YPF no será argentina ni española
Crítica, Buenos Aires
El banquero
Enrique Eskenazi integra junto con su familia y ejecutivos del grupo el directorio de la firma que adquirió el 15% de la petrolera. En los papeles, esa compañía fue constituida en el área de la
Comunidad Británica de Naciones.De acuerdo con la inscripción realizada en el
Registro Mercantil de Madrid, la empresa que “argentinizó”
YPF, Petersen Energía S. A., perteneciente al banquero “K” Enrique Eskenazi, no es argentina ni española. Su única propietaria, una sociedad homónima, se constituyó en un país del Commonwealth (comunidad de naciones súbditas de la corona británica), Australia, como indican las iniciales que acompañan su nombre. Esas siglas circunscriben la parte más importante y más antigua de la mancomunidad británica:
Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.Consultado por Crítica de la Argentina, el
Grupo Petersen niega que esa modalidad legal de inscripción implique un cambio de nacionalidad de la sociedad titular de las acciones de
YPF. Integran la compañía los miembros de la familia Eskenazi y dos de sus principales ejecutivos. La lista se completa con una secretaria-no consejera del Consejo de Administración que, por una de las muchas casualidades de la vida, cumple las mismas funciones en el Grupo Telefónica.
Los datos surgen de la documentación consultada (ver copias), donde consta que la sociedad Petersen Energía S. A. tiene un objeto social bien distinto de la actividad petrolera: se encuentra habilitada para la gestión, administración de valores, títulos y bonos. Su controlante y único accionista es Petersen Energía PTY Ltda., con número de inscripción fiscal N8001058J. La sigla PTY no es un detalle menor: es el acrónimo inglés de “proprietary” y se utiliza para designar un tipo habitual de constitución empresaria en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Esto explicaría por qué el número de inscripción fiscal no se corresponde con los utilizados habitualmente en España (“A” o “B” según sean anónimas o de responsabilidad limitada).
VIEJOS CONOCIDOS. Los consejeros de Petersen Energía S. A. –o Petersen Energía PTY– son Ignacio Cruz Morán y Mauro Dacomo, quienes revistan asimismo como directores en el Nuevo Banco de Entre Ríos; Enrique Eskenazi; Sebastián Eskenazi y Matías Eskenazi Storey. La presidencia del Consejo de Administración quedó en manos del patriarca del grupo, Enrique Eskenazi, en tanto Mauro Dacomo fue designado como secretario del Consejo. Lo secunda, en calidad de vicesecretario no-consejero, Mónica Martín de Vidales Godino, una española que tiene funciones de secretaria no-director en el Grupo Admira Media, en Lola Films, Antena Tres y Telefónica de Perú, subsidiarias del Grupo Telefónica. Además de secretaria no-consejera, Vidales Godino es también “apoderada solidaria” de Petersen Energía, junto a tres abogados del despacho de Antonio Garrigues Walker, jurista de una familia de influyentes, cuya consulta, se afirmaba a principios de la transición, se cotizaba a razón de cinco mil dólares los diez minutos.
“Yo he trabajado con varias empresas PTY –dijo a este diario un conocido abogado porteño, especialista en derecho comercial—; algunas son australianas y las otras eran sudafricanas.”
Voceros de la empresa explicaron que tanto Petersen Energía (española) como la PTY (australiana) son propiedad de Petersen Energía Argentina, es decir, del ingeniero Enrique Eskenazi y de sus hijos Sebastián y Matías. Y aclaran que si el capital y los accionistas son argentinos, no hay por qué dudar de la nacionalidad de la empresa.
La localización en Australia (o en cualquier país de la Commonwealth), aclaran, fue una exigencia de alguno de los bancos intervinientes. Los representantes de Petersen restaron importancia a la información y la atribuyeron a “maniobras” cuya finalidad dicen desconocer.
Las revelaciones que aporta la documentación obtenida en el Registro Mercantil de Madrid –equivalente a la Inspección General de Justicia argentina– no cuestionan la operación de compra, pero dan por tierra con la publicitada “argentinización” de YPF, un argumento que se utilizó como eje en el discurso oficial sobre la importancia del negocio.
