Clarín
Son más ahora, después de su muerte, los que arriesgan que
Kirchner planeaba un repliegue a
Santa Cruz, un retiro del escenario nacional. Ahora que se resignifican sus últimas palabras públicas y privadas y sus decisiones, en sectores del oficialismo se descifra que Kirchner buscaba un cambio de escenario, un giro en dos ruedas contra lo que parecía inevitable: la declinación de su proyecto político. Se interpuso a sus planes lo único de verdad inevitable.
¿Trabajaba ya Kirchner sobre una hipótesis firme de reelección de
Cristina? La duda se fue con él y acaso ni siquiera la Presidenta busque desentrañarla en este momento de dolor. El escenario político, como ensayaba Kirchner, cambió inesperadamente con su muerte. Si observamos al Gobierno, es hoy más estrecho sin el ex presidente y su propia constitución se verá alterada a partir de ahora.
La mesa chica, la instancia de conducción desde que el kirchnerismo se convirtió en una expresión nacional, volvió a reducirse y perdió la segunda pata, si contamos el ya lejano alejamiento del jefe de Gabinete
Alberto Fernández, en julio de 2008. Hoy la integran la Presidenta y el secretario de Legal y Técnica
Carlos Zannini. Según la interpretación más extendida, Kirchner era el jefe político y junto con Cristina formaban una unidad. Hay dudas en torno a si Cristina hereda su liderazgo o si ese liderazgo de carácter personalista es no transmisible y la Presidenta deberá construir el suyo propio. La desaparición de Kirchner implica sí la transferencia de la última instancia de decisión del kirchnerismo a aquel nuevo formato. Si es la Presidenta quien recibirá este atributo o alternará el poder de decisión con Zannini era una duda planteada a partir de ahora en el oficialismo.
Los cambios alcanzarán también a la gestión. Se anticipa que Julio De Vido, un ejecutor desde las viejas épocas en Santa Cruz, recibirá el manejo de la Economía, que era controlada directamente por Kirchner. La situación de Boudou es la de un hombre muy devaluado en el Gobierno.
Desde Planificación el arquitecto ya era desde hace tiempo el encargado de la relación con los empresarios y los gremios. Es ahora, sin Kirchner, el primer interlocutor de Hugo Moyano.
Aníbal Fernández podría llevar la gestión política y posiblemente la relación con los bloques en el Congreso y hasta aquí todo puede resultar en un pasaje natural. Nada se sabe sin embargo sobre cómo se articulará la relación con los jefes territoriales, los gobernadores, pero sobre todo los intendentes del conurbano, sobre los que Kirchner tenía influencia directa, por encima del gobernador. La relación con los barones del peronismo, nada menos.
En el entorno de Scioli se preocupaban ayer por bajar el voltaje de la reunión a la que convocó mañana a los intendentes en La Plata. La preocupación tiene relación directa con la sensibilidad que despierta en el Gobierno.
¿A dónde va finalmente Cristina? ¿Qué presidenta surgirá del duelo? Las primeras imágenes y gestos hablan de una mujer decidida, que ejercerá con máxima resolución el mando, como se ha visto durante la extraordinaria exhibición de su drama al que asistimos en estos días, y que buscará un punto de apoyo en su hijo, Máximo. “Ella veló a Kirchner en El Calafate. Lo que siguió más tarde fue histrionismo, una representación del poder”, dijo ayer un hombre de ingreso a Olivos.
Con Kirchner desaparece finalmente el componente más pragmático del núcleo duro del poder. ¿Veremos profundización del modelo, como anticipó un ministro, o una radicalización del régimen?
Empresarios indagan si De Vido seguirá siendo su interlocutor
Clarín
Desde que en diciembre de 2004 echó a
Roberto Lavagna del Gobierno,
Néstor Kirchner asumió personalmente el control de la economía del país. Tenía contacto cotidiano con varios de los principales hombres de negocios. En esa tarea, todos los empresarios y ejecutivos contactados para esta nota (unos diez) coincidieron en que la presidente
Cristina Fernández j amás mostró interés por intervenir en forma personal en esos asuntos , que siguió delegando en su marido. Ese vacío es el que ahora lleva a los empresarios a preguntarse con quién deberán hablar a la hora de negociar con el Gobierno.
Entre los integrantes del Gabinete,
Julio De Vido es quien labró el vínculo más estrecho con el mundo empresario. De Vido no sólo contaba con la confianza de 20 años al lado de Kirchner. También maneja un amplio entramado de contactos con gobernadores, intendentes y líderes sindicales.
“Es el vínculo natural, tras el fallecimiento de Kirchner, con el justicialismo”, graficó un directivo de la UIA.
Dentro de la Cámara de la Construcción, la Unión Industrial y al menos dos de los principales grupos energéticos del país, apostaban el viernes –más bien, expresaban sus deseos– por un crecimiento de la influencia de De Vido en el Gabinete.
Daniel Scioli, quien a pesar de su lealtad a los Kirchner nunca renegó de su diálogo en público con los empresarios, se perfila ahora también como una referencia ineludible para hacer llegar mensajes a la Presidente, desde la Unión Industrial hasta la Sociedad Rural. Scioli, por caso, es el único referente del Gobierno que asistió en los últimos años al Coloquio de IDEA, un encuentro de empresarios al que Kirchner sólo supo destinar palabras despectivas.
