LOS NEGOCIOS DE FRANCISCO ERRÁSURIZ

Creó la filial Cominor para entrar al mercado de las energías alternativas. A fines de año debutará con productos de cerdo elaborados, y tiene en marcha una serie de proyectos inmobiliarios en Santiago.

LAURA GARZÓN ORTIZ

"He estado cabeza gacha trabajando", dice el empresario Francisco Javier Errázuriz cuando se le pregunta el porqué de su largo silencio mediático. Tras alejarse de la política -postuló a la Presidencia en 1989 y fue electo senador para el período 1994-2002-, el creador de Unimarc y controlador del holding Inverraz retomó hace cuatro años las riendas de sus negocios, enfocándose a bajar los niveles de endeudamiento y potenciar el crecimiento.

Reconoce que ha sido un período duro -incluso tuvo que sortear varias peticiones de quiebra-, en el que ha sido clave el apoyo de su familia. Su esposa, María Victoria Ovalle, y dos de sus siete hijos -Francisco Javier (33 años, ingeniero) y Matías (30 años)- entraron a la gestión de las empresas.

Los resultados, asegura, son positivos y dice que "todas las áreas están con números azules", aunque se niega a dar cifras.

Con el horizonte más despejado, Errázuriz decidió dar un nuevo paso y entrar al competitivo mercado energético. Su apuesta: las energías alternativas, un nicho que está siendo mirado con avidez por importantes compañías extranjeras.

Para eso estructuró la filial Cominor, donde trabajan tres ingenieros y dos geólogos, que maneja una serie de proyectos de centrales eólicas, biogeneración y geotérmicas, que en conjunto demandarían inversiones por US$ 240 millones.

Para concretarlos está postulando a fondos en Corfo y estructura alianzas con un grupo japonés -que prefiere no identificar todavía- y con la firma estadounidense Geothermex (ver recuadro), una de las más grandes en el mundo en geotermia. Ésta energía usa el calor contenido en el interior de la tierra.

La apuesta energética

Su preocupación por este tema viene de sus tiempos en el Senado, donde presidió la Comisión de Economía y Energía. Allí, recuerda, se opuso a incluir al gas argentino en la matriz energética porque "era poco seguro, además era muy barato, y eso no podía durar". También impulsó la Ley de Geotermia.

Ahora, desde la trinchera privada, decidió aprovechar las oportunidades que abrió la Ley Corta II a las energías alternativas. Éstas son incipientes en el país: de la capacidad de generación eléctrica instalada, sólo el 1,4% lo aportan centrales de biomasa y 0,02% las eólicas.

Cominor planea invertir US$ 6,5 millones en los próximos cuatro años en estudios de exploración en geotermia. Ya cuenta con tres concesiones otorgadas, una en la I Región y dos en la X Región; está participando en la licitación de seis más -compitiendo con la Empresa Nacional de Geotermia, una sociedad entre Enap y la italiana Enel-, y espera que el Ministerio de Minería y Energía dé el visto bueno a otras doce.

Errázuriz tiene amplia experiencia y también conflictos en el tema de concesiones. Su compañía Cosayach, que produce salitre y yodo, mantiene hace años litigios con Soquimich por superposición de pertenencias mineras en el norte.

El plan de Cominor contempla levantar -en las tres concesiones- plantas geotérmicas de 30 MW que demandarían una inversión de US$ 39 millones, cada una.

En el área eólica está concursando para obtener fondos de la Corfo, con dos proyectos en Pichilemu (VI Región) y uno en Pozo Almonte (I Región). "Son plantas de 20 MW que cuestan US$ 36 millones cada una", detalla Claudio Cádiz, gerente de la división Energía.

La iniciativa que está más adelantada es la central de biomasa en Marchigüe (VI Región), que usará los desechos del aserradero de Gafonac, una filial de Inverraz.

"Pensamos construir una planta de 8 MW que cubra el consumo de las actividades del holding en la zona y vender el excedente a empresas vecinas. La inversión sería de US$ 15 millones", detalla.

Además de su aventura energética, Errazúriz está preocupado de sus otros negocios. Tras 12 años de estar involucrado en política, reasumió en 2002 las labores ejecutivas en su holding Inverraz -que da empleo directo a 15 mil personas-, porque el panorama era negro: sus empresas estaban endeudadas y no se había invertido lo necesario.

Para ordenar la casa, en el área frutícola renovó gran parte de las 1.000 hectáreas que tiene en diversas regiones del país. Hoy, a través de Corfrut, exporta un millón de cajas de frutas.

Sólo este año la empresa reforzó sus plantaciones de ciruelas y cerezas. La idea es sumar un total de 900 hectáreas entre estas dos especies en el mediano plazo.

