Emergencia. Cada vez más locales céntricos se ven obligados a instalar generadores para poder trabajar.
Los cortes se sucedieron ayer durante todo el día. En la zona norte duraron más de cuatro horas. Por el apagón, los cajeros automáticos se mantuvieron gran parte de la jornada fuera de servicio.
Los catamarqueños no perciben ninguna señal de que la crisis energética pueda ofrecerles alguna tregua, y cada día reviven los mismos problemas, que ya no distinguen entre la zona céntrica y los barrios.
Cortes de luz constantes, que a veces duran unos pocos minutos y otras se extienden durante horas, subas y bajas permanentes en el nivel de tensión y las consecuentes interrupciones en el suministro de agua potable son moneda cotidiana.
El lunes el microcentro padeció nuevos apagones, en particular después del mediodía, situación que dejó fuera de servicio a todos los cajeros automáticos de la zona bancaria y afectó seriamente a comercios y oficinas de la zona.
En los barrios la situación fue similar, aunque el panorama más grave se observó en la zona norte, con un apagón que se extendió durante más de cuatro horas, y motivó las quejas de los vecinos.
La empresa responsable de distribuir la energía, EDECAT, no emitió ningún comunicado para explicar los motivos del desperfecto, aunque extraoficialmente se indicó que estas fallas no pueden atribuirse a la crisis nacional.
Según técnicos que trabajan en la concesionaria, la red local requiere un recambio casi total, y los equipos obsoletos que se utilizan por la acumulación de años sin inversiones, son la principal razón de los desperfectos que se padecen.
Si a ese cuadro se añade una completa saturación por los elevados niveles de consumo, la realidad no puede ser otra que la actual: cortes y más cortes, aún cuando la mayorista Transnoa envíe un caudal de energía suficiente.
En un gesto que no hace más que multiplicar el lógico malestar general, EDECAT virtualmente anuló los teléfonos asignados para la recepción de reclamos, lo cual hace imposible comunicarse con la empresa.
La falta de agua se repitió en diferentes zonas de la Capital, a pesar de los equipos electrógenos que dijo haber aportado la provincia, que según los anuncios serían estratégicamente ubicados para alimentar a las estaciones de bombeo.
Enero sigue su marcha y los catamarqueños lo sufren como una tortura, porque los peores vaticinios se cumplieron en materia de calidad de servicios: día y noche, los cortes de luz y agua impiden el normal desarrollo de las actividades, e incluso alteran las horas de descanso, porque no hay modo de contrarrestar las elevadísimas temperaturas de esta época del año.