Cristina: "No hice esta reunión para dividir a los empresarios"
Luis Ceriotto
"No hice esta reunión para dividir a los empresarios, quiero empresarios que ganen, que inviertan que creen empleo", recibió anoche la Presidenta a un nutrido grupo de hombres de negocios en la Quinta de Olivos.
En un intento por romper el aislamiento y en un año en el que la relación con los empresarios estuvo marcada por una fuerte tensión, la Presidenta decidió convocarlos a una comida. Los empresarios comenzaron a llegar puntualmente a las 21. Todos fueron invitados a nivel individual, pasando por alto a las cámaras, luego de que la Unión Industrial asistiera, el último 10 de diciembre en el Rosedal de Palermo.
Buena parte de los invitados a Olivos son socios de la Asociación Empresaria Argentina, que agrupa a los titulares de las principales empresas del país. Ayer AEA remarcó en un comunicado la necesidad de diálogo, reglas de juego estables y respecto a la actividad privada ( ver página 17).
Los primeros en llegar a Olivos fueron Alfredo Coto; Luis Betnaza, del grupo Techint; Enrique y Sebastián Eskenazi; Ignacio de Mendiguren, de la UIA. También, el productor Gustavo Grobocopatel.
Julio de Vido se ocupó personalmente de la lista y de invitar a cada uno. El secretario de Presidencia, Oscar Parrilli se encargó de las confirmaciones.
De Vido y Néstor Kirchner oficiaron de anfitriones. También el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el ministro de Economía, Amado Boudou, el de Trabajo, Carlos Tomada y la ministra de Industria, Débora Giorgi.
Entre otros, también asistieron Bruno Quintana, presidente del Jockey, Pascual Mastellone ( La Serenísima), José Cartellone, Aldo Roggio, Angelo Calcaterra y Carlos Wagner ( construcción), Sebastián Bagó (laboratorios), Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Jorge Brito (banco Macro), Aldo Karagossian (Tn Platex), Carlos Bulgheroni (Bridas), Eduardo Escassany, Liliana Frávega, Matías Garfunkel, Juan Carlos López Menna (Buquebus), Carlos Miguens (Sadesa), Ludovico Videla, en nombre de Jorge Born y Marcos Molina, de Marfrig.
Llamativamente, hubo algunos ausentes como Héctor Méndez el titular de la UIA, una entidad que adoptó un tono crítico con la política del gobierno. Hasta tal punto, que en su última conferencia industrial no asistió ningún funcionario cuando antes acudía el gabinete en pleno. A último momento, el Gobierno sumó al convite a Juan Carlos Lascurain, industrial metalúrgico y ex presidente de la UIA, que acaba de lanzar un centro que provoca divisiones en la entidad.Tampoco sumaron a Cristiano Rattazzi de Fiat. En cambio fue de la partida el empresario periodístico Daniel Hadad.
El encuentro se produjo cuando existe preocupación por la fuerte caída de las inversiones que de acuerdo al propio Indec alcanza al 10% en el tercer trimestre de este año.
Para muchos de los empresarios que se sentaron anoche con la presidenta la falta de inversiones está más relacionada con el clima interno que con la crisis internacional. Así mencionan las presión sobre las empresas y el cambio permanente de reglas de juego como una de las principales causas.
Más aún, en la última conferencia de la Unión Industrial, el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti señaló que en la Argentina no se respetan los derechos de propiedad.
ELOGIADO. ESKENAZI, ANOCHE, AL LLEGAR A OLIVOS.
Convocan a empresarios al diálogo
LA NACION
Francisco Olivera
Fue, más que nada, un gesto y una imagen. Cristina y Néstor Kirchner ante los empresarios más poderosos de la Argentina, que escuchaban en silencio el pedido presidencial a la unidad y al diálogo. En eso consistió la convocatoria de anoche a la quinta de Olivos, que se extendió hasta la medianoche y que contrastó con el tono áspero con que el matrimonio suele tratar a los hombres de negocios en los discursos.
