Después de vencer la primera mitad del siglo, cuando en Chacabuco se avizora el posible inicio de una etapa industrial, el servicio eléctrico se había sumido en una profunda caída. En 1956, ya casi no se disponía de energía eléctrica.
Si se quería salvar esa naciente industria, promover nuevas radicaciones y, también, dar al vecino ese confort que conlleva la electricidad, se debía innovar en la materia.
La vieja Usina de la Suizo - Argentina, con sus ruidosos y gastados motores, delataba la necesidad del reemplazo. Y precisamente, reemplazarla era una idea decididamente renovadora que rondaba en la mente clara de unos pocos; entre ellos, don Héctor L´Hopital, entonces Comisionado Municipal. La Compañía tenía cinco motores con un total de 1.200 caballos de fuerza, proveyendo muy deficitariamente a la Ciudad.
Cuando comenzó el tendido de la línea de Alta tensión Chivilcoy - Chacabuco, que incorporaría a éste al entonces naciente Servicio Interconectado Nacional, el reducido consumo de la Ciudad opacaba toda perspectiva.
Era la hora decisiva de la ayuda mútua de los vecinos: la constitución de una Cooperativa de vecinos usuarios, dado los alcances de la ley 5156, se presenta como la mejor solución.