La inglesa British Gas informó ayer que vendió el control de Metrogas, la principal distribuidora de gas domiciliario del país, que llega a casi dos millones de hogares. El comprador es Integra Gas Distribution, una sociedad radicada en Estados Unidos que en el sector atribuyen a José Luis Manzano. La nueva propietaria pasará a ser socia de YPF, segundo mayor accionista de la distribuidora.
El ex ministro del Interior de Carlos Menem, de trato frecuente con el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal y asiduo concurrente a los actos en la Casa Rosada, es presidente de una sociedad llamada Integra Investment, también dedicada a la energía. Las oficinas de Integra funcionan en el mismo edificio que las de Andes Energía, una petrolera vinculada a Manzano.
Clarín trató de hablar con Manzano, pero explicaron que no era posible porque estaba de viaje.
“La transferencia de las acciones se encuentra sujeta, entre otras condiciones, a la obtención de las autorizaciones regulatorias correspondientes”, informó British Gas (BG), que hace tiempo quiere irse del país. Esto implica que el ente regulador Enargas debe dar su aprobación. En el pasado, la firma inglesa quiso ceder una parte a fondos y el Enargas se opuso.
YPF también puede terminar como dueño de Metrogas . La compañía posee un “derecho de compra preferente”, por el cual puede ejercer un derecho a adquirir las acciones que BG quiere vender.
Con pérdidas acumuladas por $ 82,6 millones en el año, endeudada, y con problemas para afrontar pagos a acreedores, Metrogas parece poco viable, a menos que reciba una reestructuración tarifaria .
En 2011, con YPF bajo la gestión de los Eskenazi, la compañía trató de comprar la parte de los ingleses de Metrogas, pero al no poder llegar a un acuerdo con los acreedores, la operación se cayó.
BG le ganó un juicio al Gobierno en la Uncitral, la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional. Por ese laudo, está habilitada a cobrar US$ 185 millones. Los Eskenazi se propusieron comprarle sus acciones, con ese juicio incluido, pero los británicos no quisieron. Ahora, esa demanda continuará vigente y los ingleses siguen esperando su cobro, aunque falta una instancia legal más en tribunales locales.
BG traspasará el 54,67% que posee de Gas Argentino S.A. (Gasa). Esta sociedad –en la que YPF posee el resto– es dueña del 70% de Metrogas. En la venta no se informó el monto de la transacción, BG también aseguró que le venderá a Integra su 6,84% de participación directa en Metrogas.
La distribuidora está intervenida por el Gobierno desde junio de 2010 por su progresivo deterioro financiero, que la llevó a un concurso de acreedores con un pasivo de más de US$ 200 millones . En junio, los acreedores aprobaron una reestructuración de deuda, con quitas de entre el 46,8% y el 53,2% con respecto a su valor original y una extensión hasta 2018.
La compañía no pudo pagarle a sus proveedores de gas y transporte en septiembre y se vio obligada a cancelar esas obligaciones en cuotas, reforzando la sospecha de una nacionalización .
En el sector de servicios públicos hay pocas empresas rentables. La segunda mayor gasífera domiciliaria, Gas BAN, ganó $ 5,5 millones en el tercer trimestre de 2012 (había obtenido $ 21 millones en 2011). El Grupo Insud –de Hugo Sigman– tiene el 19,6 % en Gas BAN. En agosto de 2008 compró y en septiembre pudo aplicar un ajuste “que para los usuarios no superó el 3% y había sido pactado en una renegociación de 2005”, según la empresa.
British Gas (BG) anunció ayer en la Bolsa de Comercio que firmó un acuerdo para vender su participación en Metrogas a Integra Gas Distribution LLC, sociedad de la que por ahora se ignora la composición accionaria, el objeto social y el lugar del mundo en que está radicada. La comunicación no incluye el precio de la transacción.
BG indicó que «la transferencia de las acciones se encuentra sujeta, entre otras condiciones, a la obtención de las autorizaciones regulatorias correspondientes y al no ejercicio por parte de YPF de su derecho de compra preferente». Por su parte, la petrolera declinó realizar comentarios sobre el anuncio.
Difícil
En principio, parece difícil que el Gobierno autorice la venta de la mayoría accionaria de la principal distribuidora de gas del país a un fondo de inversión o sociedad similar. El antecedente más cercano es el de Transener, la empresa que opera el transporte eléctrico en alta tensión. En febrero de 2007, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia desaprobó la venta de parte del paquete accionario al fondo Eton Park.