"Parece que hicieron un curso para estar tranquilos -bromeó un empresario de un rubro de consumo masivo, mientras esperaba el plato principal-. Cristina parecía la Madre Teresa de Calcuta." Unas horas antes, en Vicente López, Néstor Kirchner había fustigado a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, que no fue invitado y se convirtió en una de las ausencias más comentadas (ver aparte).
La lista de comensales fue vastísima. Jorge Brito (Banco Macro), Luis Betnaza (Techint), Sebastián Eskenazi (YPF), Roberto Urquía (Aceitera Gral. Deheza), Eduardo Eurnekian (Aeropuertos), Aldo Roggio (grupo Roggio) y Luis Pagani (Arcor) se sentaron a la mesa con la Presidenta. A Néstor Kirchner lo acompañaron Carlos Bulgheroni (Pan American), Víktor Klima (Volkswagen), Sebastián Bagó (laboratorios), Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Gabriel Romero (Emepa) y Hugo Sigman (laboratorios).
La Presidenta se preocupó por mostrar serenidad en un discurso de 20 minutos. Quiero contestarles a los que decían que los había convocado para dividirlos , empezó, e insistió en que quería verlos unidos. Hizo una recorrida por las inversiones anunciadas este año por cada empresa: Techint, Ledesma, Camargo Correa, YPF, Volkswagen. Les pidió a todos que, de ahora en adelante, se dijeran las cosas de frente, no a través de los medios. Y elogió un discurso pronunciado 12 horas antes por Eskenazi sobre el diálogo y la democracia.
La recepción había sido extensa, con champagne y canapés de salmón en el quincho, la antesala de lo que después fue una comida sin sobresaltos: carne con tortilla de papas a la suiza y vinos Catena Zapata. Entraron Eduardo Elsztain (IRSA), José Ignacio de Mendiguren (textiles), Ernesto Gutiérrez (Aeropuertos), Gustavo Grobocopatel (Los Grobo), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Alfredo Coto (supermercados), Eduardo Costantini (Consultatio), Horst Paulmann (Cencosud), Gerardo Werthein (grupo Werthein), Daniel Hadad, Pascual Mastellone (La Serenísima), José Luis Basso (válvulas), Carlos Riusech (frigorífico Gorina), José Luis Rodríguez Zarco (Telefónica) y el subdirector de LA NACION, Fernán Saguier.
Valor agregado
Néstor Kirchner estaba sin corbata. No habló, pero saludó a todos con manifiesta amabilidad. "Lo peor de la crisis ya pasó", los alentó la Presidenta. Les recordó que había estado en Marcos Paz, Córdoba, recorriendo Las Acacias, planta de huevo líquido pasteurizado y huevo en polvo deshidratado, y les reiteró el compromiso con aportar valor agregado. También, que el Gobierno había hecho un esfuerzo para que tuvieran infraestructura incluso en aquellos lugares en que no había empresas, para invitarlos a radicarse. Puso como ejemplo Santiago del Estero. La acompañaban el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los ministros Julio De Vido (Planificación), Carlos Tomada (Trabajo), Amado Boudou (Economía), Débora Giorgi (Industria), Lino Barañao (Ciencia y Tecnología) y Julián Domínguez (Agricultura).
Sobre el final, los invitó a compartir un viaje a China el 26 de enero. Quiero ser la mejor vendedora de sus productos , se entusiasmó.
Cristina les dijo a empresarios que el Estado es el mejor socio
El Cronista
Apenas un gesto de buena voluntad fue suficiente para congregar a unos 60 empresarios en la quinta de Olivos. El establishment esperaba un guiño de la presidenta Cristina Fernández para renovar su alianza con el modelo y pensar un 2010 con más optimismo. Así fue como en las últimas horas varias empresas realizaron anuncios de inversión y anoche a las 21, bien puntuales, ingresaron a la residencia presidencial para escuchar las palabras de la mandataria: “Quiero empresarios exitosos, que ganen, que creen empleo. No hice esta reunión para dividirlos. Los necesito a todos unidos”, enfatizó la Presidenta, quien agregó que “no importa si hay disensos, hay que aceptarlos”, ya que son parte de la democracia.
