presidentes se mantuvieron en sus posiciones y esbozaron el impacto de la relación en el contexto de sus escenarios internos. El de Bachelet arde: a seis meses de gobierno, con el acortamiento del período presidencial, enfrenta a una oposición que actúa como en campaña.
El clima no era relajado. Se reflejaba en la expresión de Bachelet. Tampoco hubo gestos afectuosos como en el pasado.
Fue Kirchner quien dejó en claro las diferencias. "Integrarse no es fácil. Como se trata de compatibilizar intereses, es necesario discutir y acordar. A veces se disiente. Se trata de llevar adelante políticas que favorezcan el desarrollo estratégico de ambos. Y eso no es fácil", señaló Kirchner durante el acto posterior en que junto a Bachelet oficializó el llamado a licitación del Trasandino. Fue entre barricas de roble.
Bachelet había dicho que se alegraba de estar en Mendoza para "revalidar la tenaz vocación que argentinos y chilenos tienen de encontrarse y trabajar juntos".
El conflicto se arrastra desde los recortes al envío de gas argentino decididos por el Gobierno en 2004, durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos. Se reavivaron en julio pasado, cuando la crisis energética se hizo tan clara como la dependencia regional de lo que ocurra política y económicamente en Bolivia, pulmón gasífero del Cono Sur. Entonces, el Gobierno decidió aumentar en un 45% el impuesto al gas que se vende a Chile, después de que Bolivia aumentara el precio del combustible que a su vez vende a la Argentina.
Ello desató la furia en Chile, lo que empeoró tras unas declaraciones del ministro Julio De Vido en las que aseguraba que el precio iba a ser menor. Bachelet mandó una carta a Kirchner, en cuyo contenido hizo fuertes reclamos. Kirchner respondió por igual vía, duramente.
Ayer Kirchner pareció dar algún respaldo a su colega, que en Chile es tildada de "débil" incluso por sectores oficialistas. Dijo que las relaciones van afrontar "siempre la visión sectaria de quienes creen que Argentina y Chile deben competir" siempre.
Se informó que el almuerzo se suspendió porque Bachelet debió retornar a Santiago ante los serios incidentes por el 33ø aniversario del golpe militar de Augusto Pinochet. Otra versión indicó que la demora en el comienzo de la bilateral impidió el almuerzo y que, de hecho, los presidentes ya se habían "dicho todo".
RESISTIÓ BIEN KIRCHNER PEDIDO CHILENO POR GAS
Ambito financiero, Buenos Aires
El presidente
Kirchner resistió ayer en Mendoza una nueva embestida de su colega chilena
Michelle Bachelet para que la Argentina mantenga por debajo del costo que le fijó Bolivia el precio del gas que luego le terceriza. Chile no puede comprar directo a Bolivia porque mantienen el viejo pleito de la salida al mar para el país del altiplano, que perdió la Guerra del Pacífico de 1879. El mandatario argentino logró que se prolongue el molesto diálogo entre ministros y volver sobre el tema a nivel presidencial dentro de 90 días, cuando conversarán nuevamente en la próxima Cumbre del Mercosur. En el lapso podría suceder que Brasil, gran consumidor de gas boliviano, negocie un precio. La Argentina por poseer, por ahora, el fluido, usa un tercio del gas que le llega de Bolivia y le agrega dos partes, de distinto origen. Los chilenos dicen que les cobran todo al precio boliviano incluida la parte local y que, además, por usarlo poco no se peleó un valor más barato. La Argentina en realidad no debería exportar nada de su producción local a Chile ni a ningún país (también lo hace con Brasil y Uruguay) porque tiene reservas conocidas muy escasas, sólo para unos 10 años. También sostiene -fuera del lenguaje diplomático- que Chile tuvo un subsidio a su economía de gas argentino por 11.000 millones de dólares durante 10 años cuando el ex presidente del país trasandino Patricio Aylwin logró ganarse la simpatía del ex presidente Carlos Menem y obtuvo un aprovisionamiento baratode gas por un acuerdo que nunca tuvo ratificación en el Congreso. Los economistas sostienen que buena parte del tan alabado crecimiento chileno se debió a ese subsidio de gas barato desde la Argentina y que dentro de un tiempo recién se verá el real potencial de la economía trasandina con precios de mercado elevados, surgidos del accionar de Evo Morales al ganar la elección en Bolivia.
Néstor Kirchner y Michelle Bachelet no avanzaron ayer en la discusión sobre el precio del gas que la Argentina vende al país vecino, y este capítulo continuará discutiéndose a nivel ministerial hasta diciembre, cuando los dos presidentes vuelvan a encontrarse en Brasilia, en la próxima cumbre del Mercosur. Hasta esa fecha, serán el ministro de Planificación, Julio De Vido, y su par de Obras Públicas de Chile, Eduardo Bitrán, los encargados de continuar las gestiones.
