Los desaciertos de Río Colorado
Diairio de Cuyo
El mayor emprendimiento minero de la Argentina, la explotación del yacimiento de potasio ubicado en Malargüe, en el Sur mendocino, ha caído por una serie de incomprensibles desaciertos, políticos, económicos y presiones sociales incentivadas por el propio Gobierno provincial. Al final, el último recurso fue la demanda sindical para llegar finalmente a la justicia, lo que implica de hecho una paralización difícil de destrabar mediante la negociación y el consenso de partes.
La segunda multinacional minera del mundo, la brasileña Vale do Río Dolce no sólo abandonó el país y sus directivos ni siquiera se avinieron a los pasos administrativos para evitar conflictos sino que se fueron por razones de seguridad ante las amenazas de políticos y de los sindicatos vinculados al proyecto. Todo ello arrastró a contratistas proveedores de insumos, obras y servicios, en una desmovilización de alto costo económico y social. Se estima que la mano de obra afectada podría llegar a los 11.000 puestos entre la relación directa de Vale y las demás empresas convocadas.
Para tener una somera idea de esta gran frustración, debe recordarse que la inversión prevista era de 6.000 millones de dólares, de los cuales 2.200 dice Vale haber gastado en las primeras instalaciones. La producción de potasio para producir fertilizantes estaba destinada a la exportación e incluía, además de la mina en Mendoza, una vía férrea y una terminal portuaria en Bahía Blanca. Río Colorado contemplaba una producción anual de 4,3 millones de toneladas y tenía 45% de las obras realizadas.
El maltrato oficial y sindical, las campañas antimineras y situación cambiaria y macroeconómica del país por un lado, y los problemas internos de Vale, afectada por pérdidas cuantiosas que pretendía cubrir con Río Colorado, fueron los componentes que ocasionaron la hecatombe inversora. Es difícil que todo vuelva a fojas cero ya que Vale ha girado sus expectativas hacia proyectos en Brasil y Canadá -Carnalita y Kronau, respectivamente-, también con reservas de potasio aunque no de la magnitud de Río Colorado.
El gobernador Francisco "Paco" Pérez ha salido al cruce señalando que en la vecina provincia se está elaborando "el rediseño del proyecto" con la idea de buscar otra salida a la conflictiva explotación y, a la vez, dar tranquilidad al personal afectado el que será ocupado en otros trabajos de los contratistas. Pero el marco del fracaso mendocino está en la ausencia de una cultura minera, como la que existe en San Juan, donde todos los actores defienden la actividad frente a todos los embates de intereses mezquinos y retrógrados.