Además, luego de repasar todas las políticas activas realizadas por el Gobierno para reactivar la economía, dañada por la crisis financiera mundial, les aseguró que “el Estado es el mejor socio de las empresas”. Con este mensaje, la jefa de Estado le respondió a todos los sectores que reclaman una menor injerencia estatal en la economía y les dejó en claro que la política intervencionista continuará, al menos durante los próximos dos años que le quedan de gestión. Asimismo, los invitó a acompañarla a China el 26 de enero. “Quiero ser la mejor vendedora de ustedes”, les dijo.
El discurso de la jefa de Estado –después de una semana de pirotecnia verbal con Estados Unidos, que ayer intentó recomponer la relación vía la diplomacia– buscó demostrar a los hombres de negocios que el Gobierno promueve el desembolso de capitales en proyectos productivos y fomenta la estabilidad de reglas de juego y la seguridad jurídica. No fue casual que cinco empresas juntas anuncien grandes iniciativas de inversión horas antes de la cena en Olivos. Ledesma, Aeropuertos Argentina 2000, Telefónica, Volswagen e YPF hicieron los deberes y, algunos con la mandataria presente, enfatizaron su “compromiso” con el país. En su discurso, la Presidenta repasó cada una de las inversiones y felicitó a las empresas.
Visitaron la quinta presidencial Alfredo Coto; Luis Betnaza (Techint); Eduardo Eskenazi (YPF); Ignacio de Mendiguren, secretario de la UIA; Gustavo Grobocopatel (Los Grobo), Jorge Brito (Banco Macro); Carlos Wagner (Cámara de la Construcción); Luis Pagani (Arcor); Marcelo Mindlin (Pampa Energía); Federico Braum (La Anónima); Aldo Roggio (Grupo Roggio); Federico Nicholson (Ledesma), entre otros. También participó del convite el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, los ministros de Economía, Amado Boudou, de Industria, Débora Giorgi, de Planificación, Julio de Vido, y de Trabajo, Carlos Tomada. Además, compartieron la cena varios gobernadores. Cristina estuvo en la mesa con Betnaza, Brito, Pagani, Roberto Urquía (AGD), Eduardo Elztain (IRSA), Eskenazi, Roggio, Eduardo Eurnekián (AA 2000) y Eduardo Escasany (Grupo Financiero Galicia). El ex presidente Néstor Kirchner también estuvo presente, pero en la mesa de al lado.
La Contracumbre
Aunque la Presidenta recalcó que no organizó el encuentro para dividir a los empresarios, no estuvieron todos. Las entidades del campo no fueron invitadas, así como tampoco el titular de la UIA, Héctor Méndez, y algunos directivos de firmas importantes, como el titular de FIAT, Cristiano Rattazzi. Este desaire fue muy mal recibido por algunos empresarios, que intentaron ser invitados hasta último momento y se reunieron ayer por la tarde para descifrar los motivos. “Si fuera en serio, sería un placer concurrir, pero no así para prestarse a un juego político”, dijo uno de los directivos que no fue.
Ayer por la tarde también hubo un encuentro entre Carlos de la Vega (CAC), Adelmo Gabbi (Bolsa), Brito (Adeba) y Wagner. Sólo faltó Méndez, pero se trató de un nuevo encuentro del Grupo de los 5, ya que el campo dejó de asistir.
Antes de que comience la cena, Brito, se mostró expectante de que los empresarios puedan charlar con la Presidenta, “con el respeto que se merece”. “Porque esto también es parte del cinismo que yo veo muchas veces. Uno en una mesa, en una cena, dice una cosa y cuando está frente de un funcionario público dice otra”, manifestó el banquero.
Al respecto, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) expresó que ante la nueva oportunidad que ofrece el mundo, es “indispensable una fuerte corriente de inversión privada”. “Para ello –dice el comunicado–, “es imprescindible un clima de diálogo, convivencia pacífica, y confianza entre todos los sectores de la sociedad, y un marco de previsibilidad y reglas de juego estables que respeten la actividad privada”.
Sobre este punto, y a una semana de las declaraciones del secretario de Estado adjunto para América Latina de los EE.UU, Arturo Valenzuela, el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, afirmó que el gobierno de Barack Obama se contactó con el de Cristina Fernández para aclarar estos dichos.