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Debate
(Análisis) PRC SUSPENDIDO: PÉRDIDAS, DÓLAR Y UN PAÍS QUE ESPANTA
12/03/2013

Las pérdidas mundiales y el dólar atrasado, las razones de la huida de Vale

El Cronista - Por Horacio Riggi Editor de Negocios

Vale S.A. (Vale) informa que le comunicó hoy (por ayer) al Gobierno de la República Argentina que está suspendiendo la construcción del proyecto Potasio Rio Colorado, teniendo en cuenta que, en el actual contexto macroeconómico, los fundamentos económicos del proyecto no están en línea con el compromiso de Vale con la disciplina en la inversión de su capital y con la creación de valor.

Con este escueto comunicado, la empresa brasileña informó que suspendió el cuasi faraónico y millonario proyecto en la Argentina, el mismo que prometía convertir a la provincia de Mendoza en el principal yacimiento de potasio del mundo. Vale también dijo que "en el caso de que se reinicie el emprendimiento, será dada preferencia a los trabajadores del proyecto". La empresa ocupaba en el país a 4.000 trabajadores.

Pero en el comunicado Vale está lejos de detallar los motivos por los cuales decidió frenar un proyecto en el que ya había invertido alrededor de u$s 2.000 millones ¿Es válido el argumento al que adhieren algunos analistas, y que indica que Vale frena Rio Colorado porque la Argentina no presenta las condiciones esenciales para mantener proyectos a largo plazo? En principio, es falso. La empresa brasileña pedía un dólar más competitivo. El argumento era que la cotización recibida por los dólares que ingresan al país está desfasada ya que el oficial sigue estable mientras la inflación avanza. Punto cierto y atendible. También fue denegado el pedido de la empresa para que el Gobierno la exima, hace un mes, del pago de impuestos por u$s 3.000 millones. Lo que hay que destacar, es que cuando se hizo este pedido, Vale ya había paralizado las obras. De todas formas, ninguna de las dos causas parecen ser motivos suficientes para frenar un proyecto de inversión estimado en principio en u$s 6.000 millones, pero que podía llegar a los u$s 10.000 millones, y que le podía representar en el largo plazo millonarias ganancias a la empresa brasileña.

Tal vez, el verdadero problema de Vale no está en la Argentina. De hecho, la minera brasileña, la segunda más importante del mundo, informó pérdidas por u$s 2.647 millones en el trimestre cerrado el 31 de diciembre, el doble de lo que calculaba el mercado. Las pérdidas, que contrastan con una ganancia de u$s 4.670 millones en el mismo período del año previo, son las primeras que reportó la compañía en 10 años. Además, sus ventas netas cayeron un 19 por ciento. Los resultados contemplan una caída significativa en el precio del mineral de hierro (Vale es la principal productora), situación que se suma a que la empresa estuvo golpeada por cargos por juicios tributarios y el bajo desempeño de las minas.

A esta situación se agregan otros datos a tener en cuenta. Primero, que la empresa mantenía sus inversiones en el país con las ganancias obtenidas en otros mercados, y segundo, que el de Mendoza es el tercer proyecto que frenó Vale en el último año. En 2012 bajó uno en Canadá por u$s 3.500 millones y en febrero pasado vendió el 25% de Salobo, un yacimiento en el norte de Brasil, por u$s 1.900 millones.

Historia. Antes era todo optimismo

Un país que espanta

Los Andes - Por Rodolfo Cavagnaro

La empresa Vale tiene activos que triplican el Producto Bruto Geográfico de Mendoza. La inversión en Potasio Río Colorado era una de las más grandes en el sector minero argentino y no la podía hacer cualquiera. Ahora hablan de suspensión cuando la inversión tiene un grado de avance importante. ¿Es tan fácil tirar una inversión de este tamaño?

Es claro que la empresa brasileña está presionando para conseguir mejores condiciones y es razonable que use todo su peso para hacerlo. Pero tras las pérdidas registradas por las bajas del mineral de hierro, no le vendría muy bien a sus balances registrar una pérdida de 2.000 millones de dólares por abandonar el proyecto. Cuando se cotiza en bolsa se suele ser muy cuidadoso de la imagen ante los inversores.

Pero es real que en las condiciones actuales no le conviene seguir. Tiene que ingresar dólares para seguir invirtiendo pero no puede pedir préstamos porque nadie le asegura que le vendan dólares para pagar la deuda. Le aumentan los costos internos en dólares y las exigencias de provincias y municipios encarecen el proyecto.

Está claro que este problema le queda grande al gobernador Pérez. Esto solo lo puede negociar Cristina con Dilma, como habían previsto hacerlo en Calafate y no pudieron concretar por el fallecimiento de Hugo Chávez.

Pero hay que tener en cuenta que los problemas que plantea Vale para seguir adelante son los mismos por los cuales no llegan inversores extranjeros, salvo que tengan subsidios del gobierno.