Sin embargo, en fuentes empresariales se cree que si Integra Gas firmó el acuerdo es porque ya tiene alguna promesa del Gobierno de que Metrogas tendrá un ajuste de tarifas. Según esta opinión, «nadie va a comprar una empresa quebrada que no puede cubrir sus costos operativos», en referencia a que desde octubre la distribuidora paga parcialmente el gas que les compra a las petroleras.
A mediados de 2011, YPF, entonces controlada por Repsol, firmó un acuerdo con BG para comprarle las acciones en Metrogas. El acuerdo estaba sujeto a que los acreedores aceptaran la propuesta formulada en el concurso de la gasífera. Como eso no ocurrió en el plazo de la oferta y recién se concretó este año, la propuesta se cayó y no fue renovada por YPF cuando el Estado se hizo cargo del 51% de las acciones, aun cuando la firma británica reiteró su interés en retirarse de la distribuidora argentina.
Metrogas, que distribuye el 20,8% del gas que se entrega por redes en el país, está controlada por Gas Argentino (GASA). Dentro de GASA, BG tiene el 54,67% e YPF el 45,33%. Por eso, aunque la oferta anterior ya no está vigente, la petrolera sigue teniendo preferencia para la compra de las acciones de BG.
Fallos
GASA tiene el 70% de Metrogas. Según informó BG en la Bolsa, venderá todas sus acciones en Gas Argentino a Integra y además 38,9 millones de acciones Clase B de Metrogas que están directamente a nombre de la empresa británica. Esa última cantidad equivale aproximadamente al 7% del capital social de la distribuidora.
Además de que BG se está retirando de toda Latinoamérica, su decisión de dejar Metrogas se consolidó en enero de este año cuando una corte de apelaciones de EE.UU. se pronunció a favor del Estado argentino cuando éste apeló un fallo anterior que lo obligaba a indemnizar a la británica por u$s 185 millones.
La Nación
La compañía británica BG, una de las últimas sobrevivientes de la oleada de inversiones extranjeras en servicios públicos que llegó al país en los años 90, concretó ayer su salida de la Argentina en una operación de sello kirchnerista.
La compañía, que desde hacía años buscaba una puerta de salida para sus negocios domésticos debido al congelamiento tarifario que dispuso el Gobierno, vendió toda su participación en Metrogas, la mayor distribuidora de gas del país, que atiende a más de 2,2 millones de clientes en la ciudad de Buenos Aires y 11 municipios del conurbano bonaerense.
La compradora es Integra Gas Distribution LLC. Ignota hasta ayer, la empresa tiene en su composición algunos nombres bien conocidos en el mundo de la política y los negocios locales. Se trata de los empresarios de medios Daniel Vila y José Luis Manzano, según explicaron a LA NACION fuentes al tanto de la operación. El resto de la compañía está compuesta por fondos de inversión con origen en Chile, Estados Unidos e Inglaterra.
La participación de Vila-Manzano en el negocio -ambos lideraron el capítulo local de la negociación- no supera el 8 por ciento. No se trata de un número arbitrario, sino calculado con precisión de relojero. Es que la ley de medios sancionada por el kirchnerismo hace tres años no permite que los propietarios de medios de comunicación tengan una participación superior al 10% en empresas de servicios públicos.
Ambos empresarios, de todas maneras, aún deben adecuar su participación en el negocio de distribución eléctrica en Mendoza, que controlan a través de Andes Energía.
Fuentes que siguieron las negociaciones explicaron que la operación en su conjunto implica un desembolso superior a los US$ 20 millones. La primera cuota ya se pagó.
La llegada del grupo encabezado por Vila y Manzano se concretó en dos pasos: por un lado, Integra acordó con BG la venta de sus acciones clase A en Gas Argentino (GASA), la controlante de Metrogas, con un 70% de participación en la distribuidora. Eso le permitirá, una vez que se cumplan todos los procedimientos, quedarse con casi un 55% de la compañía que toma las decisiones en la distribuidora. Esos cálculos se desprenden de la información que GASA envió ayer a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Además, Integra se quedó con cerca de un 6,7% de acciones de Metrogas que BG había comprado en la Bolsa y no deben esperar la aprobación de los organismos reguladores.
Ambos pasos son el resultado de la firma y ejecución de una opción de compra.
Para concretar la operación, sin embargo, habrá que esperar varias luces verdes. La primera implica que YPF, a través de YPF Inversora Energética, que tiene un 45,33% de GASA, no ejerza el first refusal ; es decir, su derecho a igualar la oferta del comprador y quedarse con la empresa. Tiene 30 días para hacerlo.
El segundo paso es la aprobación del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), cuyo interventor es Antonio Pronsato, que fue informado ayer mismo sobre la operación.
