El año fue puntuado por todo tipo de tensiones, cuyo mejor termómetro fue el precio del petróleo. Hubo cambios de timón en países del G-7, aluvión de elecciones en América Latina, avanzó el poder de las mujeres y murieron varios dictadores
Aunque el PIB mundial siguió creciendo fuertemente, 2006 fue un año marcado por las tensiones geopolíticas y los vaivenes en la cotización de un bien clave para la economía global, el petróleo.
Ya en abril, el precio del barril de crudo superó los u$s 70, estableciendo un nuevo récord. Por entonces, arreciaban las versiones de un posible ataque de Estados Unidos a Irán, cuarto productor mundial de petróleo, por sus proyectos de desarrollo nuclear.
El barril subió luego a los u$s 72, en coincidencia con la nacionalizaba de hidrocarburos y la toma del control de los pozos por parte del ejército que había decidido Evo Morales en Boliva. La estatal boliviana YPFB se quedaría con un 82% de los beneficios del crudo extraído en los grandes yacimientos. Aunque irrelevante como actor energético mundial, Bolivia fue un caso más de la ola de "nacionalismo energético" que tanto inquieta a los mercados mundiales.
El petróleo siguió subiendo y en junio el precio del barril alcanzó nuevo récord, u$s 77, impulsado por el aumento de las tensiones en Oriente Medio y por los problemas de provisión de Nigeria. Para peor, ese mes, Corea del Norte concretó un desafío a EE.UU. y las potencias occidentales con el lanzamiento de 7 misiles, uno de ellos de alcance intercontinental.
La ofensiva militar de Israel en Líbano, iniciada el 12 de julio, agregó dramatismo bélico a la geopolítica del petróleo, cuya cotización llegó en las semanas siguientes a orillar los u$s 80 el barril.
En África las cosas siguieron sin mejorar. La ola de secuestros en Nigeria, principal productor de crudo del continente negro, se intensificó a lo largo del año. Las víctimas son empleados de compañías que trabajan en la extracción de crudo en el Delta del Níger.
Sobre el fin de año, Somalia, otro territorio privilegiado también por los recursos petrolíferos y por su situación estratégica, es invadida por fuerzas militares de Etiopía, que ayer rodeaban Mogadiscio, la capital somalí. Con todo, las tensiones y acciones violentas no se limitaron al crudo. Rusia, que comenzó 2006 cortándole el gas a Ucrania y a gran parte de Europa Occidental, en lo más crudo del invierno, siguió ejerciendo a lo largo del año el cuasimonopolio del gas en esa parte del mundo y provocando conflictos que afectan el abastecimiento europeo. Al cierre del año, el epicentro del problema pasó a ser Bielorrusia, por donde pasa más de un quinto del gas que el gigante eurasiático vende a Europa. El conflicto es por el precio del gas que Moscú fijó para 2007 y que Bielorrusia, –que en represalia amenaza con cerrar a la rusa Gazprom "el grifo de la tubería de la exportación"– no quiere aceptar.