Otros dos ministros, Aníbal Fernández y Amado Boudou, cultivaron algunos contactos dentro del mundo empresario, pero ninguno de los dos buscó hasta ahora competir como interlocutores ante De Vido, como sí lo hizo durante cinco años el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Por ejemplo, el viernes Boudou, que se quedó en Buenos Aires y no asistió al entierro de los restos de Néstor Kirchner en Río Gallegos, llamó a referentes del Grupo de los Seis, pero sólo a título informativo: quería asegurarse que Gobierno y empresarios comparten la visión de un panorama económico favorable.
El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, también generó desde 2006 un vínculo cotidiano con las cámaras de supermercados, las empresas alimenticias y hasta las concesionarias automotrices. Pero el rol de Moreno, desde el punto de vista de sus interlocutores, es el de un funcionario que se limitó a ejecutar al pie de la letra las instrucciones de Kirchner para controlar las subas de precios, con métodos de provocación y apretadas que habían resultado inéditas hasta entonces.
“ Moreno sólo repetía lo que decía Kirchner ”, dijeron en una alimenticia. “De Vido en cambio era un traductor. Si Kirchner nos retaba, era De Vido quien nos llamaba para explicarnos qué era lo que le había molestado y cuál era la línea para recomponer la relación”.
“Sin cambios en la economía”: mensaje a 18 empresarios
Ámbito Financiero
Al menos 18 empresarios considerados clave por el Gobierno fueron contactados entre el viernes y el sábado por Amado Boudou, Julio De Vido, Débora Giorgi y Roberto Feletti con un mensaje de Cristina de Kirchner:
no habrá cambios en la política económica. Entre los destinatarios figuran al menos cuatro directores de automotrices, dos banqueros, tres responsables de empresas de servicios y varios industriales de rubros siderúrgicos, alimentos y la construcción. Además, dos supermercadistas. El mensaje se completaba con un pedido: que no desaceleren sus planes de inversión directa, especialmente en aquellos casos en los que están comprometidas ampliaciones de plantas o incrementos en las líneas de producción para el consumo.
Las comunicaciones continuarán hoy para explicar también que la intención de combatir el incremento de los precios vía un alza en la oferta es la principal estrategia frente a la inflación.
Objetivo«La intención fue despejarles las incertidumbres a los que creemos realmente están apostando por el modelo e invirtiendo. Quisimos decirles que no habrá ningún cambio y que, en todo caso, sólo habrá una aceleración del rumbo», aseguraba ayer a este diario uno de los altos funcionarios responsables de tomar contacto con los empresarios.
Esto, incluso, formaría parte de una de las primeras apariciones públicas de Cristina luego de la muerte de Néstor Kirchner.
En los ministerios de Producción de Débora Giorgi y de Economía de Amado Boudou recibieron la instrucción de no suspender el acto que mañana en Córdoba la Presidente encabezará en la planta de Santa Isabel, donde bendecirá el lanzamiento industrial del nuevo modelo de
Renault, el Fluence. La intención es que la Presidente hable en ese marco garantizando el rumbo económico con una defensa del
«modelo productivo». Para el acto se están confeccionando invitaciones especialmente seleccionadas de gobernadores, legisladores, intendentes, dirigentes y empresarios que deberán estar en primera línea para una de las primeras fotos de la jefa del Estado luego de la muerte del ex presidente.
MonitoreoLos contactos con los empresarios no fueron las únicas tareas sobre la marcha de la economía que ordenó Cristina de Kirchner.
Amado Boudou, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el titular de la Anses, Diego Bossio, tuvieron que monitorear la marcha de los mercados entre el jueves y el viernes para conocer los movimientos de los principales operadores. Lo que sí se quería saber cerca del núcleo duro de la Presidente es si algún operador amenazaba con movimientos financieros especulativos importantes en cuanto a compras de dólares o ventas masivas de acciones o títulos públicos, en un intento, según los ojos y la interpretación oficial, de realizar maniobras que compliquen el clima en los mercados.
Según la fuente del Gobierno ya hay un listado con algunos operadores vinculados al sistema financiero cuyos movimientos habrían aparecido como
«sospechosos». Ante el panorama, desde hoy sólo habrá un cambio en la conducción de la economía argentina:
el «paper» que todas las mañana el secretario de Hacienda Juan Carlos Pessoa preparaba y enviaba a Néstor Kirchner tendrá como destinataria a Cristina. La Presidente será quien reciba las tres carillas con la evolución de las principales variables económicas que hasta el martes y jornada tras jornada desde que asumiese el poder el 25 de mayo de 2003 el ex presidente recibía en el lugar del mundo donde se encontrara y que mantuvo aún luego de dejar la titularidad del Ejecutivo.
En ese documento privado figura la evolución de la recaudación impositiva del día anterior (incluyendo los pagos de Ganancias, IVA y el tributo al cheque de los principales contribuyentes a nivel nacional), la evolución de los precios de los principales productos de la canasta familiar (en su dimensión real), los giros a las provincias y municipios, el nivel de exportaciones e importaciones (con un ítem específico referido a la soja y el campo), la medición de la producción industrial, la inversión y la evolución del gasto público, el nivel de las reservas y la cotización del dólar.
El diseño original de las tres carillas del «paper» responde al propio Néstor Kirchner y fue elaborado por el secretario de Hacienda Carlos Mosse durante la gestión de Roberto Lavagna.