Las negociaciones entre el Gobierno paraguayo y la multinacional Rio Tinto Alcan (RTA) llegaron ayer su fin con la comunicación oficial por parte de la empresa de su decisión de posponer los estudios sobre el proyecto para la radicación de una planta de fundición de aluminio en Paraguay.
La minera multinacional canadiense Rio Tinto Alcan informó hoy de que pospone los estudios para la instalación de una planta de procesamiento de aluminio en Paraguay, que requeriría una inversión de 4.000 millones de dólares.
La compañía aseguró en un comunicado que debido a las "difíciles condiciones del mercado" no realizará el proceso necesario para instalarse en el país suramericano, tras años de negociaciones con los distintos Gobiernos.
"Esta fue una decisión muy difícil de tomar debido a que hemos disfrutado mucho del profesionalismo y colaboración de las autoridades de Paraguay. Dicho esto, no podemos evitar la realidad de las condiciones actuales del mercado", remarcó en el comunicado el vicepresidente de Rio Tinto Alcan para Sudamérica, Juan Pazos Romero.
Pazos agradeció a la Administración paraguaya "por su confianza, franqueza y disponibilidad para intentar llevar adelante este proyecto".
El proyecto comenzó a ser negociado durante la Presidencia de Fernando Lugo y después con Federico Franco, que le relevó tras apoyar su destitución en un juicio parlamentario un año antes de terminar su mandato.
Franco apoyó el proyecto, que usaría parte de la energía generada por la presa de Itaipú que ahora es cedida a Brasil.
Con una inversión de hasta 4.000 millones de dólares, la compañía estudiaba instalar la planta en el este de Paraguay para atraer el establecimiento de un parque industrial en la zona.
Franco abogaba por la concreción de ese proyecto pese a las advertencias de algunos especialistas de que la fábrica consumirá más energía de la que Paraguay tendría en el futuro.
Itaipú, la segunda mayor hidroeléctrica del mundo, es compartida por Brasil y Paraguay, cada uno de los cuales tiene derecho a la mitad de la energía generada.
El ahora presidente paraguayo, Horacio Cartes, descartó dar su apoyo a la compañía canadiense durante su campaña electoral de las elecciones generales del pasado abril.
Rio Tinto Alcan informó hoy al Gobierno de la República del Paraguay de su decisión de posponer los estudios sobre el proyecto para la radicación de una planta de fundición de aluminio en Paraguay, según un comunicado oficial, debido a las difíciles condiciones del mercado en el sector del aluminio. Sin embargo, en realidad se debería a que nunca hubo un verdadero acercamiento entre la firma internacional y el actual gobierno.
Sr. Juan Pazos Romero, Vicepresidente de Río Tinto Alcan para Sudamérica declaró: “La decisión del día de hoy viene después de pasar 5 años productivos de discusiones con el Gobierno de Paraguay”.
El Sr. Pazos añadió: “Esta fue una decisión muy difícil de tomar debido a que hemos disfrutado mucho del profesionalismo y colaboración de las autoridades de Paraguay. Dicho esto, no podemos evitar la realidad de las condiciones actuales del mercado”.
“Por parte de Rio Tinto Alcan, quisiera agradecer a las administraciones de los presidentes Lugo, Franco y Cartes por su confianza, franqueza y disponibilidad para intentar llevar adelante este proyecto”, subrayó el señor Pazos Romero según un comunicado oficial de la multinacional.
Aunque el comunicado oficial indica cuestiones como la difícil situación del aluminio en el mercado internacional, el mismo Horacio Cartes una vez electo pero antes de asumir como Presidente, había solicitado la suspensión de las negociaciones con Río Tinto Alcán, alegando que necesitaba "toda la información relevante del caso".
"Se trata de contar con información que ayude a tener una mayor y más clara comprensión del asunto", había dicho el entonces asesor económico de Cartes, Germán Rojas.
Al parecer finalmente las negociaciones no llegaron a buen puerto y la multinacional confirmó esta mañana el cese del estudio sobre implementación de una planta de aluminio de 4.000 millones de dólares para el desarrollo de un parque industrial en la zona donde se montará la planta de unas 674.000 toneladas de aluminio al año .
El Gobierno de Federico Franco había firmado en diciembre del 2012 un preacuerdo con la canadiense Rio Tinto Alcan, mientras que en junio pasado el gobierno paraguayo y Rio Tinto Alcan tenían previsto firmar un segundo documento sobre medidas de salvaguarda ambiental.
Sectores de izquierda en contra de RTA
Desde un primer momento varios grupos de izquierda se habìan mostrado en contra de la implementación de la planta de RTA en Paraguay, alegando el impacto ambiental negativo que acarrearía, así como la crítica a las intenciones de subsidiar energía eléctrica a la multinacional.
La Ingeniera Mercedes Canese había objetado al proyecto de la electro intensiva proyectado por Río Tinto Alcán, y manifestando las causales del rechazo al emprendimiento principalmente por razones medioambientales debido al alto impacto y costo ambiental que involucra; razones territoriales ante la posibilidad de asentarse en tierras de zona de frontera y próxima a recursos hídricos invaluables; económico-financieras y energéticas ante un eventual subsidio estatal privilegiado en detrimento de los usuarios y necesidades energéticas del país con un retroceso del -3 % en el producto interno bruto; así como la falta de garantías de que Río Tinto cumpla los eventuales compromisos debido a las denuncias que afronta en varios países del mundo, ya sea por demandas por violaciones de derechos laborales de sus trabajadores, medioambientales, entre otras.