Luego, los compradores deberán verse las caras con la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), a cargo de Ricardo Napolitani, que depende del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
BG y el Gobierno acumulan una historia de desencuentros que se tradujo en magros resultados para la empresa. Sin ajustes de tarifas tras la devaluación de 2002, algo que el kirchnerismo se negó a otorgar mientras la inglesa mantuviera su demanda en el Ciadi, la empresa registra números cada vez peores. Desde 2008 hasta el año pasado, por ejemplo, tuvo pérdidas de manera consecutiva. En 2011, el quebranto fue de $ 73,12 millones.
En 2010 entró en concurso preventivo, algo que le costó la intervención del Gobierno. La empresa logró cerrarlo el 12 de septiembre. Ese mes, sin embargo, dejó de pagarles a las petroleras la mitad del gas que vende a sus clientes.
Lejos de la euforia de los 90, BG había perdido por completo su interés en el país, a tal punto que cerró sus oficinas locales y escudriñaba el negocio desde Chile.
La Nación
Ayer no pasó nada que no se espere desde hace años: la salida de un grupo extranjero del manejo de un servicio público argentino. Después de 11 años de esperar que se renegocien los contratos que se despedazaron con la crisis de 2001 ya no hay paciencia que alcance.
Ahora le tocó el turno a BG Group (antes British Gas), que se desprendió de la porción accionaria que tenía en Metrogas. Antes fue el tiempo de Electricité de France, o la división eléctrica de Total o el grupo Suez, sólo por tomar algunos casos. Otra compañía, como Endesa, que controla en el país varias generadoras de electricidad y la distribuidora Edesur, aún tiene sus activos, pero reconoció en sus balances globales que la inversión en el país ya está amortizada. O, lo que es lo mismo, que su valor es cercano a cero.
El sector jamás logró reponerse de la crisis de 2001. Los contratos se tornaron abstractos y la emergencia suspendió los derechos y las obligaciones. El kirchnerismo heredó este esquema agrietado y lo partió en pedazos. Nunca se sentó seriamente a discutir condiciones de servicio, de inversión o de tarifas.
Durante los primeros años, la Casa Rosada ganó tiempo con actas provisorias que prometían revisiones integrales. Hasta se creó la Unidad de Renegociación de Contratos de Servicios Públicos (Uniren), pero nunca se la dotó de poder suficiente como para poder avanzar en sus objetivos. Sólo para ilustrar, desde 2007 celebró cuatro audiencias públicas, condición esencial como para avanzar en nuevos contratos.
No bien Néstor Kirchner llegó a la presidencia en 2003, una cosa quedó clara: los concesionarios serían meros gerenciadores del servicio. Los planes, la expansión y hasta la rentabilidad la manejaría el Estado. El esquema funcionó un tiempo mientras la oferta de servicios públicos era menor que la demanda, deprimida después de la crisis. Pero la expansión de la economía nunca se acompañó con inversión.
Empezaron los quebrantos y los concursos preventivos. El Gobierno arregló lo que pudo con subsidios y las acciones de las prestadoras se desplomaron. Los papeles de Metrogas, que en enero de 2011 valían 1,37 pesos, cerraron ayer a 54 centavos, una caída de 61% en casi dos años.
El mundo ha escrito millones de páginas sobre servicios públicos. Nadie encontró jamás una fórmula distinta: la inversión la hace el Estado o los usuarios. El primero, haciéndose cargo de las obras; el segundo, con tarifa. El kirchnerismo optó por el primer sistema, pero jamás elaboró un plan de inversiones serio. Los usuarios se mantuvieron "dormidos", bajo los efectos de pagar poco en comparación con lo que se paga en la región.
Pero todo llega a su fin. No hay ni electricidad ni gas para todos cuando hace calor o frío. Las empresas ya tienen déficit de caja producto de los costos que suben al ritmo de la inflación. Ya no se gana dinero con los flujos de ingresos y egresos tradicionales. La simple ecuación de recaudación por tarifas y gastos por explotación deja la cuenta en rojo.
Aun si estuviese el dinero necesario para invertir lo que se necesita en cada sector, pasará mucho tiempo hasta que se sienta la mejora. Así las cosas, a los argentinos no les queda otra que acostumbrarse por unos años a servicios ineficientes.
Ayer, con pocas horas de diferencia entre ambos hechos, el grupo Vila-Manzano fue protagonista de dos noticias que no parecen tener vínculos pero que están íntimamente relacionadas y tienen que ver con la dupla empresaria mendocina.
Por un lado, al mediodía, fueron mencionados durante la conferencia de prensa organizada por Martín Sabbatella, titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), como uno de los grupos periodísticos que deben adecuarse a la Ley de Medios antes del siete de diciembre poniendo a la venta parte de los activos que controlan a través del Grupo Uno.
