Cleto no se quiere quedar quieto
Crítica, Buenos Aires
Se paseó por Palermo con los dirigentes de la
SRA. La gente lo trató como a un ídolo y le pidió que compita por la presidencia. Firmó autógrafos y conoció al toro que lleva su nombre. El kirchnerismo criticó por lo bajo esa visita.
Alejandro Seselovsky
Mimos. Hasta hace pocas semanas, Cobos era un perfecto desconocido. Ayer se paseó por la muestra de la Rural como si fuera una estrella del folklore.
Ahí va
Cleto, que es Cobos, pero se parece muy poco al señor vicepresidente de la Nación que hace tres meses inauguró, en este mismo lugar, la 34° Feria del Libro. Aquella vez caminó tranquilo, nadie concibió siquiera la posibilidad de ir a pedirle un autógrafo y tampoco nadie le gritó “sacá a la Cristina, ponete vo’”. Aquella vez, decididamente, no es esta vez.
Julio César Cleto Cobos llegó, en el último día de la 122° exposición de la Sociedad Rural Argentina, cerca de las 14. Durante la media hora que hubo entre su ingreso hasta su salida en auto hacia la avenida Sarmiento, un enjambre de gente coleó detrás de él y de su corralito de seguridad sin otro impulso que el de querer saludar, tocar, besar al tipo que de pronto se les volvió un héroe.
Entre los empeños de la tribu movilera para resistir el embate descarado de la tribu de seguridad, todo aromatizado con un infatigable olor a bosta, Cobos avanzó por el Pabellón Amarillo como pudo, contestó preguntas como pudo. Cuando pudo, saludó.
Una señora decidida a todo quiso llegar hasta él para alcanzarle algo que pareció un libro. La señora avanzó al grito de: “Lea esto, presidente” e inmediatamente: “Presidente, lea esto por favor”. Otras señoras con otros libros y carpetas intentaron desde atrás –medio metro atrás, un metro atrás– ganar una atención que en general se llevaron las cámaras. Esas otras señoras, y la gente que le extendió la mano y quedó pagando pero no le importó, y los chicos con sus celulares y los peones supra respetuosos siempre de la autoridad, también lo vieron pasar y mientras miraban se les escapaba la sonrisa.
Los hombres de seguridad contuvieron, además, a los dos anfitriones: Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural, y Hugo Biolcati, su vice, quienes calificaron la visita de “tumultuosa”.
Durante la caminata, y aprovechando los micrófonos que se le arremolinaron adelante, Cobos dijo: “Estoy contento y muy agradecido por el afecto de la gente, aunque creo que es innecesario porque lo único que uno hizo es cumplir con su función”. Y también: “Esta es una visita de un ciudadano más que quiere recorrer esta muestra, incluso el ex presidente Néstor Kirchner vino en dos oportunidades”. Y finalmente: “Vengo a acompañar el esfuerzo de mucha gente para hacer esta muestra”.
La colección del refrito idólatra incluyó algunos tópicos. Ya mencionamos el más drástico (¡Sacala a la Cristina y ponete vo’!), pero también hubo:
–¡Cobos, Gracias por ayudar a los argentinos!
–¡Presentate, presentate que te voto, Cobos!
–¡Cleto, sos un torazo campeón!
Empleadas que iban quedando agitadas en sus stands sólo de haberlo visto pasar. Peones que se codeaban en silencio y padres que corrían con sus niños para ver al tipo ése que te mostré en la tele. Cleto, que hasta hace poco era sólo Cobos, encontró en la rural (la venía encontrando) una aceptación popular y un entusiasmo que ningún radical experimenta desde la Pascua del 87.
En una jugada de calibre mediático, justo antes de llegar a la provocación, y que pareció reforzar vínculos con el sector que puso en jaque al Gobierno del que es vicepresidente, Cobos se convirtió en el único funcionario de la Concertación que gobierna la Argentina en asistir a la muestra. Lo hizo, según explicó después Miguens, “porque tomó nota de cuando no pudo venir a la inauguración. Cumplió con la visita que había dicho que haría”.
El Gobierno acusó el golpe
Como era de prever, la recorrida de Julio Cobos por la Rural indigestó al Gobierno. “Ya no nos sorprende. Es el camino que eligió para construir política. Eso tiene sus costos: si nos da un cachetazo, después no puede pretender que le demos un beso”, dijo un funcionario con despacho en la Casa Rosada.
