Investigan una estafa a 1.200 personas por US$ 30 millones
Clarín, Buenos Aires
Es por las denuncias contra una empresa que ofrecía jugosas inversiones fuera del país. Los afectados dicen que no les devolvieron el dinero. Hubo allanamientos en un country y en oficinas del microcentro.
Dicen que podría ser el escándalo extrafinanciero más grande en décadas. El fiscal federal que lo investiga asegura que ya tiene comprobados los casos de 1.200 personas, que pusieron 33.000.000 de dólares y aún no los recuperaron. Entre hoy y el lunes presentarán sus querellas otros 471 clientes para reclamar 265.000.000 de dólares que, sostienen, invirtieron y jamás les devolvieron. La Justicia tiene en total 11.000 contratos bajo investigación, que alcanzan un número increíble: 300.000.000 de dólares.
En el centro de la escena aparecen una consultora llamada
Curatola y Asociados, un broker (fondo de inversiones) con base en las Islas Vírgenes Británicas, un banco de las Bermudas y una empresa con sede en Panamá. La mayor parte de los protagonistas, sin embargo, son argentinos. Y las sospechas van desde la estafa hasta el lavado de dinero.
La historia empezó en plena crisis de 2001, cuando el vendedor de seguros Eugenio Curatola (42) vio la oportunidad de empezar a operar en el mercado financiero internacional. Con sólo 20 clientes, formó Curatola y Asociados para asesorarlos en inversiones con brokers del exterior.
Al poco tiempo, el negocio explotó. Curatola se asoció con un hombre muy prestigioso en Azul y sumó clientes de a cientos. Algunos habrían visto una oportunidad para sacar dinero del país en tiempos de corralito. Otros habrían llegado por la desconfianza con los bancos argentinos.
Curatola y Asociados pasó de tener unas oficinas en la calle Ingeniero Butty a ocupar dos pisos en Esmeralda al 600. Y abrió una veintena de representaciones, la mayoría en la provincia de
Buenos Aires (Azul, Olavarría, Pehuajó, La Plata, Tandil, Junín, Tres Arroyos y Mar del Plata). Al mismo tiempo, se vinculó con el broker estadounidense FXCM.
Según los testimonios reunidos por el fiscal federal
Guillermo Marijuán, las ganancias eran fabulosas. Los clientes depositaban su dinero con un modelo cerrado a uno o dos años (el mínimo eran 10.000 dólares al comienzo, y luego 50.000) o con uno abierto, desde 5.000. Por Internet, a través de un número de cuenta que proveía FXCN, podían seguir on line sus inversiones.
Poco tiempo después aparecieron problemas. El primero vino de la Comisión Nacional de Valores, que el 4 de julio de 2002 le prohibió a Curatola y Asociados seguir ofreciendo negociaciones "en los mercados de futuros y opciones" (resolución Nº 14.245). No importó. Eugenio Curatola empezó a dar conferencias en hoteles de Capital y en otros del interior, a veces junto a sus hermanos. También inició un micro de diez minutos diarios (pago) en una radio porteña. Desde allí, y desde su sitio de Internet, captaba más y más clientes. Pero surgió un nuevo problema: el broker FXCM decidió dejar de operar con su consultora a fin de 2003.
Mientras Curatola buscaba un nuevo broker,
FXCM devolvió inversiones a algunos de sus clientes. Estos movimientos inusuales fueron detectados por bancos del extranjero, que denunciaron las operaciones como sospechosas de lavado de dinero ante la Unidad de Información Financiera (UIF, organismo que funciona del Ministerio de Justicia).
Pronto, Curatola designó un nuevo broker para sus clientes. El flamante operador fue Forexvan, empresa de Islas Vírgenes Británicas perteneciente al Vanderbelt Management Group. Pero ahora el mecanismo era distinto: los inversores debían depositar su dinero en el Bermudas Commercial Bank, según dijo la mayoría, y dar un poder a Curatola para operar con Forexvan.
"La gente venía retirando dinero, eso dio confianza", justificó a Clarín el abogado Miguel Angel Pierri, el de mayor participación en el caso con 471 clientes. "Prometía rendimientos del 100 por ciento. Había tanta confianza que los depósitos del banco de Bermudas subieron 350.000.000 de dólares en un año por el dinero que mandó a poner Curatola".
Según la investigación del fiscal Marijuan, los inversores sólo podían consultar el estado de su inversión a través de la página web de Curatola con una clave que él les daba. Pero en febrero de 2004 surgieron los primeros casos de gente que decidió retirar su inversión y no pudo.
A lo largo del año, más y más clientes declararon estar en la misma situación. La mayoría comenzó a recibir mails donde se les informaba que Forexvan estaba "bajo auditoría" pero que todo se normalizaría. Las cifras de las "ganancias" seguían creciendo en la Web, pero la plata no volvía.
Algunos clientes contaron que fueron a las oficinas de Curatola, sin éxito. "La explicación era que una inversión había salido mal. Para mayo de este año ya nadie cobraba", contó Pierri. Enseguida, otra complicación: el 29 de setiembre la UIF denunció judicialmente a Curatola por lavado.
El 2 de noviembre, se sumó en la fiscalía de Marijuan una denuncia por estafa presentada por Jesús Marinescu, quien se presentó como "cónsul honorario de Rumania en Bariloche" y dijo que Curatola se había quedado con 500.000 dólares suyos. En paralelo, Pierri presentó 32 querellas, por 32.000.000 de dólares, en los juzgados de Instrucción números 3, 26 y 41.
Marijuan allanó las oficinas de Curatola y su casa de 2.000.000 de pesos en el country Abril (Hudson), donde halló 11.000 contratos por 300.000.000 de dólares. "Hay documentos que prueban que las oficinas de Vanderbelt, en Panamá, son de Curatola. Y que Forexvan es suya".
