Por lo general uno no valora lo que tiene sino lo que tienen los demás. Es curioso, pero esta cuestión anímica también se da a la inversa. Nuestros vecinos terminan valorando lo nuestro más que lo propio. En el ámbito de la actividad minería sucede algo parecido.
El reconocimiento de este mecanismo psicológico al menos sirve para reflexionar sobre lo que tenemos. ¿Qué ven nuestros vecinos que valoran del modelo minero catamarqueño y qué es lo que nosotros no alcanzamos a ver y por lo tanto no apreciamos?
Nos pasa con YMAD o con SOMICA DEM. Aunque con distintas proyecciones que solo puede exponerse a través de la historia, ambas empresas pueden explicar pasado, presente y futuro de Catamarca en esta materia.
50 años, nuestra
Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD) es una empresa que tiene más de 50 años de vida, que está radicada en nuestra provincia y cuyos principales socios son la Universidad Nacional de Tucumán y el Gobierno de Catamarca.
YMAD produce oro y plata desde 1978 en Farallón Negro (Belén) donde desarrolló un complejo minero-industrial. Además formó una UTE con Minera Alumbrera, que opera en Andalgalá desde 1997 uno de los proyectos más grandes de Latinoamérica.
El hecho es que el porcentaje de ganancias millonarias que genera este modelo busca ser imitado por otras provincias y países. El 20 % de utilidades, lo percibido por regalías y el pago de impuestos nacionales y provinciales es un caudal lo bastante significativo como para despertar interés por la negociación a la que arribó en su momento Catamarca. Qué hicimos después con la plata que recibimos, es otro cuestión.
Pobre SOMICA DEM
Ante todo aclaremos que lo que pudo lograrse con YMAD es lo que no supimos hacer con SOMICA DEM, otra sociedad de economía mixta, donde el Estado es titular del 51% y los socios privados del 49 % de la acciones.
SOMICA posee numerosas propiedades para la exploración y explotación metalífera y conserva el yacimiento de Minas Capillitas que extrae piedra rodocrosita en Andalgalá. No obstante su administración fue un fracaso. En este caso es absolutamente comprensible la intervención.
¿Por qué cuidar a YMAD?
YMAD en cambio es una nave insigne de la actividad minera en Argentina y un formato que países vecinos quieren adquirir. Para los catamarqueños fue la posibilidad de extender la actividad y afianzarla en el tiempo.
Es decir que hubo una política de continuidad de la minería en Catamarca con el aporte de esta entidad público- privada. Acertada desde el punto de vista que le dio permanencia a la minería a partir de su gestión en emprendimientos mineros, tanto subterráneos como a cielo abierto.
Una experiencia clave si consideramos que existen otros yacimientos que esperan para ser trabajados. Sin duda que hay que enderezar o mejorar el trazo de la empresa, pero, en el fondo, las modificaciones deben inscribirse en la idea de que tenemos que cuidar a YMAD.
Siguiendo esta línea es que Belén se convirtió en un distrito minero por excelencia en Catamarca, lugar donde la minería aprendió a convivir con otras actividades. El que quiera ejemplos de este concepto tiene que viajar a conocer la localidad belicha de Hualfín. Al parecer, en todo caso hay mucho para aprender de YMAD al margen de las legítimas críticas que le podemos hacer para maximizar los objetivos conjuntamente.
Variable no considerada seriamente
El miedo a los cambios bruscos es un temor intuitivo y perspicaz. Si es como dice el dicho de que “todo extremismo destruye lo que afirma”, es factible que por utilizar esta metodología se termine aniquilando lo que supuestamente queremos mejorar.
A veces no pensamos que se puede perder todo lo que se consiguió hasta aquí. Al menos debería manejarse como variable. Si nuestro objetivo fuera conseguir mayores recursos no es necesario recrear inútilmente el cuento de “La gallina de los huevos de oro”.
Decisiones con un atisbo de interpretación doble, o tan solo confusa, acaba en los pasillos de algún edificio del Poder Judicial o en un engorroso expediente con tantas lecturas jurídicas como imaginación tengan los abogados contendientes.
Si a este tipo de transformaciones intempestivas que intentamos cada tanto le adosamos los aportes negativos, las desacreditaciones y la falta de información sobre el tema, el presente termina siendo un laberinto del que después nadie sabe cómo salir.
No dejarlo en manos de los jueces
Lo que intento decir es que hay que tener cuidado con las escaramuzas legales relacionadas a la minería. Puedo estar equivocado, e incluso tal vez exagerando, pero tengo la impresión de que los jueces y abogados, a pesar de lo que decidan o argumenten, no van presos.
De todas formas, en lo legal es mejor que pensemos y nos cuidemos sin tener que llegar a instancias judiciales. No podemos depositar en manos de la Justicia resoluciones que en principio tienen estricta matriz política, con costos y beneficios totalmente diferentes.
Si otras provincias y localidades no lograron alcanzar las mismas ganancias que nosotros hasta la fecha con YMAD y Alumbrera, lo más probable es que una vez fijadas las nuevas negociaciones por el proyecto Agua Rica se agiten doblemente las inquietudes fuera de Catamarca.
Sin embargo, lo más importante sería demostrarles a nuestros vecinos que es posible mejorar situaciones de intereses comunes, siempre dentro del marco del Estado de derecho, potenciando el presente y siendo consciente de lo que tenemos (independientemente de lo que ellos puedan ver y pensar de nosotros).