Bajarán retenciones a las exportaciones agrícolas, pero no tocarán las de la soja
El Cronista, Buenos Aires
ESTEBAN RAFELE
Con una reducción en las retenciones a la exportación de carne, la eliminación de ese impuesto a los productos lácteos y la implementación de facilidades para exportar trigo sobre la mesa, el Gobierno recibirá mañana a la mesa de enlace agropecuaria, con el objetivo de intentar ponerle fin, de una vez, al conflicto que el oficialismo y el sector agropecuario mantienen desde hace casi un año. Otra vez, la soja quedará exceptuada de cualquier concesión.
Esos son algunos de los puntos trabajados en conjunto por técnicos del Gobierno y de la Sociedad Rural (SRA). Trascendieron la semana pasada, cuando el vocero de la Presidencia dio a conocer las reuniones, hasta entonces secretas, entre el ministro de Planificación, Julio de Vido, y el presidente de esa entidad, Hugo Biolcati. Sobre ellos intentará avanzar el sector más dialoguista del Ejecutivo, siempre a la espera de que los más duros no busquen obstruir el demorado acuerdo.
Si bien Biolcati calificó de “cosméticas” las propuestas oficiales para el sector, distintas fuentes de uno y otro lado corroboraron que, efectivamente, hubo avances considerados importantes, que atiende varios de los reclamos enarbolados por los ruralistas.
Los técnicos elaboraron un borrador con una veintena de puntos, a partir del cual el Gobierno intentará avanzar con el diálogo mañana. Ese documento involucra:
Baja en las retenciones a la carne, del 15% al 5%, y otros incentivos a la ganadería.
Eliminación de las retenciones a los lácteos, actualmente en 5%, y un subsidio de 10 centavos por litro de leche para los pequeños productores, de hasta 3000 litros.
Reducción o eliminación de retenciones a productos de economías regionales.
Modificaciones en el mecanismo de exportación de trigo, para que los productores reciban el precio pleno por ese producto, y otros subsidios.
Además, Gobierno y SRA habían prometido discutir una reducción en las retenciones al trigo, el girasol y el maíz, antes de que las negociaciones quedaran truncas.
No obstante, la escalada verbal entre el oficialismo y la mesa de enlace se profundizó desde el jueves, cuando los ruralistas llamaron a un paro hasta mañana al mediodía y el Gobierno, a último momento y después de haber “escrachado” a Biolcati, confirmó la reunión con Giorgi.
En el acto del viernes en Leones, Córdoba, el presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, se burló de un Gobierno que, a su entender, quiere solucionar los problemas del país “con anuncios de ventas de calefones y cocinas” y fustigó: “Necesitan retenciones para transferir recursos a los amigos del Gobierno”.
Luego, los ruralistas bajaron el tono de la contienda y resaltaron que es importante que un ministro los reciba oficialmente después de siete meses. Aunque en la dirigencia predomina el escepticismo: molestos por los encuentros secretos entre Biolcati y De Vido –pero con la premisa de que “la mesa de enlace no se rompe”– desde las distintas asociaciones rurales confiesan que irán a Producción con pocas expectativas. Aún sin pensar en una nueva medida de fuerza.
La urgencia del Gobierno por resolver el conflicto va más allá de la política. La semana pasada, el dólar escaló hasta los $ 3,55 por una conjunción de factores externos e internos, entre los que fuentes oficiales nombraron a la poca liquidación de los exportadores.
Por eso, una de las condiciones será que se exporte la soja acopiada en los silos bolsas.
También presionarán a partir de hoy a las cerealeras para que inyecten dólares a la plaza financiera. Aducen que, entre jueves y viernes, el Gobierno autorizó exportaciones de maíz por casi tres millones de toneladas, lo que debería asegurar el ingreso de u$s 420 millones que las grandes firmas exportadoras deberían liquidar, por ley, en cinco días.
El campo, escéptico ante la reuniónLa Nación, Buenos Aires (www.lanacion.com)
Mientras el Gobierno trabajaba en frenéticas reuniones durante todo el fin de semana para llevar una propuesta a la mesa de negociación que se abrirá mañana, el campo volvió a mostrar ayer su escepticismo sobre los resultados que pueda arrojar el encuentro con la ministra de la Producción, Débora Giorgi.
De todos modos, los representantes del campo insisten en señalar como un paso importante la convocatoria al diálogo.