Por eso no será fácil reemplazar al inversor ni conseguirle socios. Son las condiciones del país las que espantan las inversiones.

 


 

Una larga pulseada con detalles no aclarados

La Nación - Por Jorge Oviedo

EL anuncio de la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, obligó a la suspensión de la cumbre que debían mantener las presidentas de la Argentina, Cristina Kirchner, y de Brasil, Dilma Rousseff. Así se postergaron las expectativas de que hubiera una solución política para la parálisis de las inversiones de Vale en Río Colorado.

Pero el gigante brasileño no quiso esperar a la reprogramación de la cita entre las mandatarias y reiteró su deseo de ralentar la inversión. Aunque en enero último había invocado cuestiones tales como la caída del precio internacional del mineral de hierro, ahora pareció centrarse en cuestiones más ligadas al proyecto. Entre los múltiples empresarios ligados a la inversión existe la convicción de que el gran problema es que la compañía ingresa dólares que le compran a cinco pesos y debe pagar costos que han evolucionado con el dólar blue.

También existe la sospecha de que Vale estaría buscando un socio, que sería una compañía china y que las condiciones que le está poniendo al gobierno argentino son las de ese eventual tercero para entrar en el negocio.

Hay quienes creen que la empresa brasileña puede equivocarse si apuesta a que sus exigencias condicionen la relación bilateral. "Cuando estuvo en Buenos Aires hace poco, Pimentel [Fernando, ministro de Desarrollo] aclaró que la prioridad era el comercio bilateral y que el Bndes continuaría financiando proyectos en la Argentina."
Trato diferencial

También piensan que pulsear en público con el Gobierno no parece una buena estrategia. Tampoco parece claro qué ganan pulseando, puesto que continúan afrontando costos. "Están pagando salarios y otros gastos, algunas obras con las demoras que implican las certificaciones, pero no pareciera que estén por abandonar el proyecto." Sin embargo, otros contratistas se quejan de demoras en los pagos superiores a lo habitual.

Para el gobierno de la provincia de Mendoza el límite para la ruptura total sería la paralización total de la obra y el despido de los trabajadores. Eso crearía un problema mayúsculo.

Vale había comenzado en enero a demorar la vuelta al trabajo más intenso tras el receso por las fiestas de fin de año. Argumentó entonces algunos problemas financieros por el menor valor del mineral de hierro. Ese argumento no es esgrimido ahora porque sería poco atendible. En el sitio oficial de la compañía, en Internet, hay un video del director ejecutivo de Finanzas, Luciano Siani, que no puede ser más optimista. Cuenta, por ejemplo, que en 2012, las ganancias antes de intereses, depreciaciones y amortizaciones fueron las terceras más altas de la historia. Y que las pérdidas del cuarto trimestre son producto de un ajuste contable y no reflejan problema alguno.

Sin duda son las condiciones locales las que han hecho a los brasileños replantear la inversión. "Les falta poner unos cuatro mil millones de dólares según el proyecto original, pero con la situación actual y la inflación en dólares, podrían ser seis mil millones", dicen algunos involucrados.

Es cierto que el cloruro de potasio llegó a valer casi 900 dólares la tonelada hace cuatro años y hoy cotiza a menos de 400. Pero ese pico de 2009 no tiene nada que ver con el promedio de los últimos 30 años. Y hoy cotiza a más del triple que cuando Vale comenzó a estudiar la inversión..

Consecuencias del modelo

Río Negro

No es algo nuevo que las distorsiones que muestra la economía, producto del excesivo intervencionismo del Estado, complican la llegada de inversiones a la Argentina.

Si a esto se le suma un contexto internacional desfavorable para una empresa que comenzó a desarrollar su proyecto en el territorio nacional, terminamos de comprender la decisión de la minera brasileña Vale de suspender los trabajos.

Según la compañía, la puesta en marcha del proyecto fue desalentada por condiciones económicas mundiales y locales incompatibles con su política de inversiones. Traducido, el proyecto estaba perdiendo competitividad como consecuencia de una caída en sus futuros ingresos y la suba de los costos locales.

La firma brasileña ya se había quejado ante las autoridades nacionales sobre las trabas que existían en el mercado para desarrollar su megainversión de 6.000 millones de dólares.

Restricciones cambiarias, frenos en las importaciones y la imposibilidad de remitir utilidades al exterior fueron tan sólo algunos de los reclamos que llegaron oportunamente a la Cancillería. Pero el principal problema que planteaba era que cada dólar que ingresaba al país se transformaba en cinco pesos en una economía que se mueve con una estructura de costos mucho mayor a esta paridad. La minera había solicitado oficialmente exenciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y una tasa de cambio más favorable que la oficial para traer sus dólares. Ambos pedidos fueron denegados por el gobierno.

Suena extraño que Vale abandone el país dejando una inversión ya ejecutada de algo más de 2.200 millones de dólares.

Pero también es incomprensible la manera en que el modelo termina expulsando semejante inversión que llega del exterior.