También cuenta con 2.500 hectáreas de viñas y una bodega con una capacidad de 30 millones de litros anuales, lo que equivale a un 4% de la producción nacional. Este año, Viñedos Errázuriz Ovalle exportará un millón de cajas a mercados como Inglaterra, Alemania y Estados Unidos.

A estas actividades agrega la lechería, que tiene en Valdivia y la fabricación de yogur en la VI Región que distribuye Unimarc con la marca Lech.

Su apuesta más ambiciosa en esta área está en su filial Porcinos de Chile -produce 130 mil cerdos anuales- que en tres meses más debutará en supermercados con una línea de productos elaborados llamada Porkchil.

En Argentina sigue fuerte en el negocio del aceite de oliva, que inició hace ocho años. Tiene 758 hectáreas plantadas y exporta con la etiqueta "Doncella".

También en el rubro alimentos, sigue controlando Salmones Unimarc.

En el sector forestal, Errázuriz concentra su operación en Foresa, que maneja 40 mil hectáreas de pino insigne en la VI y VII Región, y una planta maderera que vende a Estados Unidos.

Sus negocios en minería incluyen el 40% de Atacama Kosan, una empresa cuprera en la III Región, donde está asociado con Nittetsu Mining (filial de Nippon Steel) y que exporta US$ 100 millones. También es dueño de Cosayach, que abastece el 50% de las importaciones de yodo de Estados Unidos; 20% de las de Europa; 80% de la India y 40% de China. Además, está produciendo nitrato para Chile y exportando a Brasil.

Otro de los rubros tradicionales del empresario es la distribución de automóviles Nissan. Su filial Cidef -que también opera en Argentina-, luego de perder terreno frente a Marubeni, el otro representante, logró recuperarse. Fuentes de la industria estiman que este año captará 40% de las cerca de 19 mil unidades que la marca japonesa colocará en el país.

Al salvataje de Unimarc

"Unimarc está sobre su punto de equilibrio. Las pérdidas que pueden aparecer en los libros obedecen a que cambiamos el sistema de depreciación, pero operacionalmente está dando utilidad", afirma el empresario.

Para sobrevivir a la fuerte competencia de los gigantes D&S y Cencosud, la compañía ha potenciado sus marcas propias. Su esposa María Victoria Ovalle se puso al frente de Unihome, el área non food que ofrece ropa y artículos para el hogar.

En paralelo, Errázuriz está probando una nueva estrategia, que consiste en abrir locales nuevos junto a los proyectos inmobiliarios que está desarrollando. Esa fórmula la está aplicando en Avenida Bulnes, Maipú y Gran Avenida.

Inconac, su filial en este rubro, está vendiendo edificios en La Florida, e iniciará un proyecto en Providencia.

Francisco Javier Errázuriz Talavera

tiene 64 años, casado, siete hijos. Es ingeniero agrónomo de la Universidad Católica, con mención en Economía Agraria. Empezó su carrera empresarial a mediados de los años 60, hoy es dueño del holding Inverraz que tiene intereses en diversos sectores. En 1989 fue candidato presidencial y fue electo senador en el período 1994-2002.

Los juicios pendientes

Aunque en el plano empresarial, Errázuriz saca cuentas alegres, todavía tiene nubes en el horizonte por conflictos legales que mantiene en distintos frentes.

Con el banco estadounidense State Street Bank tiene cuatro juicios pendientes. En julio el empresario sufrió un revés en uno de ellos, ya que en julio el Tribunal Constitucional rechazó un recurso que interpuso su defensa para suspender uno de los procesos.

Con este fallo, la entidad financiera de Estados Unidos podría homologar a nivel local la sentencia que obtuvo en tribunales de su país y que validó la deuda por US$ 100 millones por concepto de créditos que le otorgaron a Errázuriz. Éste desconoce la existencia de éstos compromisos.

Los abogados del ex candidato presidencial anunciaron que presentarán un recurso de reclamación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para revertir esta resolución.

Además, tiene litigios pendientes con Soquimich (SQM) por superposición de concesiones mineras y con el BBVA (ex Bhif) y el empresario José Said, desatado tras la venta del Banco Nacional en 1989.

El socio de EE.UU.

Geothermex es una compañía, creada en 1973 en California, Estados Unidos, especializada en servicios operacionales y de adiestramiento en la exploración, desarrollo y evaluación de recursos geotérmicos. Es uno de los grupos consultores más grandes de su tipo en el Hemisferio Occidental.

Ha efectuado más de 750 proyectos en 44 países, contribuyendo al desarrollo de una capacidad instalada de más de 6.000 MW de energía geotérmica con una inversión total que llega a los US$ 7.000 millones.

Inverraz suscribió con esta compañía un acuerdo de intención para concretar una alianza estratégica. "La empresa está interesada en invertir en nuestros proyectos, a través de una subsidiaria", informa Claudio Cádiz, el gerente de la División Energía del holding chileno.