El borrador de medidas que presentará el Gobierno, el mismo que discutieron en forma reservada el ministro de Planificación, Julio de Vido, y el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, no despierta entusiasmo entre los dirigentes del agro, que lo ven como una serie de "medidas cosméticas".
Ayer, el propio Biocalti, que ya había rechazado el acuerdo propuesto por De Vido, se mostró con pocas esperanzas. "Yo estoy un poco escéptico personalmente, pero quiero tener confianza en que se puedan poner los temas sobre la mesa, comenzar a tratarlos, pero con la seriedad que da la decisión de un cambio en una política", dijo en declaraciones a Radio 10.
Cerca de Débora Giorgi, la única habilitada por orden presidencial en la nueva negociación, dijeron ayer a La Nacion que no habrá ninguna modificación en las retenciones a las exportaciones de soja, ni tampoco para trigo y maíz. Entre las posibilidades de retoques o mejoras para el sector agropecuario, el Gobierno avalará una rebaja en el impuesto a las exportaciones de productos de economías regionales.
Está cerrado, según anticiparon en los despachos oficiales, una baja en los impuestos para la exportación de tabaco, algodón, yerba mate, conservas de frutos, jugos, entre otros productos. El plan será similar al que ya anunció Cristina Kirchner hace dos meses, cuando presentó la rebaja del 50 % en las retenciones a frutas frescas y hortalizas.
"Diálogo, no monólogo"
"Lo que el campo quiere es un verdadero diálogo, no un monólogo", reclamó ayer el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Llambías. "En general, las reuniones que hemos tenido fueron para tratar de imponer lo que ellos [por el Gobierno] quieren, no aceptan ningún tipo de cambio y ojalá que el martes la cosa cambie", pidió.
Para las entidades, el conflicto podría destrabarse si la Casa Rosada ofrece medidas para paliar los efectos de la sequía y que se reste poder a la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y a la Secretaría de Comercio Interior, que dirige Guillermo Moreno. "Es necesario el desmantelamiento de las trabas al comercio interior y exterior que impusieron la Oncca y Moreno, que son el peor obstáculo al negocio", explicó el director ejecutivo de Carbap, Alfredo Rodes.
En las entidades piensan que si se avanza en las cuestiones urgentes, inevitablemente se deberá hablar de retenciones. "No se pueden excluir temas. Cómo uno va a hablar de la política agropecuaria haciendo caso omiso a las retenciones. Hay que ponerlo sobre la mesa, después veremos cómo se soluciona", planteó ayer Biolcati. "Si bien hay temas prioritarios, las retenciones van a tener que plantearse en algún punto", agregó el vicepresidente de la Federación Agraria, Pablo Orsolini.
Las propuestas que el Gobierno presentará incluirían subsidios a tamberos y ganaderos a través de la Oncca, rebajas a las retenciones de carne y leche del 5% y reintegros para la producción.
Una de las posibilidades que se manejó desde el Gobierno fue presentar un esquema de diferenciación para el pago de retenciones a la soja según el nivel de producción. Pero esa medida, confiaron cerca de Giorgi, no se tratará. Existe una razón más bien política para esa negativa: la segmentación había sido incluida a regañadientes por la Casa Rosada durante el debate de la resolución 125, que finalmente cayó.
El Gobierno busca un arreglo y le hará una oferta al campo
Clarín, Buenos Aires
Un funcionario dijo que esta es la última oportunidad. Buscan evitar tensión. En la reunión del martes, Giorgi prometerá fondos para economías regionales, ganadería y leche. Esta noche se mide el alcance del paro en el mercado de hacienda de Liniers. Por:
El Gobierno prepara medidas concretas para presentarle al campo el próximo martes. Algunos funcionarios creen que esta podría ser "la última oportunidad" de encauzar el diálogo con el sector y, así, evitar volver a la situación de tensión del año pasado. Los ruralistas, por su parte, llegarán a la mesa de negociación con reclamos concretos para carne, leche, trigo, maíz y economías regionales.
Ayer, altos funcionarios intercambiaron llamados y documentos todo el día buscando definir esas medidas. "Se está trabajando con la máxima discreción, porque no se puede seguir negociando a través de los medios, sino llegaríamos al martes con la línea torcida", aseguró uno de los hombres implicados en esa tarea. "Las medidas estarán listas para el martes", agregó.
