El jefe del grupo, Paolo Rocca, habló de la nacionalización de la siderúrgica SIDOR.
Por: Atilio Bleta
Paolo Rocca y Luis Betnaza, presidente y director de asuntos institucionales de Techint, se reunieron ayer en la Casa Rosada con la presidenta Cristina Fernández y el ministro de Planificación Julio De Vido. Techint pidió apoyo para conseguir que el gobierno de Hugo Chávez pague una "indemnización justa" por Siderúrgica del Orinoco (SIDOR), de la que Techint, hasta la nacionalización, era el socio mayoritario y que las otras empresas del grupo en Venezuela sigan operando con normalidad.
Según pudo averiguar Clarín, la compañía argentina descarta cualquier posibilidad de marcha atrás en la postura venezolana de nacionalizar SIDOR. Lo que preocupa a Rocca y a Betnaza es la caída del valor de las acciones de la siderúrgica. La cuestión en debate es el parámetro que fijará Venezuela para la indemnización a Techint.
El Gobierno argentino también entiende que no habrá retroceso de Venezuela con la nacionalización de SIDOR. Pero a la Presidenta la inquieta que la drástica decisión de la administración chavista afecte la imagen de la Argentina.
Sucede que es de estilo que los gobernantes de los países centrales oficien de lobystas de sus respectias empresas y defiendan las posiciones que esa compañía tienen en el exterior.
El Gobierno argentino, Cristina en particular, se ocupó de interceder ante Chávez, con quien desde la época del presidente Kirchner la Argentina mantiene una relación privilegiada, al punto que Venezuela se convirtió en prestamista de última instancia.
Pero ya desde la semana pasada trascendió que no había vuelta atrás con esta nacionalización y así se lo hizo saber a Cristina el caudillo venezolano.
En otras palabras, tanto el Gobierno como Techint aceptan el hecho consumado. La pretensión del holding argentino es que no se afecten otros intereses que tiene en Venezuela y que haya una indemnización justa.
Ayer por la tarde, Techint en un comunicado dio cuenta de la reunión para informar a la Presidenta "sobre la situación generada a raíz de la decisión del gobierno venezolano de nacionalizar SIDOR, y los avances en la negociación".
El escrito recuerda que "se ha instalado una Comisión de Transición para asegurar la coordinación hasta la conclusión del proceso, y una Comisión Negociadora para acordar el valor de la compensación y la forma en la cual se podrá dar continuidad al proyecto industrial entre Ternium (la empresa controlada por Techint) y SIDOR".
Y agrega que "en este marco, Ternium (la controlada de Techint que tiene el 60 por ciento de las acciones) mantendría una participación en el capital de la empresa SIDOR" y que el Grupo Techint continuará con sus otras actividades en Venezuela, entre ellas la producción de tubos sin costura (TAVSA) y de briquetas (MATESI)".
Además, Techint explica que "las negociaciones se están desarrollando en un marco de diálogo abierto y constructivo. Paolo Rocca comprometió sus mejores esfuerzos para lograr un acuerdo positivo para ambas partes, basado en la relación amistosa entre Argentina y Venezuela".
A la preocupación -compartida por el Gobierno- de la compañía por la suerte de sus otras inversiones en Venezuela, se suma que "hay una cantidad de exportaciones Argentinas a Venezuela (material agrícola, carne, y otros acuerdos totalmente parados)".
No parece casualidad que el ministro de Energía y petróleo venezolano Rafael Ramírez se haya reunido el jueves con Cristina y De Vido. Es muy probable que además de la construcción de la planta regasificadora que Venezuela financiará se haya conversado sobre este asunto que provocó un cortocircuito entre ambos países.
Claves de una nacionalización
El 9 de abril el presidente de Venezuela Hugo Chávez anuncia que su gobierno decidió renacionalizar la empresa SIDOR, controlada en un 60% hasta entonces por Techint. La empresa venía arrastrando un fuerte conflicto sindical.
El jefe del grupo Techint, Paolo Rocca, de estrecha cercanía con el Gobierno desde la gestión de Néstor Kirchner, inmediatamente le pidió a la presidenta Cristina Kirchner que intervenga ante su par venezolano Hugo Chávez en defensa del capital nacional.