 


 

Chau Vale: consecuencia del disloque económico

MDZ (Editorial)

La causa de la suspensión del proyecto Vale tiene nombre y apellido. El atraso cambiario, como parte de la desastrosa política económica que lleva adelante el gobierno nacional desde hace unos años.

La negación de un proceso inflacionario que ya lleva cinco años de tasas mayores al 20 por ciento anual, sumada al mantenimiento de un tipo de cambio barato que creció mucho menos que la inflación; han provocado una fenomenal distorsión de precios relativos. Por ello aumentaron un 60 por ciento los costos de inversión en dólares para el proyecto Vale, cuyos ingresos serán la venta de un producto que tiene un precio internacional más o menos estable. En el mundo en el que Argentina no vive, no es aceptable aumentar los precios al ritmo del 20% anual –o más- de nuestro país. El desequilibrio es evidente y las consecuencias están a la vista. Por eso la Junta Directiva de Vale decidió suspender de manera indefinida el proyecto.

La decisión afecta a unos 6.500 trabajadores en Mendoza, Neuquén, Río Negro y Bahía Blanca y a unas 300 pymes. Muchas de esas empresas se endeudaron, adquirieron maquinaria, tomaron empleados.

Desde lo ideológico surge de inmediato la pregunta: ¿En qué parte del relato oficial, el atraso cambiario es parte de un modelo nacional y popular? La respuesta es clara, en ninguno. Es simplemente un error conceptual grosero. El país ya tuvo dos procesos -de derecha- nefastos de atraso cambiario, en los ‘80 con la tablita cambiaria y el famoso “deme dos” de Martínez de Hoz y en lo ‘90 la Convertibilidad. En ambos se destruyó sector industrial y agroindustrial por falta de competitividad internacional. Era imposible vender al mundo en precios competitivos lo que aquí costaba muy caro producir, y con calidades dudosas.

En el mundo, por el contrario, la batalla de los grandes países en desarrollo ha sido siempre soportar las presiones de EEUU y Europa, que los presionan para revaluar sus monedas y ser así menos competitivos en el mercado mundial. Por supuesto, China resistió todo lo que pudo la presión occidental y consiguió así muchos años de altas tasas de crecimiento, las famosas “tasas chinas”. Todos los países se preocupan especialmente por mantener la competitividad internacional, uno de cuyos factores fundamentales es un tipo de cambio competitivo. Lo ha hecho Chile en los últimos treinta años y fue el camino de los tigres asiáticos en los ‘80 y los ‘90. Pero hoy Argentina está en la senda equivocada. Ahora se cayó la Vale.

Néstor Kirchner aprovechó el colchón devaluatorio de la crisis de 2001 llevado adelante por Eduardo Duhalde/Remes Lenicov. Increíblemente, la continuidad del supuesto “modelo” nos ha llevado al otro lado del péndulo. La caída del proyecto Vale es una de las consecuencias. La agroindustria mendocina está sufriendo la falta de competitividad del dólar año tras año. Aún la híper competitiva vitivinicultura muestra cada vez mayores problemas para vender en el mundo.

Hay que tener en cuenta además que este es un país sin reglas de juego para el ingreso y salida de divisas, que están sujetas a los caprichos del secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. Y que muchos empresarios locales se quisieron pasar de listos y hacerse ricos a costa de Vale. Uno de los ejemplos más notorios fueron los dueños de terrenos donde pasaría el ferrocarril.

Subieron los precios de la servidumbre de paso un 1.000 %. La típica avivada argentina.

Una devaluación aislada, debe quedar claro, no es la solución. Necesitamos un verdadero proyecto de desarrollo con inversiones de mediano y largo plazo que necesariamente debe tener como base un tipo de cambio estable y competitivo. No sólo eso. Los inversores tienen que contar con reglas claras, y la posibilidad de disponer razonablemente de sus dividendos.

Así como vamos, vamos mal. La suspensión del proyecto Vale es una muestra más del camino equivocado. Cada vez será más difícil crear empleos y exportaciones desde las economías regionales o el sector industrial. Por esta vía, aquella promesa de Paco Pérez de industrializar el campo mendocino quedará apenas en buenas intenciones.

Hay mucha incertidumbre respecto del futuro del proyecto. El gobierno provincial deberá moverse al máximo para buscar alternativas, como una nueva licitación, conseguir compradores para el mega emprendimiento, o buscar torcer la decisión a través de la política, convenciendo al gobierno nacional que debe cederse en aspectos clave para que la empresa no levante el proyecto. De lo contrario, no será viable para nadie.

La caída de Vale demuestra el disloque económico que vive el país, y la dimensión del problema real que tenemos, con un proyecto encareciéndose en dólares el 60 %. Algo que no se resuelve con el voluntarismo, el apriete a los supermercados y los bancos y la “Moreno Card”. La economía es mucho más seria que eso, y las consecuencias ya se sienten en serio. Más de 6.000 empleados y 300 pymes pueden dar fe de ello ahora mismo.


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