Los funcionarios se niegan a decir si en el listado figurará la palabra retenciones. Sin embargo, algunas versiones señalan que podría haber una rebaja del impuesto a las exportaciones para el trigo, cereal que tiene poco volumen exportable (y poco costo fiscal, por tanto). En el ministerio de Producción, que preside Débora Giorgi, la anfitriona del encuentro del martes, se baraja además una fuerte inyección de dinero para economías regionales, fortalecer el plan ganadero, otro plan lechero y hasta un monotributo agropecuario para que los pequeños productores tengan obra social y jubilación.
Después de una semana de idas y vueltas, el jueves el Gobierno convocó al campo a un encuentro el martes próximo. Igualmente, y por la tensión acumulada luego de que la Casa Rosada hiciera públicas negociaciones secretas, la Mesa de Enlace convocó a un paro hasta el mismo martes al mediodía, dos horas antes del encuentro con Giorgi. El paro implica cese de venta de hacienda y granos.
El paro no tuvo impacto en el abastecimiento, al menos hasta ayer, según dijeron la Cámara de Supermercados y la de Autoservicios Chinos. El viernes, los frigoríficos le habrían garantizado al secretario Guillermo Moreno que no faltará carne. SanCor y La Serenísima aseguraron a los comerciantes que tienen abastecimiento pleno. El impacto de la medida de fuerza podrá medirse esta noche, cuando empiece a entrar hacienda al mercado de Liniers.
"Esta puede ser la última bala en el revólver", graficó un alto funcionario sobre la oportunidad del diálogo del martes. "Si no se logra avanzar, podemos volver a los momentos de tensión del año pasado".
Es, sin embargo, el punto de vista de un sector del Gobierno, el más conciliador, cuyo referente máximo sería el Jefe de Gabinete Sergio Mazza. Sin embargo, en el Ejecutivo hay halcones menos dispuestos al diálogo con el campo, los que tendrían como eje el entorno de Néstor Kirchner. Estos últimos fueron los que primaron, por caso, en la difusión de las negociaciones con Biolcatti. Los primeros, los que lograron hacer avanzar la convocatoria al encuentro del martes.
Los funcionarios que llevan adelante la preparación del encuentro Giorgi-Mesa de Enlace quieren evitar que la reunión termine siendo sólo "una definición de agenda". "Hay que discutir cómo sigue la negociación hacia adelante, claro, pero tiene que haber cosas concretas, medidas definidas que se presenten allí mismo".
Es claro que el objetivo oficial es evitar la situación ya dada en otros encuentros anteriores con el campo, donde una conferencia de prensa posterior a la reunión terminaba con un "no hay nada concreto" y otra escalada de cruces entre productores y funcionarios.
Del lado del campo también preparan a estas horas el listado qué llevarán a la mesa de negociación. Según fuentes ruralistas, hasta anoche esa agenda incluía el cese de intervención en los mercados de maíz y trigo, lo que mejoraría los precios; la reducción de retenciones para la carne (hoy paga 15% y la leche (actualmente 5%); y la eliminación de retenciones para las economías regionales. Está claro que en ese punteo no aparecen las retenciones a la soja, el punto ríspido que motorizó la pelea desde el año pasado.
El Gobierno necesita resultados rápidos, para encauzar la negociación y acotar a sus sectores más duros. Y el campo llega al encuentro con un paro que no llegó a impactar en la oferta de alimentos y, por tanto, no tuvo poder de fuego. El martes se verá si logran transformar esas debilidades en un acuerdo.
El paro del agro empezó con fuertes críticas al Gobierno
La Nación, Buenos Aires
LEONES, Córdoba.- En un acto que tuvo fuertes críticas al Gobierno y una concurrencia menor de la esperada, el campo comenzó ayer el sexto paro contra la política agropecuaria de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Como sucedió en 2008, durante el prolongado conflicto por las retenciones móviles, diversos grupos de productores se concentraron a la vera de las rutas en Santa Fe y en Buenos Aires. En algunos casos detuvieron el paso de camiones que cargaban granos o hacienda y provocaron trastornos en el tránsito.
"No somos parte de una conspiración ni de ningún golpe. Es inaceptable que en nuestro país se mueran 23 pibes por día por desnutrición y que haya 13 millones de pobres, y que la gran solución sean los anuncios de ventas de calefones y cocinas que se hacen en Olivos", dijo el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, en esta ciudad cordobesa.
El tono se mantuvo cuando hablaron los restantes líderes rurales. Hugo Biolcati (Sociedad Rural) dijo que "la política [agropecuaria] está matando la economía nacional". Biolcati fue aplaudido a pesar de sus reuniones con el ministro de Planificación, Julio De Vido. Mario Llambías (CRA) felicitó a los cuatro senadores que dejaron el bloque kirchnerista de la Cámara alta entre el martes y ayer. "Se jugaron por sus provincias", opinó.