Resignado a que Chávez no dará marcha atrás, ahora Techint sólo espera recibir una indemnización justa de parte de Venezuela. Ese país ya tendría comprometidos US$ 20.000 millones para pagar a cementeras, petroleras y la telefónica CANTV.
Techint resigna el control de Sidor, pero sigue en Venezuela
Techint resigna el control de Sidor, pero sigue en Venezuela
La Nación, Buenos Aires
El grupo industrial Techint le comunicó ayer a la presidenta Cristina Kirchner su intención de continuar operando en Venezuela, pese a la decisión del gobierno de ese país de quitarle el control de Sidor, y le pidió que intercediera ante su par Hugo Chávez para garantizar que se respeten los valores de mercado en la negociación por la indemnización.
El presidente del grupo, Paolo Rocca, concurrió al mediodía a la Casa Rosada, acompañado por el director corporativo de Relaciones Institucionales, Luis Betnaza. Fueron recibidos por la Presidenta y por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
Allí, el empresario la informó de las últimas novedades en la negociación encarada con las autoridades venezolanas para ejecutar la nacionalización de Siderúrgica del Orinoco (Sidor), la mayor acería de Venezuela y una de las tres grandes operaciones que lleva adelante Ternium, empresa del grupo Techint.
"Se ha instalado una comisión de transición para asegurar la coordinación hasta la conclusión del proceso, y una comisión negociadora para acordar el valor de la compensación y la forma en la cual se podrá dar continuidad al proyecto industrial entre Ternium y Sidor", dijo Techint en un comunicado. "En este marco, Ternium mantendría una participación en el capital de la empresa Sidor."
Es la primera vez que el grupo dirigido por Rocca admite públicamente su intención de retener una participación minoritaria en Sidor. Durante esta semana, dos ministros de Chávez habían señalado que no estaban en contra de los capitales argentinos y que el objetivo de su gobierno era tener la mayoría accionaria de la siderúrgica. Actualmente, Ternium tiene el 60% de las acciones de Sidor. El Estado venezolano posee un 20% y los empleados otro 20% (este último porcentaje no se vería modificado).
Pero Techint fue aún más enfático en su deseo de quedarse en la nación caribeña e informó que "continuará con sus otras actividades en Venezuela", entre las que mencionó a las empresas Tavsa (controlada por Tenaris y dedicada a la producción de tubos sin costura) y Matesi (fabricación de briquetas).
Gestión
Según dijeron a LA NACION fuentes del Gobierno, Rocca le pidió a la Presidenta que intercediera ante Chávez para garantizar el normal funcionamiento de esas otras empresas que tiene Techint en Venezuela, y también "para garantizar el monto de la indemnización". Todavía no trascendieron las posiciones de ambas partes en lo que respecta a la transacción financiera. Un dato que sirve como parámetro es que la facturación anual de Sidor asciende a 2400 millones de dólares.
La organización patronal venezolana Fedecámaras afirmó ayer que, sólo en el último año, el gobierno de Chávez ha gastado 7000 millones de dólares en nacionalizaciones.
En la reunión, según señalaron las fuentes, Cristina Kirchner y De Vido comunicaron a los ejecutivos que ya no podían hacer más gestiones para evitar la nacionalización. La semana pasada, horas antes de que Chávez confirmara la decisión de estatizar la siderúrgica, los directivos de Techint habían pedido en la Casa Rosada la intervención del gobierno argentino.
Pese al fracaso de esa gestión, Techint informó ayer que las negociaciones con la administración chavista "se están desarrollando en un marco de diálogo abierto y constructivo".
"Rocca comprometió sus mejores esfuerzos para lograr un acuerdo positivo para ambas partes, basado en la relación amistosa entre la Argentina y Venezuela, y el cuidado y la preservación del capital humano de la empresa. La señora presidenta manifestó su disposición para acompañar y favorecer el diálogo", señala el comunicado distribuido ayer por el grupo.
Techint cede, pero quiere cobrar bien
Página 12, Buenos Aires
Techint ya negocia con el gobierno de Chávez el valor que recibirá por ceder el control de Sidor al Estado venezolano. Pedido a Cristina para que ayude a acelerar el acuerdo. La firma de los Rocca conservará una porción minoritaria y buenas relaciones.
