Recuperación del paisaje

Todos los esquemas de recuperación del paisaje incluyen dos disciplinas: Ingeniería y Biología, de modo que la tarea del especialista consiste en unificar ambas sumándoles otras consideraciones de tipo local, entre las que se destaca el uso futuro del espacio.

Desde un punto de vista "ingenieril" las recuperación debe enfocarse en recrear formas del relieve compatibles con el paisaje original del sitio, reuniendo a la vez otros requisitos que garanticen estabilidad, drenajes, etc. A su vez, la recuperación biológica debe apuntar a establecer o recuperar una cubierta vegetal sobre todas las geoformas rehabilitadas, compatible con el paisaje, su perdurabilidad y el uso posterior previsible.

El desarrollo de un plan de recuperación debe estar basado en tres etapas elementales: a) estudios preliminares; b) definición de los objetivos finales del paisaje incluyendo posibles usos humanos; y c) elaboración de planes operativos para cada fase del proyecto.

El implante de vegetación, de ser edáficamente posible, juega un papel fundamental en todos los aspectos de un plan recuperador. Se deben cumplir cuatro funciones principales: estabilizar laderas para controlar la erosión, mejorar las condiciones y estructuras del suelo, aportar valores estéticos (mejorar paisajes) y, finalmente, sentar las bases para un posterior y satisfactorio uso comunitario. Los desechos o descartes y la sobrecubierta retirada no deben ser considerados subproductos molestos que deban ser evacuados lejos tan barato y sencillamente como fuese posible: ellos constituyen en realidad recursos valiosos para la posterior recuperación el paisaje.

Filosofía de la recuperación: es común utilizar términos específicos para describir este proceso. Stevens define a restauración (restoration) como el retorno del terreno a una condición ambiental aceptable, quedando en un estado tal como para volver a su antiguo uso, o bien listo para recibir un tratamiento destinado a facilitar un nuevo desarrollo. Sin embargo, el significado más común para "'restauración'' es regresar ese terreno más o menos a sus formas y usos originales, mientras que recuperación (reclamation) implica que el terreno debe quedar de modo que resulte útil y productivo de conformidad a un plan previo de usos del suelo, sin quedar en modo alguno abandonado o en ruinas.

Consideraciones sobre el uso posterior: los objetivos últimos respecto de usos posteriores al cierre deben ser compatibles con las características generales y costumbres locales o regionales. Debido a que la mayor parte de las explotaciones mineras son de largo plazo, no siempre resulta prudente hacer planes muy detallados sobre usos posteriores del sitio en el momento de iniciar el proyecto. Lo mejor en la gran mayoría de los casos es preparar un plan global de post-uso, que deberá ser actualizado periódicamente agregando detalles según progresa la explotación. De este modo será posible atender cualquier cambio en las costumbres locales, algo relativamente común luego del gran desarrollo socio-económico que genera una gran mina a cielo abierto.

Si bien las tareas destinadas a una recuperación del ambiente natural sólo se podrán realizar al terminar la explotación del yacimiento, conviene tener presentes varios aspectos que contribuyen potencialmente a facilitar el logro de tales objetivos, antes y durante las operaciones mineras propiamente dichas: a) usar la sobrecubierta original para formar pantallas o barreras que disimulen aunque sea parcialmente la presencia de la gran labor a cielo abierto; b) implantar vegetación, dentro de lo permitido por suelo y clima, que disimule futuras excavaciones o ampliaciones en la ya existente, así como las escombreras e instalaciones industriales y campamentos; c) estudiar la vegetación existente para determinar de qué modo puede ser incorporada a la planificación del paisaje; d) emplazar eventuales ampliaciones dentro de excavaciones viejas, destinando quizás las escombreras a fin de disimularlas.

Una etapa vital de la recuperación es el monitoreo y mantenimiento posterior, como en cualquier plaza o parque de la ciudad. La recuperación no es tarea de una sola vez y aún áreas silvestres o con poco mantenimiento requieren cierto control y eventuales tareas de conservación, mediante lo cual se podrá desarrollar un sistema "suelo vegetación" autosustentable rápido y con grandes posibilidades de éxito.

La causa más común de una recuperación defectuosa del paisaje resulta de no justipreciar oportuna y debidamente que los cuidados posteriores y el consiguiente manejo ambiental constituyen una parte irrenunciable de todo proceso u obra humana.



(*) Profesor emérito de la UNSJ.