Las críticas motivaron la respuesta del ministro del Interior, Florencio Randazzo. "Se pareció más a un acto de campaña electoral que a un acto que pretenda defender los intereses del campo", sostuvo.
La concentración de Leones reunió a unos 4000 productores de diversos puntos del país. A comienzos de esta semana se estimaba una concurrencia de 8000 personas.
El paro, que comenzó ayer a las 12 y terminará el martes, consistió en el cese de comercialización de granos y hacienda. El impacto más importante se reflejó en las bolsas de cereales y comercio de Buenos Aires y Rosario, respectivamente, donde no hubo operaciones.
En el Mercado de Hacienda de Liniers las ventas fueron normales ya que se concentraron en las horas previas a la medida de fuerza.
En un tono también político, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, expresó: "Queremos más federalismo, más coparticipación y por eso nos alegra que algunos legisladores se hayan jugado por sus provincias y otra vez vuelvan al origen, que es el pueblo. Por los que lo hicieron antes, los que lo hacen ahora".
Durante el acto, la concurrencia festejó con aplausos y gritos el anuncio de la renuncia de los senadores salteños Juan Carlos Romero y Sonia Escudero al bloque del PJ-Frente para la Victoria. La decisión de los legisladores por Salta se suma a la renuncia de Carlos Reutemann y Roxana Latorre, la semana pasada, al bloque oficialista en el Senado.
La convocatoria fue acompañada por parte de la oposición política nacional. En una fila de sillas tomaron asiento Rubén Giustiniani, presidente del Partido Socialista; Adrián Pérez, de la Coalición Cívica; los cordobeses Luis Juez (Frente Cívico) y Mario Negri (UCR), y el jefe de la bancada justicialista en la Legislatura cordobesa, Daniel Passerini.
Este llegó con un pedido del gobierno provincial: que se ocupara de difundir el apoyo del gobernador Juan Schiaretti al campo. Lo hizo, pero mucho más tibiamente de lo que le habían reclamado.
Carta de confianza
De los cánticos de la concurrencia se desprende que se otorgó a la Comisión de Enlace una carta de confianza para sentarse a dialogar con la ministra de la Producción, Débora Giorgi, el martes próximo.
También fue ostensible el sentimiento de rechazo hacia las políticas oficiales. El presidente de la Comisión Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Carlos Garetto, le respondió a la Presidenta: "No somos egoístas ni antisolidarios". Para Garetto, el campo es, en cambio, "el motor de la economía". La Presidenta había acusado a los ruralistas de pensar sólo en el negocio agropecuario cuando había miles de argentinos sumidos en la pobreza.
Sobre la Presidenta, Garetto dijo que "si abriera un poco los oídos y los ojos y cerrara más la boca, nos iría mucho mejor". No obstante, pidió el regreso al diálogo y al consenso. Si no, vaticinó, el conflicto estará "a la vuelta de la esquina".
Por su parte, Biolcati, que fue aplaudido a pesar de las reuniones secretas que mantuvo con el ministro de Planificación, Julio De Vido, dijo que los ruralistas no aceptarán "condicionamientos ni exclusión de temas [retenciones]". Una rotunda ovación avaló esa puntualización.
En el tramo más duro de su discurso, Biolcati sostuvo que "muchos políticos parecen no recordar algunos Mandamientos. No levantar falso testimonio ni mentir, no codiciar los bienes ajenos, no robar y no matar, porque esta política está matando a la economía nacional y no podemos seguir tolerándolo". Fue uno de los tramos más duros de su discurso.
En ese contexto, el presidente de La Rural invitó a los dirigentes agrarios a participar en la actividad pública: "Debemos ocupar espacios en la política y no dejarlos en manos de los marginales".
Buzzi, finalmente, pidió terminar con "los superpoderes, la discrecionalidad y la arrogancia". En uno de los tramos más severos, sostuvo que se "necesitan retenciones para transferir recursos a los amigos del Gobierno". Mencionó al empresario del juego Cristóbal López y a Julio De Vido, entre otros.
Los otros actos
La explosión: Capital
El 16 de julio, un día antes del voto "no positivo" de Julio Cobos, 237.000 personas mostraron su rechazo a las retenciones móviles en el Monumento de los Españoles, en Palermo. Llegaron desde el conurbano y muchas provincias del interior del país.