Otro habitante de ese edificio, más desatado, aventuró ante este diario que “Cleto no va a poder usar ni siquiera el auto oficial”. “No le vamos a poner más nafta”, aseguró. El lunes, Cobos encontró un ejemplo de ese congelamiento.
El vicepresidente fue expresamente excluido de las invitaciones al almuerzo protocolar con que la Presidenta agasajó a Luiz Inázio Lula da Silva. Ayer, pudo ver otra muestra: varias calles del centro porteño aparecieron empapeladas con afiches con su foto y una leyenda que dice “No Judas con el golpe”.
La tarde en que se quedó con las ganas de ser presidente
Ayer, poco después del mediodía, Cristina Kirchner dejó a su vicepresidente y neoenemigo Julio Cobos sin el dulce. La Presidenta canceló su viaje a Tarija, donde se iba a encontrar con el mandatario boliviano Evo Morales.
Una vez que Cristina cruzara la frontera norte de la Argentina, Cobos tendría la posibilidad –por primera vez desde su voto “no positivo” a las retenciones móviles– de sentarse en el Sillón de Rivadavia.
El mendocino tendrá revancha en diez días, cuando la Presidenta viaje a Paraguay para la asunción presidencial del ex religioso Fernando Lugo.
La fórmula Cobos-Fassi
En el ranking de Yahoo! Argentina, Cobos resulta el hombre más tipeado en el motor de búsqueda. Comparte el liderazgo con la mujer más buscada en internet, la modelo Natalia Fassi, ex novia de Carlos Tevez.
Cobos fue por sorpresa a La Rural y volvió a diferenciarse del Gobierno
Clarín, Buenos Aires
Por el conflicto con el campo, ningún funcionario oficial había ido a la muestra. Por: Marcelo Helfgot
Llegó por sorpresa a la Exposición Rural, horas antes de su clausura, y desató pasiones. El vicepresidente Julio Cobos se convirtió ayer en el único miembro del Gobierno en visitar la muestra y durante los 50 minutos de paseo por el predio de Palermo exprimió al máximo la popularidad que cosechó en el sector agrario con su voto decisivo para tumbar las retenciones móviles.
El ex gobernador mendocino abdicó de toda formalidad y se entregó a las poses pintorescas. No dudó en calzarse el poncho que le regaló un ruralista --como hizo el jueves en Saladillo-- y en fotografiarse junto a su homónimo, Cleto, el toro que ingresó primero a la muestra, bautizado con el tercer nombre del vicepresidente en honor a su aporte al campo.
"¿Vino como primer magistrado?", se preguntaban los directivos de la Sociedad Rural, mientras abandonaban desconcertados el almuerzo para ir al encuentro del ilustre visitante. El interrogante no era ocioso: corrían las dos de la tarde y estaba previsto que Cobos asumiera fugazmente la Presidencia, por primera vez desde su voto contra el Gobierno. Desde la Casa Rosada se echó a correr la versión de que Cobos pidió un edecán que lo acompañe como Presidente.
Voceros del vicepresidente aclararon luego que la visita fue fríamente calculada para que transcurriera una hora antes del momento en que debía reemplazar a Cristina Kirchner, según la notificación del Escribano General de Gobierno, Natalio Echegaray. Y que Cobos supo que el traspaso no se haría cuando ingresaba al predio, por un mensaje de texto de su jefe de prensa, Julio Paz, quien se enteró de la suspensión del viaje de Cristina Bolivia viendo por TV las declaraciones de Hugo Chávez.
Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural, se desvivió por atenderlo. El público se arremolinó en torno al vicepresidente. "Gracias Cobos" y "fuerza Cobos" fueron los alaridos que encabezaron el hit parade. Ya el vice había sido ovacionado en ausencia durante el acto de inauguración de la muestra, el sábado, cuando se leyó su disculpa por no asistir.
Ayer alentó al campo a "seguir luchando como hasta ahora", se mostró complacido por la convocatoria oficial a la Mesa de Enlace y no dijo mucho más. No hizo falta. El gesto diferenciador con el Gobierno quedaba claro. Y el cobismo promete nuevas sorpresas.
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