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Mendoza, Argentina
MENDOZA TENDRÁ UN NUEVO CÓDIGO SÍSMICO Y SE ADOPTARÁ A NIVEL NACIONAL
13/10/2006

MENDOZA TENDRÁ UN NUEVO CÓDIGO SÍSMICO Y SE ADOPTARÁ A NIVEL NACIONAL

Los Andes, Mendoza
En Mendoza el actual código de construcciones sismorresistente está a punto de cumplir 20 años (data de 1987), por eso un grupo de especialistas locales terminó el borrador del próximo reglamento, que está a la espera de ser discutido por la comunidad científica del país. Allí se le harían modificaciones, para luego ser aprobado en forma definitiva por las autoridades nacionales (Inpres y Cirsoc). Lo más relevante es que será una nueva reglamentación para toda la Argentina, dividido en 5 zonas.

En el minuto menos esperado la tierra podría temblar en forma intensa y provocar un terremoto; para atenuar los daños en las edificaciones es que existen en el mundo las denominadas reglamentaciones de construcciones sismorresistentes.

“Desde el año 2000 cada quince días un grupo de especialistas comenzamos a reunirnos para diseñar un nuevo reglamento; esto, porque en los últimos veinte años hubo muchos cambios y avances en la ingeniería sismorresistente”, explicó la directora del Cederetec de la UTN, doctora, Noemí Graciela Maldonado.

Y en la misma línea, apuntó: “Muchas cosas han cambiado, por ejemplo nosotros tenemos un edificio con aislación de base, que está montado sobre aisladores sísmicos. Esto teóricamente no lo podríamos haber construido según el código del ‘87, porque éste no contemplaba estas estructuras”.

El borrador, según Maldonado, tiene mejoras en los criterios de diseño: “No son cambios violentos, son los propios de la evolución del conocimiento sobre sismorresistencia”, puntualizó.

En la actualidad coexisten en el país el código de la Provincia de Mendoza de 1987 y el Inpres-Cirsoc (Centro de Investigación de los Reglamentos Nacionales de Seguridad para Obras Civiles) 103 de 1982, que se utiliza a nivel nacional. Este último fue modificado en 1990 y 2000. “Esta coexistencia ha sido un dolor de cabeza para los ingenieros mendocinos, porque según la jurisdicción de la obra hay que calcular todo en base a nuestro código o al nacional. Una vez hice un trabajo para la Fuerza Aérea y tuve que realizar los dos cálculos”, explicó el doctor Francisco Crisafulli, director de la carrera de Ingeniería Civil de la UNCuyo.

Las medidas de construcción sismorresistentes son para evitar daños por efectos de los temblores de mediana intensidad; los más frecuentes. El código tiene un objetivo principal que es evitar el colapso por un gran terremoto, como aquí fue el del 20 de marzo de 1861 (7,1 Richter), lo cual no quiere decir que la construcción no pueda tener daños. Los más importante es preservar la vida humana.

Los municipios

El poder de policía en las construcciones privadas lo tienen las municipalidades. Antes del actual código, regía el de 1970, que fue el primero de Mendoza y del país. Los municipios son autónomos, pueden adoptar el del ‘70, ‘87 o ninguno. El problema fue que cuando se creó el último código -promulgado durante la gobernación de Felipe Llaver- sólo se adhirieron las intendencias radicales de la época.

Por ejemplo Godoy Cruz, que lo adoptó y volvió a retomar el del ‘70 cuando llegó al poder el PJ (Carlos de la Rosa). Pero con la intendencia del radical César Biffi volvieron al del ‘87. El inconveniente es que hoy todavía algunos municipios trabajan con el código del ‘70, como Luján. En tanto Maipú tiene su propia reglamentación de 1974.

Esto es perjudicial porque a nivel mundial, luego de los grandes terremotos de Northridge en 1994 y Kobe 1995, los especialistas recomiendan que todo lo que se construyó antes y durante la década del ‘70 habría que revisarlo. “Mientras más se actualiza una norma mayor es el nivel de seguridad. No quiere decir que un edificio de 1950 esté mal hecho, pero no cumplen los criterios de seguridad sísmicas que existen hoy”, explicó el ingeniero Crisafulli.

En esa línea, si un edificio es de los ‘70 o anterior existe un proceso denominado Rehabilitación y hay varias construcciones en Mendoza que han pasado por ella. Es el caso del hospital Central, la escuela normal Tomás Godoy y el hospital de la UNCuyo. A este último se le agregó elementos estructurales como tabiques de hormigón y armado para darle más seguridad sísmica.

Según los ingenieros en estructuras, para tener una buena construcción sismo resistente hay que tener un código de primer nivel, gente capacitada, utilizar materiales de excelencia y edificar en buena forma, ya que advierten que hay mucho “chanterío”.

Pocos controles

Las municipalidades deben controlar en una primera etapa que el proyecto y cálculo se ajusten al código. Y luego chequear la obra, verificar los materiales y su buena utilización. Teóricamente el equipo técnico municipal controla la primera parte y los inspectores la segunda. Esto dependerá que las comunas tengan la cantidad del personal para hacerlo; algo que hoy en muy pocas ocasiones ocurre. “En general no se controla en forma obligatoria el material en obras privadas, porque hay municipios que no lo exigen”, explicó una fuente de la UNCuyo.

El control debería extenderse después de la construcción, lo que entendidos denominan el mantenimiento. Pero esta supervisión municipal no libera de la responsabilidad civil a los profesionales involucrados en la obra.

Algo que contribuye al riesgo sísmico -según- especialistas- es el cambio de destino de una construcción. Otro factor de riesgo es que en Mendoza se les permite calcular edificios a los maestros mayores de obras. “Nosotros no estamos contra ellos, pueden ser muy buenos, pero tienen una preparación a nivel de secundario y no universitaria. Ellos son técnicos, son colaboradores de los ingenieros en obras, es como si un enfermero operará a los pacientes de un médico”, comentó un profesional que se reservó su identidad.

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