La letra chica
Petersen Energía S.A., la sociedad que acaba de adquirir parte del paquete accionario de YPF, está controlada por Petersen Energía PTY Ltda., de acuerdo con los archivos existentes en el Registro Mercantil de Madrid.
La sigla “PTY” significa “proprietary” y se utiliza para designar –según los especialistas en este tipo de transacciones– la constitución empresaria en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Cuando se concretó oficialmente la operación de compra del 15% de YPF (con opción de llegar al 25%), el 21 de febrero, el oficialismo celebró el hecho como un paso hacia la “renacionalización” de la petrolera, ya que Eskenazi es un empresario nacional.
Eskenazi es presidente del Grupo Petersen, que se hizo cargo de la negociación.
Blejer, designado en YPF
Ámbito Financiero, Buenos Aires
Sorprendió un nombramiento del grupo Eskenazi que, este viernes, estrena su incorporación al directorio de YPF. A los accionistas se les notificará que, junto con los Eskenazi ubicados como directores, se integrará un conocido elemento del mundo económico: Mario Blejer, ex titular del Banco Central argentino, hasta hace pocos meses miembro del Banco de Inglaterra y ahora asesor en Buenos Aires de grupos económicos (Elsztain, por ejemplo). Al margen de resultados, el dato indica que la operación tan vinculada presuntamente al gobierno, en este caso, ofrece un flanco profesional no previsto.
Los Eskenazi llegan a YPF y ya tienen roces con el Gobierno
Clarín, Buenos Aires
El viernes es la Asamblea en la que formalizan el ingreso de los locales.
Por: Marcelo Canton
El Grupo Eskenazi comienza a tener sus primeros roces con funcionarios del Gobierno. Es a causa de la defensa que están haciendo de los intereses de YPF, como accionistas minoritarios de la empresa.
El viernes se realizará la Asamblea de Accionistas de YPF en la cual los Eskenazi se sumarán a la conducción de la compañía: el padre de la familia será vicepresidente, en tanto que uno de sus hijos, Sebastián, ocupará un cargo ejecutivo. En los hechos, Sebastián y su hermano Matías tienen más peso en la empresa, porque cuentan cada uno con 38% de las acciones de la empresa del grupo que es dueña de sus acciones en YPF. El padre, en cambio, tiene 23 por ciento.
Al poner en marcha sus gestiones en YPF, los Eskenazi dicen que "sólo tenemos un 14,9%, ése es el lugar que nos corresponde; el control de la empresa lo sigue teniendo Antonio Brufau, que es el presidente". Brufau, claro, es también presidente de Repsol, que tiene el 85% restante de YPF. Lo acordado entre las partes es que los Eskenazi desembarquen "de a poco" en la petrolera: habría un período de "transición" de alrededor de seis meses hasta que los locales tengan todo el peso que acordaron en las decisiones de la petrolera.
Sin embargo, eso no quita que a la hora de tratar con el Gobierno, los Eskenazi ya pesen en la empresa, dada su aceitada relación con los Kirchner, basada en años de administrar el Banco de Santa Cruz. Articular la relación con el Gobierno fue, para Repsol, el objetivo de la incorporación del socio local.
"Un punto central es cómo harán los Eskenazi para convencer al Gobierno del objetivo que Brufau anunció la semana pasada: que la nafta tiene que aumentar en la Argentina un 50% en 5 años", señala un analista del sector petrolero.
"Ya hubo un momento de tensión -señaló otro especialista que sigue el negocio día a día- cuando el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, le planteó a YPF sus requerimientos para el 2008; los Eskenazi habrían reaccionado con cierta sorpresa".
Entre esos requerimientos, claro, figuran los contratos de importación del barco que regasificará gas licuado en Bahía Blanca y, por sobre todo, las masivas importaciones de gasoil para compensar los faltantes en el mercado interno.
Al presentar en Estados Unidos su solicitud para cotizar en la Bolsa de Nueva York, YPF destacó que en la Argentina vende el gasoil a 350 dólares el metro cúbico, cuando lo importa al doble de ese valor.