La Nación, Buenos Aires
Ban Ki-moon acusó a la junta militar de demorar la ayuda para las víctimas
NUEVA YORK.- Diez días después del paso del devastador ciclón que asoló Myanmar y mientras crecen las advertencias sobre una catástrofe humanitaria en ese país, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, criticó ayer duramente a la junta militar birmana por los obstáculos que puso a la llegada de ayuda del exterior y la instó a "poner el pueblo primero".
En una declaración inusualmente fuerte, Ban embistió contra la junta por su "inaceptable demora para responder" a la desesperada situación de unos dos millones de birmanos que sobrevivieron al paso del Nargis, pero cuyas vidas corren peligro por la falta de alimentos, agua potable y medicinas, y por el riesgo de epidemias.
"Estamos en un momento crítico -advirtió Ban-. Si no entra ayuda extra en el país rápidamente, nos arriesgamos a enfrentar epidemias de enfermedades infecciosas que podrían provocar una crisis peor que la actual."
"Pido al gobierno de Myanmar, en los términos más enérgicos, que ponga las vidas de su pueblo por delante -agregó Ban-. No se trata de política, sino de salvar vidas."
También el presidente norteamericano, George W. Bush, tuvo duras palabras para la junta que gobierna la ex Birmania con mano de hierro desde hace más de 40 años. "O bien están aislados o son insensibles", dijo Bush.
El paso del ciclón por el sur de Myanmar dejó 32.000 muertos y unos 30.000 desaparecidos, según el gobierno. Pero datos extraoficiales hablan de más de 102.000 muertos y 220.000 desaparecidos. A esas alarmantes cifras se suman los miles de sobrevivientes que, con sus casas destruidas y sin acceso a alimentos, agua ni medicinas, esperan angustiados la llegada de ayuda.
Pese a esta preocupante situación, el régimen birmano, conocido por su paranoia y obsesionado por la defensa de su soberanía, sigue obstaculizando la llegada de ayuda del exterior y la entrada de expertos en crisis humanitarias. A este problema se suma el hecho de que varias regiones afectadas por la catástrofe siguen aisladas, según admitió ayer la junta birmana.
Durante el fin de semana y ayer se aceleró la llegada de aviones de diversos países con asistencia humanitaria, pero la ayuda sigue siendo insuficiente para atender las urgentes necesidades de los sobrevivientes.
Ban dijo ayer que el organismo sólo había podido ayudar hasta ahora a 270.000 personas, lo que equivale a menos de una quinta parte de los damnificados. Agregó que el volumen de ayuda alimentaria que ha llegado "es menos de la décima parte de lo que se necesita".
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