Cómo separar el molibdeno del cobre
(La Nación)
Un proyecto piloto unió a la minera
Los Pelambres y la división industrial de la empresa
Siemens. En la planta selectiva de esta mina está la última herramienta diseñada por la industria alemana para la separación del molibdeno del cobre, dos metales que en la naturaleza se encuentran unidos. Tras el proceso de chancado, el material concentrado conformado básicamente por molibdeno y cobre, es mezclado con agua y puesto en celdas para la separación de ambos metales. Debido a sus propiedades, con la ayuda de algunos químicos y unos motores que hacen girar la mezcla, el molibdeno sube a la superficie y el cobre queda en el fondo, desde donde es retirado y procesado.
El molibdeno, útil para la creación de aleaciones especiales de acero y la fabricación de aceites y lubricantes, se procesa hasta llegar a una concentración que sobrepase el 50%, un gran trabajo si se considera que tras el chancado, el mineral tiene apenas un 1% de ley. Después de pasar por varias etapas de agitación y concentrado, se seca hasta obtener un 7% de humedad. Entonces es envasado en sacos de 600 kilos, que pueden alcanzar los $ 20M cada uno.
Nueva técnica
La nueva celda de flotación que prueba
Siemens, permite ingresar los ingredientes en forma de cascada a través de un “rociado de neumático con flotación de columnas”. En otras palabras, el material llega a la celda por unos tubos en forma tangencial, generando un efecto rotatorio. A la pulpa minera se le agrega nitrógeno en cámaras mezcladoras antes del ingreso a la celda, de esta forma, se aumenta la cantidad de burbujas que contienen molibdeno. Posteriormente, se vuelve a inyectar nitrógeno, lo que obliga a las burbujas de gas a transportar más moléculas de molibdeno a la superficie que no fueron capturadas en la primera etapa.
La nueva celda no utiliza motor, sino un sistema neumático que funciona con nitrógeno, por lo que hay un menor consumo de electricidad. Sin embargo, en comparación con las celdas tradicionales, requiere de más mantención. Con apenas dos meses de funcionamiento, se está evaluando la factibilidad económica de ella, pero al menos en el papel, la reducción de la energía sería del orden del 40%. Según explicó
Martín Nakouzi, gerente proyectos de Siemens, una de las razones que explican la incursión de la empresa en este campo tiene que ver con la necesidad de reducir el consumo de energía en el proceso. "Dependiendo de los resultados de esta prueba, generaríamos conversaciones con otras mineras a fin de comercializar la nueva celda", dijo.