EL GOBIERNO CLAUSURÓ LA DESTILERÍA DE LA PETROLERA SHELL HASTA NUEVO AVISO
El Cronista, Buenos Aires (
La medida fue dispuesta por la Secretaría de Medio Ambiente pero tiene un fuerte impacto político. Shell se defiende e intentará reabrir la planta en la Justicia
A las 20:24, con actitudes y gestos cinematográficos, funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable comenzaron la clausura total y por tiempo indeterminado de la refinería de Shell, anticipada por El Cronista desde la semana pasada. “Soy el director nacional de Control Ambiental, venimos a notificarle una resolución emitida por la Secretaria de Ambiente de la Nación, en su carácter de presidenta de la Cuenca Matanza-Riachuelo”, se presentó –con cara de Eliot Ness– Raúl Vidable, el mismo que comandó la inspección a la segunda destilería más grande del país durante 13 días. A su lado, también con rostros de circunstancia, estaban el abogado Sebastián Cardoni (clave en su equipo) y la directora nacional de Residuos Peligrosos, Maggie Videla Oporto.
Pocos minutos antes, habían arribado a esta parte del Polo Petroquímico Dock Sud, con imagen hollywoodense, en ocho Toyota Hylux en fila que maniobraban para estacionar en Sargento Ponce al 2300. Una hora y media después –cerca de las 22–, y tras leerle la resolución de 83 páginas a los directivos de Shell, la faja de clausura cruzaba por primera vez el portón de una refinería grande.
La decisión, que pone en riesgo el abastecimiento de combustibles en el corto plazo, fue tomada en el marco del Plan Integral de saneamiento de la Cuenca Matanza –Riachuelo. Los motivos de clausura son seis, desde la falta de permiso para extraer agua del Río de la Plata, hasta una deficiente gestión de residuos peligrosos, o la falta de pruebas en casi 700 aparatos, entre otras (ver aparte). A la hora de buscar otro tipo de explicaciones, todos recordaron la mala relación entre Shell y el Gobierno. Ayer mismo, en una jornada negra para la petrolera anglo–holandesa, dos de sus estaciones de servicio fueron inhibidas por el Estado Nacional, como parte del juicio por desabastecimiento de gasoil que la enfrenta con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
En cuanto a la clausura, coloca a Shell frente a un posible abismo. Como es por tiempo indeterminado, no abrirá “hasta que la empresa cese la situación de peligro para el ambiente y la integridad física de los habitantes de la cuenca Matanza–Riachuelo”, según comentó la secretaría encabezada por Romina Picolotti. Del plan de reconversión que Shell presente a esta funcionaria, y su criterio para evaluarlo, dependerá la duración de la clausura. Desde dos o tres días, hasta la carencia de una fecha precisa.
Como no está garantizada la pronta reapertura por esta vía administrativa, Shell evalúa presentar un recurso de amparo. Durante la tarde de ayer, cuando se sospechaba la inminencia de la clausura, los abogados de la empresa trabajaban en un recurso de amparo para frenarla. Con el hecho consumado, podrían aducir el derecho de la compañía a seguir produciendo, o de sus trabajadores a mantener los puestos de trabajo. En la Secretaría de Picolotti ya prevén cierta judicialización de la clausura: “llevaron a Tribunales todos los cuestionamientos que recibieron desde el Estado, es lógico que también lo hagan con este”, confía un abogado de Ambiente. Final abierto para el mayor enfrentamiento Gobierno/Empresa de la Era Kirchner.
LOS MOTIVOS
El Cronista, Buenos Aires
Según un comunicado oficial, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable justificó la clausura de la destilería de la petrolera Shell en Dock Sud en:
No tiene permiso para extraer del Canal Dock Sud ni del Río de la Plata los 18.400.000 litros de agua por hora que realiza, incumpliendo con el Código de Agua de la Provincia de Buenos Aires. El equivalente a la cantidad de agua utilizada por una ciudad de 1.100.000 habitantes.
No posee las habilitaciones y pruebas periódicas de aparatos sometidos a presión conforme a la resolución SPA 231/96, en casi 700 aparatos.
Existen pérdidas y derrames constatados. Las pruebas de suelo tomadas acreditan la contaminación.
Hay una deficiente gestión de residuos especiales y/o peligrosos en violación a la ley 11.720 de la Provincia de Buenos Aires y 24.051 de Residuos Peligrosos de la Nación.
Falta y omisiones formales, entre otras, como por ejemplo Permisos de Vuelco (al Río de la Plata).
Falta de estudios de Impacto Ambiental.
LA EMPRESA PEDIRÁ HOY A LA JUSTICIA LA REAPERTURA
El Cronista, Buenos Aires
La vía administrativa para reabrir la refinería es presentarle un plan de reconversión a la secretaría de Ambiente. Como los tiempos de tal proceso son inciertos, en Shell se preparan para ir hoy mismo a la Justicia. Hasta las últimas horas de anoche, un comité de emergencia estaba reunido en las oficinas centrales de la petrolera, ubicadas en Diagonal Norte al 700. Este equipo, encabezado por el presidente de la empresa, Juan José Aranguren, analizó desde la tarde distintas opciones, entre las cuales ganó consenso la opción de presentar un recurso de amparo.
Se pensó en pedir un freno judicial a la clausura de la “Refinería Buenos Aires”. Con el hecho consumado, la argumentación para este recurso puede sostenerse en el derecho de la compañía a seguir produciendo, o de sus trabajadores a mantener los puestos de trabajo, entre otras alternativas. En la secretaría de Picolotti ya prevén cierta judicialización de la clausura: “llevaron a Tribunales todos los cuestionamientos que recibieron desde el Estado, es lógico que también lo hagan con este”, confía un abogado de Ambiente.
Los cuestionamientos judiciales de Shell a la clausura podrían incluir los fundamentos de la misma. Según anticipó este martes El Cronista, Shell sostendrá que sus auditores no detectaron ninguna anomalía, y que éstos son los encargados de controlar sus instalaciones porque así lo determina la Resolución 785/2005 de la Secretaría de Energía. De acuerdo a esta norma, los “profesionales independientes y empresas auditoras de seguridad” anotados en un registro “ejercitarán los controles materiales” de todas las instalaciones de hidrocarburos, desde refinerías hasta estaciones de servicio y plantas de almacenaje.
Apoyo bonaerense
Si esto ya implica un cuestionamiento a la autoridad y el poder de policía de Picolotti, ayer una funcionaria bonaerense le tendió una mano a la empresa. “La refinería de Shell en Dock Sud está correctamente habilitada”, señaló Silvia Suárez Arocena, secretaria de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires. Palabras que fueron interpretadas con desconfianza en las cercanías de Picolotti. “O juega a favor de la empresa, o está abriendo el paraguas”, señaló una fuente consultada.
Por supuesto desabastecimiento, o para reabrir su única instalación productiva en el país (esta empresa no participa del upstream), los abogados de Shell tendrán un arduo trabajo en los próximos meses. Tantos los internos de la empresa como dos “externos” con nombre y peso propio: Héctor Mairal y Ricardo Gil Lavedra.
GRAVE: CUANDO FALTA GASOIL LE CIERRAN PLANTA A SHELL
Ámbito Financiero, Buenos Aires (www.ambitoweb.com)
El gobierno clausuró ayer «totalmente y en forma preventiva» la refinería de Shell en Dock Sud, y comparó el hecho a decisiones similares tomadas con Danone y Firestone el último mes.
La medida, que implica una nueva ofensiva contra la petrolera, puede tener, sin embargo, un efecto búmeran sobre el gobierno, porque en forma casi inmediata empezará a advertirse desabastecimiento de gasoil en momentos en que empieza un nuevo pico de demanda del campo (Shell suministra más de 12% del producto). También faltará nafta, porque la empresa provee entre 15% y 18% de este producto al mercado local. A esto se suma la grave situación en que quedan las estaciones de la red de Shell que son propiedad de terceros.
Probablemente, por esa razón y sin explicaciones convincentes, en medios oficiales se aclaró ayer que la clausura no durará más de tres días. No se entiende qué se podría solucionar en tres días que no se hubiera resuelto con la refinería abierta. Pero las mismas fuentes anticiparon que también se clausuraría la planta de despacho de Petrobras en Dock Sud, lo cual agravaría la falta de combustibles.
La decisión se tomó sobre la base de un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Romina Picolotti, tras una inspección de más de trece días. Sin embargo, la principal acusación es que Shell «no tiene permiso para extraer agua del Canal Dock Sud ni del Río de la Plata: los 18.400.000 litros de agua por hora que realiza, incumpliendo con el Código de Agua de la Ciudad de Buenos Aires».
Según el informe de Picolotti, el agua empleada por la petrolera «equivale a la cantidad utilizada por una ciudad de 1.100.000 habitantes». Pero en vez de multar a la empresa y obligarla a obtener el permiso municipal, la decisión fue el cierre.
• Infracciones
Entre los otros ítems mencionados en el comunicado oficial (se afirma que el informe tiene unas 170 páginas), se mencionan «pérdidas y derramesconstantes» y que «las pruebas de suelo tomadas acreditan contaminación». Pero no se explicita en qué lugar de la refinería se constataron los derrames y si no hubiera sido posible un cierre parcial de las instalaciones contaminantes.
El resto de los ítems siguen teniendo carácter formal, aun cuando merezcan sanciones. El comunicado dice que Shell «no posee las habilitaciones y pruebas periódicas de aparatos sometidos a presión conforme a la Resolución-SPA 231/96 en casi 700 aparatos».
También añade: «Deficientegestión de residuos especiales y/o peligrosos», «falta y omisiones formales, entre otras, permisos de vuelco (al Río de la Plata)», y «falta de estudio de impacto ambiental».
La decisión de Picolotti se une a otras clausuras e inspecciones realizadas en la zona en las últimas semanas, aparentemente apremiadas por la actitud crítica de la Corte Suprema, en relación con el plan de saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo.
En el caso de Shell, la clausura se suma a las multas por unos 30 millones de pesos aplicadas por la Secretaría de Comercio Interior por presunto desabastecimiento de gasoil y al pedido del titular de esa dependencia, Guillermo Moreno, en la Justicia para que aplique la pena de prisión al directorio de Shell por la misma causa.
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NUEVA MEDIDA CONTRA SHELL: ORDENAN CLAUSURAR LA REFINERÍA
La Nación, Buenos Aires
www.lanacion.com.ar
El Gobierno la acusa de contaminar el medio ambiente; temor a escasez en las estaciones
Shell recibió anoche la quinta mala noticia proveniente del gobierno argentino en menos de un año: la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable ordenó la clausura de su planta de Dock Sud, la única refinería que la empresa controla en América latina, tras detectar seis presuntos incumplimientos ambientales. Al cierre de esta edición, la compañía analizaba más de 40 páginas de observaciones, pero trabajaba con normalidad.
"No podemos decir nada. Vamos a estudiar las denuncias", contestaron a LA NACION en la firma angloholandesa, que opera en la zona desde 1931. Sí, en cambio, se quejaban en las estaciones de servicio, desde donde se temía un recrudecimiento de lo que las golpea desde hace por lo menos tres años: la escasez de gasoil. "Hay que diferenciar Shell, una petrolera enfrentada con el Gobierno, de los estacioneros, todos empresarios pymes -se lamentó Raúl Castellano, vicepresidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines-. Por lo general, estas medidas perjudican más a los estacioneros que a Shell."
La explicación de Castellano se sustenta en que, en marzo de 2005, el boicot convocado por el presidente Néstor Kirchner contra la compañía le permitió a Shell cerrar su único año con ganancias en el país desde 2001, porque incrementó sus exportaciones en detrimento del mercado interno y puso al borde del cierre a muchas estaciones. Shell tiene unas 780 bocas de expendio: 160 propias y el resto tercerizadas.
Derrames e incumplimientos
¿De qué se acusa a la petrolera? Los cargos son seis. El comunicado de la secretaría afirma que:
1) No tiene permiso para extraer del Canal Dock Sud [Riachuelo] ni del Río de la Plata los 18.400.000 litros de agua que extrae por hora, el equivalente a lo empleado por una ciudad de 1,1 millones de habitantes. Incumple, dice, el Código de Agua de la Provincia de Buenos Aires.
Emerge aquí una discusión con la provincia. Ayer, la secretaria de Política Ambiental bonaerense, Silvia Suárez Arocena, dijo que la cartera a su cargo había hecho la certificación y que la planta estaba "correctamente habilitada".
2) No tiene habilitaciones y pruebas periódicas de casi 700 aparatos sometidos a presión.
3) Existen pruebas y derrames constatados. "Las pruebas de suelo tomadas acreditan la contaminación", indicó.
4) Hay una deficiente gestión de residuos especiales o peligrosos.
5) Existen faltas y omisiones formales, como "permisos de vuelco al Río de la Plata".
6) Faltan estudios de impacto ambiental.
La refinería de Shell trabaja las 24 horas del día durante los 365 días del año, y lo hacía anoche aún con normalidad, mientras sus abogados discutían con técnicos de la secretaría que conduce Romina Picolotti.
Como suele ocurrir desde hace algunos años en este tipo de cuestiones, reinaban anoche el silencio y la confusión incluso dentro del Gobierno. "Pregunte en la Secretaría de Comercio Interior, que vigila la ley de abastecimiento", contestaron en un despacho del Gobierno. Pero Guillermo Moreno, que conduce esa dependencia, no tenía ayer, al menos en el aspecto formal, nada que ver con el pedido de clausura. Moreno fue, sí, quien participó de otras de las recientes peleas con Shell: las multas por desabastecimiento, el freno al gasoil premium y el pedido de prisión para el presidente de la empresa, Juan José Aranguren. El otro de los cinco tropiezos que tuvo Shell en menos de un año fue el rechazo de la Justicia a una presentación por discriminación.
En el mercado petrolero proliferaban ayer varios temores. "El Gobierno tiene la idea equivocada de que la gente apoya las medidas contra empresas extranjeras, que se hagan los gallos", se preocuparon en una compañía. Proveedores como Pan American Energy o Apache, que le venden crudo a Shell, deberán buscar nuevos compradores si se concreta la clausura.
Y el pavor a la escasez no es sólo propiedad de las estaciones. Si no opera Shell, razonan en otras refinadoras, muchos de sus clientes huirán en estampida hacia otras marcas, lo que incrementará las quejas de los consumidores por eventuales faltantes. Es otra de las paradojas del mercado energético argentino: por las diferencias de precio con el exterior, las petroleras se desesperan por no vender aquí el producto que fabrican.
La queja era anticipada anoche por el dueño de una estación YPF del conurbano bonaerense: "Esta medida puede ser un boomerang de consecuencias incalculables. Es como clausurar Atucha o Río Tercero: espero que hayan tenido eso en consideración". Según averiguó LA NACION, la Secretaría de Energía no había previsto anoche un stock de combustible alternativo.
Por Francisco Olivera
EN MEDIO DE LA PUJA CON SHELL, EL GOBIERNO LE CLAUSURÓ LA REFINERÍA
Clarín, Buenos Aires (www.clarin.com)
Fue anoche. Lo hizo la Secretaría de Ambiente, alegando contaminación y que la empresa usa agua sin autorización. Es la única planta de la petrolera, a cuyos ejecutivos Moreno pidió que la Justicia imponga prisión.
Natalia Muscatelli
En un nuevo giro en la ya muy tensa relación entre el Gobierno y la petrolera Shell, y tal como adelantó ayer Clarín, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable clausuró de manera "total" y "en forma preventiva" la refinería de la compañía en Dock Sud. Alegaron que habían detectado distintas formas de contaminación y que la compañía utilizaba agua sin la correspondiente autorización.
Ayer, en Shell sus abogados y técnicos estaban evaluando el impacto de la medida (ver La empresa...). A las 20, una delegación de Ambiente ingresó en la refinería, ubicada en el partido de Avellaneda. Lo encabezaba la Dirección Nacional de Control Ambiental, y se enmarcó en el Plan Integral de saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo, señalaron los funcionarios.
"Por un lado, yo quiero que la cierren porque contamina -decía en la puerta de la planta un pequeño de 10 años, que junto a un grupo de vecinos se había reunido para ver de cerca el operativo-. Pero mi papá trabaja ahí, y entonces no sé...", dudó.
Los funcionarios habían realizado una extensa inspección en la refinería de Shell, que duró 13 días. Y de ella desgranaron los siguientes argumentos para la clausura, que fueron definidos en un comunicado de Ambiente:
"No tiene permiso para extraer del Canal Dock Sud ni del Río de la plata los 18.400.000 litros de agua por hora que realiza, incumpliendo con el Código de Agua de la Provincia de Buenos Aires. El equivalente a la cantidad de agua utilizada por una ciudad de 1.100.000 habitantes.
"No posee las habilitaciones y pruebas periódicas de aparatos sometidos a presión conforme a la resolución SPA 231/96, en casi 700 aparatos.
"Existen pérdidas y derrames constatados. Las pruebas de suelo acreditan la contaminación.
"Hay una deficiente gestión de residuos especiales y/o peligrosos en violación a la ley 11.720 de la Provincia de Buenos Aires y 24.051 de Residuos Peligrosos de la Nación.
"Falta y omisiones formales, entre otras, por ejemplo, Permisos de Vuelco al Río de la Plata.
"Falta de estudios de Impacto Ambiental".
La clausura se da en el marco de una dura puja del Gobierno con la petrolera de capital angloholandés. Las diferencias arrancaron en 2005, cuando la venezolana PDVSA, asociada a la local ENARSA, intentó sin éxito comprar la compañía. Luego vino el boicot a la empresa convocado por el presidente Néstor Kirchner por una suba de precios. Este año y el anterior, la secretaría de Comercio aplicó a la empresa millonarias multas, y ahora reclaman la prisión de los máximos ejecutivos de la misma.
Ayer, intentando tomar distancia de esa situación, Ambiente señaló que la refinería "está situada dentro del denominado polo petroquímico, donde se ubican además otras empresas que también han sido objeto de acciones de la DNCA". Y agregaron: "La clausura se mantendrá efectiva hasta que la empresa cese la situación de peligro para el ambiente y la integridad física de los habitantes ".
La empresa analiza qué hacer
La refinería se llama Buenos Aires, aunque está en Dock Sud. Shell la comenzó a operar el 7 de mayo de 1931. Y es la única que la empresa tiene en el país (en los hechos, es la única de la petrolera en toda Sudamérica). Anoche, la empresa evaluaba los alcances de la clausura oficial.
"Los abogados están analizando las más de 80 carillas de la resolución -dijeron anoche en Shell-. Hay que ver qué corresponde hacer. Y, además, una planta como esta no se apaga con una llave de luz, es algo que toma tiempo". Recién hoy tendrían una evaluación del impacto de la medida sobre su producción y el abastecimiento a su red de estaciones de servicio.
En esa refinería la petrolera produce todos los combustibles y las bases de los lubricantes que comercializa en el país. Ocupa 106 hectáreas y tiene una capacidad de almacenamiento de 770.000 metros cúbicos, de los cuales 175.000 metros están destinados al almacenamiento de petróleo crudo y el resto para productos intermedios y terminados, listos para la entrega. El petróleo lo recibe mayoritariamente de Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Tierra del Fuego por barco: cuenta con puerto propio.
Perfil
Shell Argentina
VENTAS: $ 5.188 MILLONES
ESTACIONES DE SERVICIOS PROPIAS Y FRANQUICIADAS: 778
PORCENTAJE DE MERCADO EN NAFTAS: 19,3%
PORCENTAJE DE MERCADO EN GASOIL: 12,3%
Una relación tensa
La compra
Estamos en adelantadas conversaciones", dijo en febrero de 2005 Hugo Chávez. Se refería a que la petrolera venezolana PDVSA, con la local ENARSA, comprarán la filial argentina de Shell. "La posibilidad se evaluó, pero se descartó", contestó en ese momento Aranguren.
El boicot
En marzo de 2005, Shell aumentó el precio de los combustibles. La reacción oficial fue fuerte e inesperada: Kirchner convocó a un boicot nacional contra la empresa, llamando a la gente a no comprarle ningún producto. Grupos piqueteros oficialistas rodearon las estaciones de servicio de la compañía.
Multas y prisión
En 2006, cuando se agravó la falta de gasoil, el Gobierno lanzó inspecciones a estaciones de servicio. Las multas dictadas cayeron todas sobre Shell. Ahora, el secretario Guillermo Moreno reclama que la sanción incluya, además de la multa, prisión para los ejecutivos de la empresa.
El gasoil rechazado
En setiembre de 2006, Shell lanzó un gasoil más refinado, que saldría un 10 por ciento más caro que el ya disponible en el mercado. El Gobierno dictó una resolución retroactiva que obligó a que todo nuevo combustible requiriera aprobación previa oficial. Y a ese gasoil se la negaron.
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EDITORIAL DIARIO CLARÍN: "EL CONFLICTO CON LAS EMPRESAS PETROLERAS"
Clarín, Buenos Aires
www.clarin.com.ar
La situación que atraviesan las petroleras Shell y Esso no es una buena noticia para el clima de inversión del país y, en especial, para el vinculado con el sector energético. En marzo del año pasado, Shell decidió aumentar los precios de sus combustibles por fuera de los acuerdos que habían aceptado otras petroleras y el Gobierno llamó a no comprar sus productos. Meses más tarde, la empresa lanzó un gasoil con un mayor grado de refinamiento y mayor precio y su venta fue prohibida por la Secretaría de Comercio.
Más recientemente, la misma dependencia denunció a Shell por violar la Ley de Abastecimiento y pidió a la Justicia la detención de sus principales ejecutivos. Finalmente, el Gobierno decidió cerrar una refinería de Dock Sud alegando que contamina y que este caso no está vinculado con el conflicto por los precios. La dirección de la empresa sostuvo que no se irá del país, pero es evidente que el tratamiento que está recibiendo no contribuye a estimular sus inversiones.
La empresa Esso, por su parte, anunció que venderá su filial argentina, que comprende refinerías y estaciones de servicio. Y según los trascendidos, uno de los motivos de la decisión es la falta de certidumbre que le genera el clima de negocios imperante. La repercusión de la suerte de Shell y Esso en el mercado internacional provocará la misma percepción de incertidumbre y las mismas consecuencias negativas.
Se trata de un problema grave porque para sostener su crecimiento la Argentina necesita inversiones en todas las áreas energéticas. Las relaciones del Gobierno con las empresas atravesaron distintos momentos. Pero en algunos casos, las actitudes oficiales no se compadecen con el clima que debe imperar entre el sector público y el privado y con el respeto de la libertad que, en el marco de la legalidad, deben disponer las empresas para la toma de decisiones en el curso de sus negocios.
La situación que atraviesan las empresas Shell y Esso perjudica el clima que debe imperar para estimular las inversiones. El caso es grave considerando que para sostener el crecimiento son necesarias inversiones en energía y en particular en petróleo y gas.