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ECONOMÍA
OCDE: Argentina tiene los tributos más altos de la región

Desde 1990, la carga fiscal en el país subió 21,4% frente al 7,1% de la media de América latina. El nivel de recaudación impositiva supera incluso al promedio de la OCDE

21/01/2014

La Argentina se convirtió en el país con mayor presión tributaria de América latina

La Nación. Por Martín Kanenguiser

La Argentina logró estar, por fin, al tope de un ranking internacional, aunque no precisamente positivo: alcanzó la mayor presión tributaria de América latina, por encima incluso de los países más desarrollados. Y, encima, conserva una importante estructura regresiva, con el mayor peso de la recaudación sobre los impuestos que paga toda la población, pese a la retórica del Gobierno, que reitera en forma permanente el presunto carácter progresivo de la recaudación.

Así lo revela un estudio conocido ayer de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), que ahora preside el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray.

Según cifras oficiales, la Argentina tenía a fines de 2012 una presión tributaria de 37,3%, frente al promedio de 20,7% de América latina y de 34,1% de los países de la OCDE. El dato llama más la atención si se observa la evolución histórica: en 1990 el cobro de impuestos en el país era de 16,1% del PBI y de 20,1% en la crisis de 2001.

Los tributaristas estimaron, además, que, a fines de 2013, esa presión impositiva finalizó en el 40% del PBI, sin un correlato en la mejora de las prestaciones básicas del Estado hacia los contribuyentes.

Este aumento de 20 puntos desde la última crisis fue el mayor en la región. Segundo, se ubicó Brasil, con 36,3%, también por encima del promedio de la OCDE; del otro lado de la tabla quedaron Guatemala (12,3%) y República Dominicana (13,5 por ciento).

Entre los datos de la OCDE, igualmente, se esconden grandes diferencias también, con el 48% en Dinamarca y el 19,6% en México.

Según el reporte, "en el período 2007-2012, 11 países registraron aumentos. El mayor se dio en la Argentina (8 puntos porcentuales), seguido por Ecuador (7 puntos) y Paraguay (4 puntos)".

Sin embargo, la región sigue presentando una fuerte debilidad, ya que "luego del sólido crecimiento de los últimos 20 años, los impuestos generales sobre el consumo (principalmente el IVA y los impuestos sobre las ventas) representaron 33,8% de los ingresos tributarios de los países de América latina y el Caribe en 2011, frente a 20,3% de los países de la OCDE".

En cambio, los impuestos sobre la renta y las utilidades llegaron al 25,4% a nivel regional y al 17% en la Argentina, frente al 33,5% de la OCDE y por debajo de los niveles alcanzados por países vecinos como Chile, Colombia y Perú.

El tributarista Marcos Torassa, socio del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, dijo a LA NACION que el "incremento notorio de la presión fiscal se debe a la falta de ajuste de los mínimos no imponibles en el impuesto a la renta, la no aplicación de ajuste por inflación en el mismo impuesto y la falta de ajuste de los mínimos en otros impuestos", entre otros motivos. