Senado: "Mi voto no es positivo", dijo Cobos y provocó la derrota del Gobierno
El Cronista, Buenos Aires
El mendocino eligió privilegiar la defensa de los intereses agropecuarios y saldó el debate en beneficio del campo. Se agudiza la crisis institucional por el desaire del vicepresidente a su compañera de fórmula, la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner. Festejos de los dirigentes agropecuarios en el Monumento a los Españoles.
El vicepresidente de la Nación,
Julio Cobos, votó finalmente contra las retenciones móviles y desempató en favor de la oposición y del campo la votación en el Senado.
El mendocino pretendió, antes, evitar tener que pronunciarse y solicitó un cuarto intermedio e hizo un llamamiento a los jefes de los bloques para que hicieran modificaciones en sus posturas con el fin de llegar a un proyecto consensuado.
"Vamos a pedirle que haga uso de la facultad que otorga el reglamento, este debate está agotado, el Congreso ha hecho un esfuerzo extraordinario para buscar lo que usted plantea, el consenso", argumentó Miguel
Angel Pichetto, tras lo cual, lacónico, le dijo a Cobos: "No me gustaría estar en su lugar".
En el mismo sentido,
Ernesto Sanz, jefe del bloque radical, se mostró a favor de "resolverlo esta noche".
A continuación el vicepresidente de la Nación retomó la palabra. “Desde lo político desde la institucionalidad dicen que tengo que acompañar por el riesgo que esto implica. Mi corazón dice otra cosa”, empezó su segundo discurso Cobos.
Y antes de votar en contra del oficialismo, argumentó su justificación. “ Es uno de los momentos más difíciles de mi vida. No persigo ningún interés. La presidente me va a entender porque no creo que sirva una ley para solucionar el conflicto. La historia me juzgará no sé como. Pero quiero que esto se entienda. No puedo acompañar . Actúo conforme a mis convicciones. Le pido a la presidenta que envíe un nuevo proyecto. Pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo”, concluyó el vicepresidente de la Nación.
Horas de tensión, últimos minutos dramáticos
En un final cabeza a cabeza, y luego de más de 16 horas de debate, la bancada kirchnerista no logró la mayoría necesaria para aprobar el proyecto oficial. Ambos bandos quedaron empatados en 36 votos, por lo que debió ser el vicepresidente Julio Cobos quien definió la elección.
La incertidumbre se mantuvo hasta el final, sobre todo cuando se conoció que el senador radical Emilio Rached no votaría a favor del proyecto oficial. Hasta ese momento, el Gobierno festejaba la definición favorable a las retenciones de Ramón Saadi, considerado el último indeciso.
Los discursos de los dos últimos legisladores, por la oposición el radical Ernesto Sanza, y por el oficialismo, Miguel Pichetto, tuvieron tonos dramáticos.
Sanz, senador radical por Mendoza, instó hoy al vicepresidente Julio Cobos que ‘piense en el país‘ y vote ‘en contra‘ de la resolución 125 del oficialismo por las retenciones.
Sanz le habló ‘de mendocino a mendocino‘ y expresó que ‘ojalá Dios lo ilumine porque muchas cosas están en juego en la Argentina‘.
También resaltó que Cobos cumplió en el último mes un rol de ‘grandeza, autonomía e independencia‘ y le reclamó que repita esas cualidades en su posible voto de desempate.
Miguel Angel Pichetto, por su parte, afirmó que en el debate que se da en la Cámara Alta ‘está en juego la autoridad institucional".
Este debate no es solamente económico, de recursos, de dos mil millones de dólares, de intereses. Es un debate de poder donde está en juego la autoridad institucional‘, enfatizó el senador, el último orador antes de que se vote el proyecto oficial de retenciones.
Cobos le dio un duro revés al Gobierno y votó contra las retenciones
Ámbito Financiero, Buenos Aires
El Gobierno kirchnerista sufrió esta madrugada un durísimo revés parlamentario que lo deja ante un futuro político incierto, porque no solamente perdió la votación del Senado sobre las retenciones móviles, sino que además sufrió una estocada de parte del propio vicepresidente
Julio Cobos.Se abre ahora, como consecuencia del traspié gubernamental y de la actitud adoptada por el vicepresidente Cobos, un interrogante respecto de las consecuencias institucionales que implicará para el sistema político argentino la forma en que el Congreso dirimió el conflicto entre el Gobierno y el campo.
Porque fue la propia administración kirchnerista la que le imprimió dramatismo a su cruzada a favor de las retenciones, al acusar de golpistas en reiteradas ocasiones tanto a los dirigentes de las entidades agrarias como a sectores de la oposición que se sumaron al extendido reclamo en los últimos 125 días.
El último capítulo de estas acusaciones corrió por cuenta de
Néstor Kirchner, quien apeló nada menos que al recuerdo de los comandos civiles que fogonearon el golpe de 1955 y a los grupos de tareas de la última dictadura para compararlos con los productores que "escracharon" a los legisladores kirchneristas.
El ex presidente liquidó con intervenciones como ésta, una y otra vez, la posibilidad de que el pleito se revolviera en base al consenso, y entonces el país quedó prácticamente partido en mitades, como el que expresaron los actos del campo en Palermo y del kirchnerismo en la plaza del Congreso.
Esa división también quedó reflejada esta madrugada en la dramática votación del Senado, que increíblemente quedó empatada en 36 votos y obligó al titular del cuerpo, el vicepresidente Cobos, a dirimir la controversia.
"Lo que esperan los argentinos es que de aquí salga una solución consensuada", dijo Cobos a la hora de justificar su postura, planteándose prácticamente como la contracara del estilo de confrontación y decisión unilateral que impuso el matrimonio presidencial en los últimos cuatro meses.
Cobos hizo un último intento para encauzar el conflicto al reclamar un cuarto intermedio en la búsqueda de una salida de consenso, pero nuevamente el oficialismo bloqueó esa alternativa por precisas instrucciones que llegaron desde la residencia de Olivos.
Ahora el Gobierno de
Cristina Kirchner quedó ante una encrucijada política muy compleja. De las decisiones que adopte en los próximos días se derivará, con certeza, el sitial que le deparará la historia.
Cobos debió desempatar en el Senado y rechazó el proyecto sobre retenciones
La Nación, Buenos Aires
La Cámara alta no ratificó la resolución 125; el vicepresidente se encargó de definir el desenlace ante la paridad de 36 votos en favor y 36 en contra
En un dramático desenlace, el vicepresidente
Julio Cobos debió desempatar la elección en el Senado y rechazó el proyecto oficial sobre retenciones.
"Que la historia me juzgue, pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo, mi voto es en contra." De esta manera, el compañero de fórmula de la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner, se manifestó en contra de la resolución 125.
El vicepresidente se pronunció luego de una larga alocución, en la que planteó la posibilidad de que la Cámara alta plantee otra alternativa con mayor consenso. "Les pido que evalúen la posibilidad de pasar a un cuarto intermedio para encontrar una solución que es la que está esperando la ciudadanía, sin mezquindades de cada uno de los sectores, porque el país está mirándonos", dijo.
Tras la negativa del Senado a esta posibilidad, Cobos expresó: "La Presidenta de los argentinos, nos va entender. Me va a entender. Porque no creo que sirva una ley que no de la solución a este conflicto. La historia me juzgará, no se cómo. Me va a entender porque no creo que sirva una ley que no de la solución a este conflicto. La historia me juzgará, no se cómo".
Largo debate. Con el paso de las horas, mientras seguía la discusión en el recinto que comenzó a las 10.30 de ayer, aumentaba la expectativa y la tensión respecto de cómo terminaría la votación.
En este contexto,
Emilio Rached, senador por Santiago del Estero, se convirtió en el legislador que agregaría el voto necesario para que se igualen los sufragios. Hasta ese momento, el oficialismo ganaba con 36 sufragios en detrimento de los 35 de la oposición.
Tensión. La mayoría en la que el oficialismo confiaba hasta antenoche, sufrió en la mañana de ayer dos bajas, lo que complicó los cálculos oficiales y esperanzó a la oposición.
Dos de los senadores que estaban en la mira de todos por su condición de indecisos definieron sus posturas en contra del Gobierno.
La kirchnerista riojana
Teresita Quintela confirmó que votaría en contra de la iniciativa oficial y el arista de Tierra del Fuego
José Martínez reiteró que su decisión dependería de lo que ocurra durante la sesión.
El voto del catamarqueño Ramón Saadi fue otra de las claves. Aunque desde el kirchnerismo habían afirmado ya haberlo convencido de apoyar las retenciones, la decisión final del legislador que generó incertidumbre en los despachos del oficialismo, fue despejada anoche al pronunciarse en favor de la iniciativa oficial.
Crisis política tras el sorpresivo voto del vicepresidente Cobos contra las retenciones móviles kirchneristasClarín, Buenos Aires (www.clarin.com)
Tuvo que desempatar luego de que la votación en el Senado quedara igualada en 36 legisladores por lado. Con la decisión, terminó de quebrar su relación con el oficialismo, que había quedado muy desgastada por desencuentros en los últimos tiempos. Y dejó una situación de virtual ruptura entre Presidenta y vice. El fracaso en el Congreso ubicó además en una situación muy complicada al kirchnerismo, que había hecho una fuerte apuesta a favor del proyecto.
"El pueblo pide respeto, hay que entenderlo en ese registro", dijo
Carrió. (Mitre)
El vicepresidente
Julio Cobos se vio finalmente obligado a desempatar en la votación del Senado sobre las retenciones móviles. Contra lo que muchos esperaban, rechazó el proyecto kirchnerista, planteó una situación de virtual ruptura con la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner y dejó en una situación complicada al oficialismo, que había hecho una apuesta muy fuerte a la ratificación del esquema en el Congreso. El resultado desató el festejo del campo.
Al momento de que votaran los senadores, con presencia perfecta, el tablero mostró el empate: 36 votos a favor del proyecto que llegó de Diputados y 36 en contra. Antes de la segunda votación, que también terminaría igualada y en la que Cobos debió desempatar, el vicepresidente pidió la palabra. "Obviamente el consenso no está presente, está el país partido", arrancó. "Hoy debe ser el día más difícil de mi vida", agregó. Después, con voz temblorosa, pidió un cuarto intermedio que fue rechazado; el primero en hacerlo fue el titular del bloque kirchnerista,
Miguel Pichetto, y fue tajante: "Tengo instrucciones. Lo que haya que hacer, hagámoslo rápido".
El Senado pasó entonces a la segunda votación, que volvió a mostrar un empate con 36 votos para cada lado. El vicepresidente volvió a hablar. Con la voz prácticamente quebrada, se refirió a las contradicciones entre los reclamos de fidelidad al Gobierno y lo que dictaba su corazón. "No creo que sirva una ley que no dé solución a este conflicto. No puedo acompañar, y esto no significa que esté traicionando a nadie, estoy actuando de acuerdo a mis convicciones. Que la historia me juzgue, pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo", concluyó.
Durante la jornada, cargada de rumores sobre cuál sería el resultado de la votación, Cobos había evitado definirse públicamente. Su decisión final profundizó la distancia que ya venía teniendo con el Ejecutivo precisamente por su postura en el conflicto del campo.
La sesión, que comenzó alrededor de las 10:30, media hora después de lo previsto, se extendió por más 18 horas, hasta las 4:30 de la madrugada. Tuvo asistencia perfecta : los 72 legisladores de la Cámara alta pasaron por el recinto y todos votaron.
El debate había arrancado con las palabras de los titulares de las comisiones de Agricultura, Silvia Giusti, y de Presupuesto, Fabián Ríos, que defendieron el proyecto de retenciones móviles. Fue el comienzo de una larga jornada en la que a cuentagotas se fueron conociendo las posturas de los que hasta entonces permanecían como indecisos: la riojana Teresita Quintela y el fueguino del ARI José Martínez confirmaron temprano que votarían por la negativa y con el correr de las horas la peronista de Formosa Adriana Bortolozzi y el catamarqueño Ramón Saadi confirmaron su alineamiento con el proyecto oficial. Desde entonces, todas las miradas apuntaron al legislador por Santiago del Estero Emilio Rached, quien terminó votando en contra y forzando el desempate.
Después de larguísimas horas, el debate terminó en un marco de mucha tensión. En el último discurso previo a la votación, Pichetto hizo una fuerte invocación a los senadores. "Saben muy bien lo que significa" para el Ejecutivo el rechazo a la iniciativa, dijo. También le puso presión a Cobos al reiterar que estaba convencido de que el vicepresidente debía acompañar el proyecto del Gobierno y, si no, irse del Ejecutivo.
Antes, el radical Ernesto Sanz había reclamado que Cobos volviera al recinto; es que, en medio de momentos cruciales, el vicepresidente se había ido a la oficina de la presidencia del Senado. El titular del bloque de la UCR también exhortó al radical K a votar en contra de las retenciones.
La votación llegó después de 128 días del conflicto desatado el 11 de marzo con el rechazo de productores y entidades agropecuarias a las retenciones móviles a las exportaciones de soja, maíz, trigo y girasol que estableció la resolución 125. En estos más de cuatro meses, el enfrentamiento entre el campo y el Gobierno se convirtió en tema casi exclusivo de la agenda política.
En el medio, y en una lista que no es exhaustiva, renunció al Ministerio de Economía el joven Martín Lousteau, firmante de las retenciones; fue modificado el esquema para los valores más altos de las retenciones; la Presidenta se comprometió a destinar la recaudación extraordinaria a fines sociales; y hubo actos masivos de un lado y del otro, cortes de ruta, cacerolazos, escraches, desabastecimiento y sectores que terminaron apoyando a uno u otro lado con una división muy marcada.
Con la extensión del conflicto, también llegó la decisión presidencial de enviar el tema al Congreso. Y, ya en el Legislativo, se sucedieron extensos debates en las dos Cámaras que concluyeron, primero, con la media sanción de Diputados y, ahora, con el rechazo del Senado que difícilmente signifique el fin del conflicto, como tampoco lo hubiera significado la ratificación de las retenciones.
Cobos se quedó con la última palabraPágina 12, Buenos Aires (www.pagina12.com)
Luego de que la elección terminará 36 a 36, el vicepresidente intentó pedir un cuarto intermedio, pero los senadores no lo aceptaron. “La historia me juzgará”, dijo. Explicó que rechazaba el proyecto para ayudar a la paz social.
Por Miguel Jorquera
En una dramática definición, a las 4 y media de la mañana, y luego de intentar pedir un cuarto intermedio que no fue aceptado, al vicepresidente Julio Cobos le tocó desempatar la elección en el Senado y votó en contra del proyecto oficial de retenciones móviles. “La historia me juzgará”, dijo Cobos, que explicó que tomaba esa determinación para ayudar a la “paz social”. “Mi voto no es positivo”, sentenció.
La primera votación arrojó un empate: 36 a 36. Julio Cobos leyó el reglamento y ordenó votar nuevamente antes de definir con su voto. El vicepresidente argumentó que no se debe leer el resultado de la votación en términos de triunfos y derrotas, pero afirmó que no se había logrado el consenso necesario sobre las retenciones móviles. Recordó la crisis que casi lleva a la guerra a la Argentina y Chile y luego la guerra de Malvinas durante la dictadura, también como llegó a la gobernación mendocina y afirmó que el de hoy era “el día más difícil de mi vida”. Cobos finalmente inclinó la balanza a favor de la oposición y le infligió la primera gran derrota al gobierno kirchnerista. El proyecto rechazado dejaría vigente la resolución 125 sin los beneficios para los pequeños y medianos productores que introdujo la Cámara baja hace doce días.
A las tres de la mañana la chicharra sonaba llamando a votar, y el último opositor en hablar, el radical mendocino Ernesto Sanz, reclamó varias veces la presencia de Julio Cobos, vaticinó el empate y aun sin Cobos sentado en la presidencia del Senado lo llamó a votar en contra de la resolución 125, “que no es votar en contra del Gobierno”.
El jefe del bloque K cerró el debate. En un nervioso discurso que dejaba entrever lo que se venía, Miguel Angel Pichetto pasó factura “por el oportunismo político” a los peronistas díscolos y sus propios aliados. Se preguntó como en tres meses muchos de los que buscaban sacarse una foto con la Presidenta habían dado un paso al costado y dónde habían quedado quienes adhirieron a la concertación que promovió el Gobierno. “¿Estamos en una crisis terminal?”, preguntó una vez más pero ya nadie le contestaría. Después dirigió la presión sobre Cobos afirmando que ningún vicepresidente, en el plano internacional, “votaría contra su propio Gobierno”. La suerte ya estaba echada.
