"No estamos invirtiendo en crecimiento, porque no están dadas las condiciones para crecer, debido a que no hay rentabilidad en Argentina. Esto se debe a que en los últimos cuatro o cinco años hemos vivido una convertibilidad como la de los 90, pero en los energéticos. Se planchó el precio con algunas medidas y eso generó dos problemas. Hubo una señal para que la demanda aumente el consumo y otra para la oferta: ¿quién va a invertir si no se tiene rentabilidad?". El planteo fue formulado por el presidente de Shell Compañía Argentina de Petróleo, Juan José Aranguren, quien ayer disertó en el Jockey Club de esta ciudad, invitado por la Fundación del Tucumán. Acompañado por el presidente de esta entidad, José Manuel García González, el máximo ejecutivo de Shell en nuestro país visitó LA GACETA, donde fue recibido por el gerente general de la empresa, José Pochat.
Según Aranguren, la crisis del sector de combustibles en la Argentina provocará que tarde o temprano el país se vea en la obligación que importar cantidades importantes de energía. "Un combustible clave en la matriz energética como es el gas está cada vez más escaso, puesto que tenemos reservas sólo para siete años y medio", reveló. El ejecutivo opinó que el precio de los combustibles debería estar más alto que los valores de hoy. "Si hoy aumentaran 25% o 30% los precios, o los impuestos internos o de exportación bajaran 15%, aumentaría el ingreso en las compañías refinadoras y no habría tanta presión sobre los precios de los combustibles", remarcó. Apuntó que este escenario lleva a que el estacionero no tenga rentabilidad, y que los precios en Buenos Aires sean más bajos que en el interior.

El titular de Shell aseguró que el GNC representa una pequeña porción del negocio de las petroleras, pero a costos muy altos.
"Hace seis años vengo diciendo que no tiene sentido que una camioneta 4x4 use GNC y sea subsidiada, y hoy estamos penando porque no hay gas. La Secretaría de Energía analiza establecer un precio diferencial para vehículos de alta gama, lo que será un motivo de fraude. Para GNC importamos gas a U$S 15 el millón de BTU, contra los U$S 2 que pagamos en nuestras casas. O sea, la incidencia del GNC en el negocio de los combustibles es pequeña, pero el costo es enorme. Si pudiéramos comercializar más naftas, que hay, no tendríamos que estar importando ese gas que nos cuesta tanto", resaltó Aranguren. Vaticinó que el GNC comenzará a racionarse, a través de la suba del precio. Shell tiene grandes expectativas con la puesta en marcha del plan de biocombustibles, a partir de 2010. "Estamos totalmente dispuestos apenas el alcohol esté disponible; ya hicimos todas las inversiones. Pero no está la oferta disponible, y el programa comenzará en forma reducida. Hemos propuesto dos alternativas: que se postergue seis meses la entrada en vigencia sin violar la ley, que dice 5% de etanol para incorporar a las naftas. Pero la verdad es que este aporte va a bajar bastante, porque estará limitado a menos de la tercera parte del volumen necesario. La otra alternativa que hemos propuesto es importar, cuyo costo para traerlo desde Brasil al puerto de Buenos Aires es casi igual que trasladarlo desde Tucumán. O sea, a través de la importación se podría cubrir el tiempo que los ingenios o la destiladoras necesitarían para empezar a producir. Pero aquí no se hace lo correcto, sino lo conveniente", concluyó Aranguren.