Y por otro, durante la tarde otra empresa con lazos con ambos hombres de negocios anunció que ingresaba al capital accionario de Metrogas.
El comunicado oficial sobre esta operación fue enviado ayer por el directorio de Gas Argentino S.A (GASA), controlante del 70% de la principal distribuidora de gas del país a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. El escrito explica que British Gas (BG) suscribió un acuerdo para vender sus tenencias en GASA a la compañía Integra Gas Distribution LLC.
Es decir las 40.793.136 acciones Clase A que poseen en GASA y otras 38.941.720 acciones Clase B de BG Gas International B.V. en Metrogas.
De manera directa, Integra pasa a controlar el 55% de GASA y el 7% del capital accionario de la distribuidora gasífera que pertenecían a BG.
En tanto, otro 45% del capital de GASA está en manos de la petrolera estatal YPF. Y el 30% restante de Metrogas se distribuye entre las acciones que cotizan en las Bolsas de Buenos Aires y de Nueva York (20%), y un 10% adicional en manos de sus empleados, a través del Programa de Propiedad Participada.
En el mismo escrito se informa que BG también se desprenderá de otro porcentaje cercano al 7% que controla de manera directa en la distribuidora de gas que ofrece servicios a dos millones de usuarios en el ámbito porteño y 11 partidos de la provincia de Buenos Aires.
De este modo, el grupo británico se va de la Argentina, país con el que aún mantiene un diferendo ante el Ciadi por la falta de actualización de la tarifa que, según argumenta, dañó el valor de su inversión local.
De acuerdo a lo que pudo saber El Cronista de fuentes cercanas a los grupos involucrados en la transacción, la empresa compradora es propiedad de Daniel Vila y José Luis Manzano, quienes ya tienen presencia en el sector de los servicios públicos con activos vinculados a la energía y el petróleo, especialmente en Mendoza y otras provincias del sur argentino.
Es en este aspecto donde ambas informaciones que vinculan a la dupla empresaria mendocina se rozan.
En especial porque la Ley de Medios impide a los titulares de grupos periodísticos ser también propietarios de empresas que brinden servicios públicos como es el caso de Metrogas.
De todos modos, la letra del acuerdo tiene dos requisitos fundamentales que se deben cumplir para culminar exitosamente el traspaso de acciones. El primero, que sea autorizado por los organismos regulatorios competentes. En este caso, según fuentes oficiales y empresarias, Vila-Manzano tendrían el aval oficial. Incluso del propio viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien ha desplazado al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en la toma de decisiones acerca del futuro de las empresas energéticas y gasíferas afectadas por años de congelamientos tarifarios y costos crecientes al ritmo de la inflación real.
El segundo, que YPF desista de hacer uso de su derecho de compra preferente. De hecho, la petrolera ya intentó quedarse con las acciones de BG en GASA y Metrogas durante la gestión de la española Repsol y de la familia Eskenazi, pero no tuvo suerte. Es de esperar que ahora, la compañía que lidera Miguel Galluccio no ponga piedras en el camino de la operación teniendo en cuenta que desde su reestatización ostenta el control operativo de Metrogas, con ejecutivos directamente designados por Kicillof y De Vido.
En el caso de las incompatibilidades con la Ley de Medios, fuentes del entorno de Martín Sabbatella recordaron ayer a este medio que no pueden participar en empresas prestadoras de servicios públicos.
Pero también aclararon que dicho impedimento solamente corre siempre que las empresas de medios y las de servicios públicos tengan los mismos accionistas.
En tanto, voceros del grupo Vila-Manzano explicaron que el porcentaje accionario que controlarán en Metrogas les permite cerrar la operación sin violar la Ley de Medios.
Página 12
La compañía inglesa British Gas acordó venderle a la firma Gas Distribution LLC la totalidad de su capital en Metrogas. El 70 por ciento de la distribuidora de gas está en manos de la controlante Gas Argentino. De ese total, el 55 por ciento es propiedad de British Gas en acciones de Clase A, y el 45 por ciento restante, de la estatal YPF. British Gas solicitó ayer a la mañana a Metrogas que informe a la Bolsa local la operación, que además incluye acciones Clase B que representan el 7 por ciento del capital social de Metrogas. “La transferencia se encuentra sujeta a la obtención de las autorizaciones regulatorias correspondientes y el no ejercicio por parte de YPF de su derecho de compra preferente”, informó el comunicado de Metrogas, que está intervenida por el Gobierno desde 2010 y reportó una pérdida de 27 millones de pesos en el tercer trimestre.