MENDOZA: el MITO de la “cultura del agua”
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Se oponen a la minería diciendo que defienden el agua, que Mendoza tiene
una “cultura del agua”, y hasta hacen trabajos académicos sobre eso: “El 70% del territorio argentino es zona árida o semiárida, incluyendo toda la provincia de Mendoza… Esta realidad ha marcado fuertemente la identidad de gran parte de los mendocinos, y su “cultura del agua”. En Mendoza, el agua es el principal condicionante para el desarrollo de sus actividades”… colocando al agua como eje central de la lucha contra la megaminería en Mendoza… Incluso ha dado nombre a la asamblea provincial que nuclea a los grupos existentes en toda la provincia: la Asamblea Mendocina por el Agua Pura (AMPAP). Este factor potenció la organización y multiplicación de las movilizaciones en defensa del agua y en oposición a la megaminería, ya que esta actividad fue vista como “secante y contaminante” de las fuentes de agua”. Fragmento extraído de la tesis doctoral de Ciencias Sociales de Lucrecia Soledad Wagner.. Fragmento extraído de la de Ciencias Sociales de Lucrecia Soledad Wagner.
Si la “cultura del agua” fuera real, los mendocinos la cuidarían, sin desperdiciarla ni contaminarla, logrando el mejor aprovechamiento del recurso. ¿Existe esa “cultura del agua” en Mendoza?, ¿o es sólo un mito?
¿Cuidamos el agua en Mendoza?... NO
No falta agua en Mendoza, según las propias palabras del fallecido periodista
Gabriel Bustos Herrera en su
última nota:
“El problema es que regamos con métodos tan antiguos, que de cada 100 litros de agua que se deriva de nuestros diques y canales al riego, sólo llegan efectivamente a las raíces no más de 30 litros. Apenas un 15% de nuestra superficie agraria productiva riega con métodos modernos que le permitan ahorrar o bien usar el agua cada vez más escasa. El resto, prácticamente riega como nuestros huarpes...”
En el ámbito rural, Mendoza
desaprovecha la mitad del agua, si se impermeabilizaran los canales se podrían regar 200.000 hectáreas más. En la zona del río Mendoza se pierde 54% y la del Tunuyán 40%, según declaraciones del titular de la Fundación por el Agua.
No sólo en el campo, se desperdicia también en la ciudad…
En el Gran Mendoza
se pierde el 10% del agua que se potabiliza, unos 86,4 millones de litros por día son desperdiciados. Para el Gran Mendoza se potabilizan unos 7.000 l/s abastecidos por AYSAM (empresa de aguas de Mendoza), mientras que Luján, Maipú y otros 45 operadores potabilizan otros 3.000 l/s. Esto da un total de 720 litros diarios por persona, sin embargo, se estima un consumo real de 650 litros diarios, el 10% restante se pierde por roturas, conexiones clandestinas y filtraciones.
Mientras en Maipú el consumo diario por habitante es de 450 litros, en Luján se eleva a 920 y en Tupungato, en pleno Valle de Uco, a 1.200 litros por día, cuando la Organización Mundial de la Salud establece que para ciudades como Mendoza
debería ser de 250 litros diarios por persona.
No solo derroche, también contaminación…
En el oasis norte de Mendoza, el mal manejo del agua de riego y la
contaminan nuestras aguas, como es el caso de las piletas de agua termal de Cacheuta, vertiendo sus efluentes con cloro al río Mendoza, matando centenares de peces.
La cultura del agua es sólo un MITO
Al igual que las personas, las sociedades suelen tener imágenes distorsionadas de sí mismas, imágenes tranquilizantes, “políticamente correctas”; vemos lo que deseamos ver…
Tanto en el agro mendocino como en áreas urbanas el agua se desperdicia, su consumo es excesivo, se la contamina y llena de basura. Los hechos muestran que la “cultura del agua” en Mendoza es sólo una postura, es lo que queremos creer, otra hipocresía más. Lo que existe es el MITO de esta “cultura”, y mientras no aceptemos la realidad, no podremos afrontar el problema: no falta agua en Mendoza, hay pero se la derrocha y contamina. Lo que falta es conciencia de su importancia, e inversión para utilizarla en forma eficiente y racional.
La "cultura del agua"... un mito muy útil para mantener a Mendoza en el atraso, para que nada cambie,... para oponerse a todo,... y hasta para vender ideología...