Por Raúl Dellatorre
El grupo Techint seguirá en Sidor, la siderúrgica venezolana, pero como socio minoritario de la empresa que pasará a manos del Estado. De acuerdo con lo que ayer conversó el titular del grupo, Paolo Rocca, con la presidenta argentina, sólo resta definir el precio que pagará el gobierno de Hugo Chávez por aumentar la participación estatal, del actual 20 por ciento hasta el 60 por ciento, tal como fuera anunciado hacia fines de la semana anterior. Precisamente, una de las cuestiones que ayer conversó Rocca con Cristina Kirchner, en un encuentro del que también participaron Luis Betnaza, directivo de Techint, y el ministro Julio De Vido, fue el papel de acercamiento que puede practicar la presidenta argentina para facilitar este tramo final de la negociación. Otro objetivo compartido que surgió de la charla es que la reestatización de Sidor no dañe la relación comercial entre Argentina y Venezuela, particularmente con las empresas argentinas que están participando en el proceso de industrialización venezolana. Techint seguirá en la nación caribeña, no sólo con una participación en la producción de acero (Sidor), sino además con la producción de tubos sin costura (Tavsa) y de briquetas (Matesi).
Cristina Fernández y De Vido recibieron a los dos directivos de Techint pasado el mediodía en la Casa Rosada. La dura condena que recibió la reestatización de Sidor de parte de las principales centrales empresarias argentinas (UIA, AEA) generó un clima de tensión en torno de cuál sería la posición que las autoridades del grupo ítalo-argentino podrían exigirle al gobierno nacional. Una carta de Paolo Rocca a Cristina, el último fin de semana, pidiendo que intercediera ante su par venezolano, dio pábulo a todo tipo de conjeturas.
Sin embargo, los pasos posteriores descolocaron la agresiva postura de dichas entidades. Desde mediados de esta semana, se sucedieron los contactos tripartitos entre ambos gobiernos y la dirección de la empresa, producto de lo cual surgió un primer acuerdo entre Chávez y Rocca. Ayer, Cristina y el titular de Techint repasaron los términos de ese acuerdo, que crea una comisión de transición “para la transferencia accionaria y de las operaciones productivas” de Sidor a manos del Estado bolivariano. Simultáneamente, empezó a funcionar una comisión negociadora “para acordar el valor de la compensación y la forma en la cual se podrá dar continuidad al proyecto industrial entre Ternium (filial latinoamericana de Techint) y Sidor”, asegurándose que, en ese marco, “Ternium mantendría una participación en el capital de la empresa Sidor”, según reconocen ambas partes.
A última hora del jueves, la presidenta argentina había recibido información sobre la marcha de las negociaciones de parte de Rafael Ramírez, no tanto por su rol de ministro de Minas y Energía de Venezuela, o como presidente de Pdvsa, sino por tratarse de uno de los hombres más cercanos y de mayor confianza de Hugo Chávez. Ramírez le transmitió los avances logrados por su par de gabinete, el titular de la cartera de Industrias Básicas, Rodolfo Sanz, que encabeza las negociaciones. Las diferencias entre el precio que Venezuela ofrece por el 40 por ciento de las acciones de Sidor y lo que Techint pretende están imponiendo una pausa. Esta cuestión y la participación que tendría el grupo privado en la futura gestión de la empresa reestatizada son los puntos que aún se negocian. En este aspecto, el pedido de Paolo Rocca de ayer es que Cristina comprometa su esfuerzo para “acercar a las partes”.
El conflicto entre Techint y el gobierno de Chávez explotó por una negociación salarial y por condiciones laborales, aunque ya venía con otra disputa prevaleciente: la actitud de la empresa en el mercado del acero que el gobierno consideraba como abusiva de su situación monopólica. A pesar de contar con insumos provistos a precios subsidiados por el sector público (mineral de hierro y energía eléctrica), Sidor –en manos de Techint– le vendía al mercado interno venezolano a cotización internacional. No resultaba una práctica nueva: dentro de su estrategia de expansión mundial, la firma de los Rocca siempre apuesta a lograr resultados fuertemente positivos en los mercados internos, para así compensar las desventajas que enfrenta ante rivales más poderosos en el mercado internacional.
Tras fallar en un último intento de negociar su continuidad al frente de Sidor –ofreció un aumento salarial del 130 por ciento–, Paolo Rocca optó por la opción menos dolorosa: seguir en el mercado venezolano. Aunque asociado al Estado, es una forma de bloquear el ingreso de alguno de sus rivales y su desplazamiento de esa plaza.