A medianoche, la incertidumbre crispaba al kirchnerismo y carcomía a toda la oposición. Mientras todos estaban pendientes del decisivo voto del radical K Emilio Rached –que empataría la votación 36 a 36– y obligaría a Cobos a definir la suerte de las retenciones móviles, el senador santiagueño degustaba una picada junto a dos colaboradores en el comedor del Senado. Afuera lo esperaba el dirigente radical Leopoldo Moreau, un acercamiento que los senadores de la UCR veían con desconfianza. Rached aceptó el diálogo a solas con su viejo correligionario, pero enseguida cortó la charla que no duró más de un minuto. El senador pasó frente a los periodistas y dejó sólo una certeza: “No voy a hablar, sólo voy a votar”, dijo e ingresó al recinto. El final abierto se prolongaba.
En el recinto, el puntano Adolfo Rodríguez Saá tenía la palabra. Denostó la “demonización de la soja y de quienes tenemos una opinión diferente del discurso único que se quiere imponer”. Luego leyó de un libro sobre Juan Perón, la misma frase que eligió Carlos Reutemann para fundamentar su voto en contra: “Nosotros somos los ricos del futuro”, en referencia a la puja que el general pronosticaba en el ’73 sobre los alimentos que no podría producir el mundo industrializado.
Antes, Hilda “Chiche” Duhalde aseguró que “no voté los superpoderes a (Domingo) Cavallo que me pedían (Carlos) Ruckauf como gobernador y mi marido como presidente del PJ. La resolución 125 una trampa mortal. No estoy dispuesta a votar superpoderes”.
A esa hora, la una de la mañana, el oficialismo aceptaba a regañadientes que se le había escapado el triunfo y salió a informar el mecanismo en caso que Cobos tuviera que desempatar la votación. Pero nadie en el oficialismo arriesgaba cuál sería el sentido del voto del vicepresidente, pero admitían que la “intención política” del Gobierno era de terminar con el tema de una vez por todas.
Poco antes, y tras una reunión a puertas cerradas, las caras de decepción de Pichetto, y del bonaerense José Pampuro, daban muestras que ya no dominaban la situación. Cerca del bloque oficialista, deslindaban responsabilidades. El voto de los senadores de las provincias gobernadas por aliados, como Santiago del Estero en manos del radical K Gerardo Zamora y su senador Rached. Los resultados de la gestión de la Casa Rosada estaban a la vista: ninguno de los aliados díscolos revirtieron su anunciado voto negativo.
Quince minutos después, Menem comenzó su discurso disculpándose de haber abandonado varias veces el recinto por razones de salud. Visiblemente demacrado, y con “neumonía” –según sus colaboradores– hablaba pausado y con dificultad. La sesión la presidía el salteño Juan Carlos Romero. Menem adelantó su voto negativo y exhortó a los senadores a impedir que “se siga dividiendo el país”.
Dos y media de la madrugada, el radical Gerardo Morales arrancó su discurso “abreviado” embistiendo contra el Gobierno. La chicharra empezó a sonar, para volver a reunir el quórum y votar. Otro radical, Ernesto Sanz, reclamó varias veces la presencia de Julio Cobos, que no estaba en el recinto. La hora de la verdad había llegado.
Bastante lejos ya habían quedado las versiones del mediodía, cuando los pronósticos se dividían. Desde la oposición se vaticinaba un empate en 35 votos y los dos “últimos indecisos”: el catamarqueño Ramón Saadi y Rached. El oficialismo contaba a Saadi entre sus votos y dudaba de Rached, pero el santiagueño todavía no había llegado al Senado. Lo que dejaba al kirchnerismo con un solo voto arriba en una votación reñida.
Las más disparatadas versiones sobre el paradero de Rached comenzaron a circular por los pasillos del Senado. Rached era uno de los dos últimos indecisos. Pero a esa hora, los productores de Pinto fueron hasta la casa de su ex intendente para garantizar su voto “a favor del campo”