La expansión de la minería en la Argentina logró al menos dos movimientos fuertes este año, uno social y otro, político.
En el plano social, un sector de la opinión pública que es fervientemente anti-minero se manifestó para hacerse oír, especialmente en Catamarca, donde opera minera La Alumbrera, y en La Rioja, en el cerro Famatina.
En medio de las protestas, el gobierno nacional impulsó la creación de la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi), integrada por las provincias de Chubut, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz, Mendoza, Jujuy, Salta, La Rioja, San Juan y Catamarca. Más allá del anuncio, en su primer año de vida la organización sólo pudo calentar motores.
A pesar de los avatares, la producción minera en la Argentina vivió otro año récord.
Mientras los números oficiales de resultados anuales se ajustan, es posible adelantar que con $ 18.700 millones de inversión en 2012, los desembolsos del año serán los más altos de la historia, superando en casi 70% los del año 2011. Pero es también posible adjudicar una parte del incremento a la suba de los costos que viven las industrias en general y la minería en particular en la Argentina, situación que los empresarios del sector sólo reconocen por lo bajo.
Una parte del aumento de los costos, en paralelo, está dado por los controles a las importaciones desde principios de año, que fue acompañado por un fuerte impulso a la sustitución de importaciones durante todo 2012, a veces en detrimento del cuidado de los costos. El gobierno nacional, en paralelo, busca expandir este proceso: según la Secretaría de Minería de la Nación, el próximo año las empresas mineras podrían dejar la mitad de su inversión en el país a través del compre nacional.
En el año, las exportaciones también dieron un salto: con $ 23.000 millones exportados, el crecimiento de las ventas externas fue del 41% en comparación con los resultados de 2011.