La investigación de Marijuan ya relevó 1.200 de esos contratos. "Voy a pedir la indagatoria de Curatola, su mujer y sus socios. Todos están en Miami", dijo a Clarín mientras investiga cómo salió tanto dinero del país.
Fernando Burlando, uno de los abogados de Curatola, niega su responsabilidad. "Forexvan no tiene relación con él. Su función era asesorar, hay millones en juego pero él no es el responsable", aseguró. En Curatola y Asociados derivaron a Clarín hacia un segundo abogado, Michael Díaz, quien trabaja en Miami. "No hay estafa ni lavado. El 85 por ciento de los clientes aceptó una negociación por la cual se van a devolver los fondos, varios millones de dólares. Sólo hubo un inconveniente con un banco. A mí me gustaría saber el origen del dinero que reclama esta gente", dijo.
Pierri niega que se haya cerrado un arreglo. "Estamos presentando 471 demandas, por 262 millones. Lo más curioso es que la consultora sigue tomando inversiones", concluyó. La batalla parece estar por empezar.
Detienen a un hombre que estafó a más de mil personas por unos u$s300 millones
Infobae, Buenos Aires
Eugenio Curatola fue apresado en Hudson. Convencía a sus clientes al asegurar que en un año lograba obtener el 45% de interés a partir de una inversión mínima de 10.000 dólares
Eugenio Curatola fue detenido este martes en su casa del country Abril, en la localidad de Hudson, en el partido de Berazategui. La Justicia lo acusa de estafar a más de 167 ahorristas en u$s33 millones aunque se estima que habría más de mil damnificados en todo el país.
La maniobra concretada habría sido similar a la que utilizó el financista norteamericano Bernard Madoff, acusado de estafar a miles de ahorristas por 50.000 millones de dólares.
Con la promesa de intereses altos, el imputado logró seducir a miles de clientes, que entre 2001 y 2004 le entregaron sus ahorros para que el operador bursátil los invirtiera en el mercado a futuro de divisas en el exterior.
El empresario entregaba a cada uno de sus clientes una clave para que pudieran seguir a través de una página de Internet la evolución de sus inversiones colocadas por un broker en el exterior.
Allí, las cifras de las ganancias crecían, pero en febrero de 2004, cuando los inversores intentaban cobrar los dividendos o retirar el capital, el dinero no aparecía.
Si bien hasta el momento el monto denunciado en la Justicia fue de 33.000.000 de dólares se estima que el monto que los inversores nunca recuperaron podría llegar a u$s300 millones según informa el diario La Nación.
El juez de Instrucción porteño Mariano Scotto dictó el procesamiento de Curatola por su presunta responsabilidad en 167 casos de estafas y le revocó la eximición de prisión de la que gozaba el imputado.
¿Un Madoff argentino?: broker local estafó a miles y está preso
El Cronista, Buenos Aires
Se trata de
Eugenio Curatola, acusado de cometer una de las estafas financieras más importantes de los últimos años en la
Argentina.
“Eugenio Curatola, de profesión
Forex Trader, es un proveedor líder de Informes sobre Inversiones y soluciones alternativas y creativas a inversores privados e institucionales desde 1998”, reza la leyenda de inicio en la página web de este agente de bolsas, que quedó detenido hoy , acusado de cometer múltiples estafas en la provincia de Buenos Aires.
La Justicia lo detuvo en la localidad de Hudson, y se calcula que estafó a unas 1.200 personas por cerca de u$s 33 millones, al ofrecerles inversiones en el exterior mediante ahorros que nunca recuperaron.
Si bien sus víctimas no fueron los popes de la aristocracia financiera mundial, por la cantidad de estafados y el dinero en danza por este fraude, Curatola bien podría ser la encarnación vernácula del broker Bernard Madoff, el gestor estrella que armó una pirámide financiera y estafó a a multimillonarios por unos u$s 50.000 millones.
Procesado con prisión preventiva, el cargo contra Curatola es por el presunto delito de Asociación ilícita, en calidad de jefe y estafa reiterada en 167 casos, al tiempo que le trabó un embargo sobre sus bienes por 16 millones de pesos.
En una investigación iniciada por el fiscal federal Guillermo Marijuan se allanó su casa de Hudson donde se habrían encontrado contratos por u$s 300 millones.
La historia de la estafa
La causa se inició a partir de una demanda judicial formulada por el abogado Miguel Angel Pierri en representación de 240 personas que habían sido damnificadas al colocar sus ahorros en la empresa Curatola y Asociados, un fondo de inversiones con base en las Islas Vírgenes Británicas.
El “Madoff” argentino inició su escalada de estafas en plena crisis del 2001, cuando comenzó a operar en el mercado financiero internacional.
“Con sólo 20 clientes formó Curatola y Asociados para asesorarlos en inversiones con brokers del exterior”, informó Pierri en la causa judicial.
Al tiempo sumó una gran cantidad de clientes que hizo que la firma abriera varias sucursales, la mayoría en ciudades de la provincia de Buenos Aires como Tandil, Olavarría, Tres Arroyos, Mar del Plata, Junín y Azul, La Plata y Pehuajó.
Según la investigación, la modalidad consistía en depositar cierta cantidad de dinero con un mínimo de 10.000 dólares.
Pierri señaló que a partir del año 2005 “surgieron los primeros casos de gente que decidió retirar su inversión y no pudo”.
“Eugenio Curatola ha cometido una de las estafas más relevantes en el ámbito privado, de la República Argentina”, señala el blog estafacuratola.blogspot.com, que tiene no sólo el propósito de informar sobre la estafa en sí, sino que invita a todos los damnificados a dar testimonio para contribuir a una causa que ya empieza a avisorar un final.