El tema del combustible, el más conflictivo que sostienen ambos países, fue tratado de manera privada en el primer encuentro que Kirchner y Bachelet mantuvieron ayer en la localidad de Maipú, durante la cumbre bilateral de Mendoza. Luego, en una segunda reunión «ampliada», a la que se sumaron ministros de los dos gabinetes y el gobernador local, Julio Cobos, el temario derivó a todos los capítulos donde no hay diferencias, como las varias obras de infraestructura en marcha para profundizar la relación comercial entre ambos mercados.
La delegación chilena fue la que confirmó a este diario que no hubo acuerdo sobre el precio del gas. La falta de definiciones en este tema, en realidad la negativa argentina de continuar subsidiando el combustible vendido al país vecino, generó malestar en Bachelet, que suspendió el almuerzo preparadoen una bodega para ambascomitivas.
La cumbre finalizó poco después del mediodía, luego de una conferencia de prensa en la que la presidenta chilena comenzó diciendo: «Me alegro de estar aquí para revalidar la tenaz vocación de seguir trabajando juntos. A veces se avanza más rápido, a veces más lento». Kirchner dijo, a su turno, que el progreso en el lazo bilateral debe hacerse sin hipocresía, con absoluta sinceridad «y con el dolor de la crudeza, para ir resolviendo todos los temas de controversia para una unión fraterna». «Claro, no es fácil compatibilizar criterios entre dos países. No es fácil compatibilizar ni siquiera dentro de los países», dijo en otro pasaje, ya con el tema del gas implícito en el discurso.
La reunión a solas se realizó en una sala de degustación de vinos de la bodega Trivento, después del mediodía, en una jornada fría y nublada en Maipú, a 20 kilómetros de la capital provincial.
Chile considera que el gobierno de Kirchner incumplió un acuerdo bilateral al elevar de 20% a 45% el tributo con el que grava sus exportaciones de gas natural. El motivo de la medida fue compensar el alza en el valor del gas que la Argentina importa de Bolivia.
Según Santiago, la Argentina se había comprometido a aumentar la tasa hasta 35%, con un precio en frontera que no superaría los 4 dólares por millón de BTU (Unidad Térmica Británica), pero el alza significó un valor de entre 4,5 y 4,8 dólares.
Este capítulo reavivó el conflicto por la reducción en 2004 de las exportaciones argentinas de gas natural, que la Argentina destina en 95% a Chile y del que, a la vez, es único proveedor.También había irritado al gobierno de Bachelet la reciente imposición argentina de un precio diferencial para los vehículos de patente extranjera que compren combustible en las zonas fronterizas.
• Mapa polémico
Otro tema de discusión fue el polémico mapa argentino que se atribuyó una zona de los Hielos Continentales o Campos de Hielo, en el extremo austral de la frontera común, cuya demarcación está pendiente, lo que generó la protesta de Chile.
La declaración final firmada por los dos mandatarios dice lacónicamente que el diálogo fue «franco y constructivo», en «un clima de confianza y respeto mutuo», pero no hace alusión a ninguno de los temas que han herido la relación. Kirchner viajó ayer a Mendoza acompañado por su esposa; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el canciller, Jorge Taiana; el ministro de Planificación, Julio De Vido, y los secretarios de Combustible, Cristian Folgar, y de Obras Públicas, José López. Bachelet llevó como comitiva al vicecanciller, Alberto van Karen; el secretario general de Gobierno, Ricardo Lagos Weber; el ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán; el intendente de Valparaíso, Iván de la Maza, y el embajador chileno en la Argentina, Luis Maira.
LA ARGENTINA Y CHILE, SIN ACUERDO POR LA VENTA DE GAS
La Nación, Buenos Aires
Hubo gestos de tensión entre los presidentes en Mendoza
MENDOZA.– El encuentro a solas entre el presidente
Néstor Kirchner y su par chilena,
Michelle Bachelet, debía servir para encauzar la relación bilateral, pero provocó lo contrario: un clima de mayor tensión, apenas disimulado por ellos. Tanto, que al lanzar la licitación internacional del ferrocarril trasandino, Kirchner dijo: “Es difícil construir la convivencia, pero nuestros países la merecen”.
La cumbre culminó sin un acuerdo sobre el precio del gas que la Argentina le vende a Chile. Bachelet planteó que debe haber una rebaja y Kirchner rechazó el pedido. Cuando se los vio juntos, se los notó distantes.
Todo ocurrió en la bodega Trivento, de capitales chilenos y argentinos, en el municipio de Maipú, a 30 kilómetros de aquí, donde ya de por sí reinaba un clima frío y húmedo, con cielo encapotado.
Un dato no menor: la audiencia a solas, que según el programa iba a durar 30 minutos, se extendió por casi una hora. Luego, ambos debieron acortar otra reunión con sus comitivas, en la que el tema era el ferrocarril que cruzará la cordillera de los Andes. En ese punto no hubo fisuras ni divergencias.