El debut: Rosario
El 25 de mayo del año pasado se realizó un multitudinario acto en el Monumento a la Bandera. Cerca de 200.000 personas se acercaron desde todo el país para apoyar al campo. Las banderas argentinas colmaron la ciudad santafecina.
El campo se mostró unido y con duras críticas hacia el GobiernoClarín, Buenos Aires (www.clarin.com)
Fue en un acto en Leones, Córdoba, y después de lo que llamaron "maniobras" oficiales para dividir a la dirigencia. Ratificaron el paro hasta el martes. Y anunciaron una nueva convocatoria, para el 12 de marzo, también en Córdoba. Por: Marta Platía
Vamos a dialogar con la fuerza que nos da una medida de fuerza. No nos bajó la sequía, ni la crisis internacional, tampoco nos van a poner de rodillas los K", aseguró Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en una de las frases más significativas que se dijeron contra el Gobierno nacional en el acto que la Mesa de Enlace convocó en Leones, 250 kilómetros al sureste de la capital cordobesa, en plena pampa gringa.
Si bien esperaban la llegada de unas diez mil personas y los asistentes rondaron los 2.000 mil (ver pág. 4), ante ellos se reconfirmó el paro de comercialización de granos y carnes que durará hasta el martes; y se anunció la "celebración del primer aniversario de nuestra gesta, el 12 de marzo" en la capital cordobesa "cuando comenzamos a escribir una página histórica del agro, resistiendo la aplicación de la (resolución) 125".
Bajo un sol quemante, y una humedad que bañaba cuerpos y rostros; Carlos Garetto, de Coninagro; Hugo Biolcatti, de la Sociedad Rural; Llambías y Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria Argentina --en ése orden-- se esforzaron por mostrarse unidos luego del tembladeral que atravesaron en los últimos días, cuando el Gobierno hizo públicas las reuniones secretas que Biolcatti mantuvo con Julio De Vido. Sin embargo, la actitud hasta corporal del presidente de la SRA, no pudo disimular cierto aire de mea culpa ante sus compañeros de mesa. "Antes que nada, va mi agradecimiento a todos por las confianza. Y especialmente a Eduardo, a Mario y a Carlos --dijo mirándolos--. Porque esa confianza resistió tantos embates, tantas maniobras de parte del Gobierno para separarnos, aún a pesar de los errores que uno puede cometer". Biolcatti siguió luego cargando contra un Poder Ejecutivo "que demostró no tener códigos"; y afirmó que no aceptarán "condicionamientos para el diálogo". Instó a "ocupar lugares políticos" y, bíblico, hasta citó hasta los Diez Mandamientos. Cuando terminó y a la hora de los abrazos de rigor, Eduardo Buzzi sólo le extendió la mano, a diferencia de sus otros colegas, quienes abrazaron al ¿hijo pródigo? que volvía a casa.
A su turno, Carlos Garetto, pidió que "se termine con la intervención de las exportaciones". Fue poco antes de protagonizar un episodio que causó más de una sonrisa: es que "en desagravio a los granaderos que no podrán custodiar a San Martín el 25 de febrero, en el aniversario de su cumpleaños ", la Mesa en pleno cantó la Marcha de San Lorenzo, y el hombre parecía por momentos no recordar la letra.
Más allá de las anécdotas, todos hicieron hincapié en que la "lucha será larga y mucha" e instaron a "no aflojar ni ceder ante las chicanas" de la Presidenta; aunque dejaron abierta una ventana para el martes, y rogaron "que la ministra (de Producción, Débora Giorgi), sea esa iluminada que necesitamos".
"Y pegue, y pegue, y pegue Buzzi pegue", le cantó el público al titular de la FAA. Carismático y coloquial desde un escenario que caminó hasta el borde "para estar más cerca de ustedes", el dirigente se autoafirmó por la negativa: "No somos golpistas ni desestabilizadores, ni conspiradores" dijo; y parafraseó la consigna de la Reforma Universitaria cordobesa de 1918: "Los dolores que nos quedan son las conquistas que nos faltan". Con una camiseta de la selección argentina anudada al cuello y su tono campechano, Buzzi acusó a los Kirchner de beneficiar con negocios a sus amigos: "Un señor (Cristóbal López, sin nombrarlo) que hace negocios con el juego; a cierta aceitera; a ciertos frigoríficos"; y de que "el Estado benefactor de otrora, el peronista de otros tiempos; ha cambiado de beneficiarios".
Ya eran las tres de una tarde que ardía, cuando los cuatro saludaron juntos. Como un conjunto de rock.