La Nación
Daniel MontamatPara LA NACION
La irrupción definitiva de la empresa estatal china Cnooc en asociación con el grupo argentino Bulgheroni en la empresa PAE (18,6% de participación en la producción de petróleo argentino; 12,8 por ciento de la producción de gas) era presagio de futuros reacomodos y reposicionamientos en la industria petrolera argentina. Ahora, otra empresa estatal china, Sinopec, anunció ayer la compra de la rama argentina de la sociedad estadounidense Occidental Petroleum por 2450 millones de dólares.
A través de una filial, Occidental Argentina, interviene en la producción y en la explotación de concesiones en las provincias de Santa Cruz, Mendoza y Chubut (ver página 2). Participa con el 6,4% de la producción de petróleo y el 1,5% de la producción nacional de gas. YPF, la empresa líder en la producción petrolera (34,7 por ciento de share ) y segunda, luego de Total Austral, en la producción de gas natural (25 por ciento), no ha querido resignar su rol. Este año ha revertido la declinación productiva de varios ejercicios, va a reponer las reservas puestas en producción y ha anunciado el hallazgo de un megayacimiento de gas no convencional.
Pasó más bien desapercibido, pero la licitación de áreas que llevó adelante la provincia de Neuquén hace dos semanas contó con ofertas de grandes compañías. Exxon Mobil volvió a interesarse en la geología argentina. El desarrollo y la explotación del gas no convencional (gas de esquistos y gas de arenas compactas) ofrecen interesantes perspectivas. Hay interés en la geología argentina, y hay conciencia del apremio por revertir el cuadro de declinación productiva y de reservas. Los reposicionamientos hablan en simultáneo de las potencialidades geológicas y del augurio de cambios en la política energética.
BP se fue de Pan American Energy por necesidades financieras derivadas de su traspié en la explotación en aguas profundas del golfo de México. El derrame petrolero le generó una catarata de indemnizaciones. Sustituye a BP en el capital accionario de PAE otro actor internacional, ávido de posicionarse en el manejo de nuevas reservas y con una sólida posición financiera. El grupo una solida posición financiera. El grupo argentino se quedó y redobló su apuesta. Llegó a tener el 40% del capital accionario en PAE; introdujo a los chinos ofreciéndoles un 20 por ciento y, según el nuevo acuerdo, ahora se queda con un 50 por ciento de la compañía. Es deseable que de la combinación de la solidez financiera de Cnooc y el know how de la geología argentina de sus socios aparezca un plan de negocios de largo plazo que potencie la inversión petrolera en el país, sobre todo la exploratoria.
La presencia de Sinopec ahora suma posibilidades a la necesidad argentina de desarrollar una estrategia de largo plazo con los chinos, que vaya más allá de la energía y que nos permita transformar proteína vegetal en proteína animal y biocombustibles. Además, hay que comprometer a todos estos actores en una nueva política exploratoria para cuencas de alto riesgo y para el mar continental argentino.
Aguas abajo (refinación) también hay movimientos, pero allí prevalece el desaliento. La discrecionalidad y el corto plazo han sumado renovados desincentivos. En consecuencia, muchas de las compañías no integradas exploran ofertas de compra. Quieren irse. Petrobras vendió la destilería San Lorenzo, y el grupo Ancap cedió el control de Petrolera del Conosur (red Sol) a la venezolana Pdvsa. ¿Se va Esso? ¿Aguantará Shell? No es bueno perder actores internacionales en un negocio de capital intensivo donde pesa la trayectoria, además de la capacidad financiera. Si se van los aludidos, pueden darse nuevas integraciones verticales con actores del mercado del upstream (producción).