Sí en cuanto al gas. Chile pretende que se respeten los convenios de exportación de 1995, pero el Gobierno aumentó el precio del gas a 4,80 dólares por millón de BTU (unidad térmica británica), luego de que este año Bolivia elevara el valor del fluido que exporta a la Argentina a 5 dólares, cercano al precio internacional. Chile pretende ahora que la Argentina mantenga el precio en 3,20 dólares. No hubo acuerdo.
Tras la reunión, el hermetismo fue total. Pero fuentes de ambas cancillerías confirmaron a LA NACION que "algo pasó" entre los presidentes. Se respiraba la tensión.
Incluso en la ceremonia posterior, que fue pública, pasó a un segundo plano la firma del convenio de lanzamiento de la licitación internacional del ferrocarril trasandino, que unirá en 221 kilómetros la localidades de Luján de Cuyo (Mendoza) con Los Andes (Chile), a través de la Cordillera.
La obra, de 172 millones de dólares, se adjudicará a mediados de 2007 y se terminaría en 2009, según el proyecto oficial. La línea se había inaugurado, en rigor, en 1910, pero se cerró en 1984.
Más allá de las formalidades y elogios de protocolo, los discursos abundaron en subrayar las dificultades de la relación entre la Argentina y Chile.
Con tono duro, Kirchner señaló: "Estamos dispuestos, con temple pero sin hipocresía, sino con sinceramiento, dolor y crudeza, a resolver las controversias que podamos tener". Y destacó: "Claro que no es fácil gobernar un país ni compatibilizar las relaciones entre dos países".
Bachelet no se quedó atrás. "A veces se avanza más rápido en unos temas y en otros más lentamente. Lo importante es tener logros", dijo, en referencia al ferrocarril a punto de ser licitado.
"Tenemos muchos compromisos pendientes, pero aprecio especialmente la decisión de poner fecha a todos los temas", agregó la presidenta. Aunque nadie informó sobre ese calendario.
Otros conflictos
No sólo se habla de gas. Según confiaron a LA NACION fuentes de la Cancillería, Chile planteó su malestar por el aumento de los precios de combustibles en los surtidores de fronteras, lo que perjudica a transportistas trasandinos.
Incluso, el gobierno de Bachelet evalúa la aplicación de un arancel del 35 por ciento a la importación de lácteos argentinos, a lo que la Argentina se opone.
Se prevé para pasado mañana una demanda de Santiago ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra la Argentina, a la que acusa de subsidiar esas ventas. Para la Casa Rosada, sería una medida de suma gravedad.
Ante tantos reclamos, se conjetura en el oficialismo que Chile contaría con apoyo implícito de los Estados Unidos, un aliado estratégico. Y que sería consecuencia de que la Casa Rosada enfrió su relación con la administración de George W. Bush y recalentó los vínculos con los líderes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Bolivia, Evo Morales.
Apenas terminaron ambos discursos, las dos comitivas partieron raudamente. Ni siquiera se quedaron al almuerzo programado; el chivito de Malargüe -acompañada por papas prensadas, aceite y tomates secos- quedó allí, servido y humeante, para mejor ocasión.
El Presidente cumplió su ritual. Saludó a 200 militantes de la agrupación social de izquierda Barrios de Pie, entre besos y apretujones. Ni una palabra a la prensa; su caótico paso registró forcejeos y puñetazos entre periodistas y custodios; Kirchner sonreía y repetía: "Fue todo bárbaro"; "todo bien"; "los mendocinos son bárbaros"; y a los periodistas y sus micrófonos: "Péguenme... si quieren".
En el remolino, un cronista chileno le preguntó: "¿Quién en Chile es hipócrita?". No hubo respuesta.
Un toque de humor
Sólo se detuvo Kirchner a hablar con un cronista del programa cómico CQC . Y un movilero de Mendoza le reclamó: "Nos divertimos todos con CQC . ¿Pero podemos hablar de política?". Kirchner sonrió.
Ante la consulta de LA NACION sobre el gas, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, fue cortante: "No se habló nada de eso. Nada". Y puso cara de pocos amigos. Hasta que llegó la gente de CQC , con la cual se aflojó.
En la comitiva chilena la atmósfera no era mejor. Funcionarios trasandinos aseguraron que Bachelet no estaba de buen ánimo, que se la veía algo nerviosa y que predominaban los silencios en el avión de regreso. Se susurraba que las declaraciones habían sido para la galería.
Los periodistas chilenos estaban sorprendidos por "el tono enérgico del presidente" argentino. "Algo pasó", dijo a LA NACION un funcionario argentino. En la reunión, Kirchner y Bachelet habían estado totalmente solos.
Por Mariano Obarrio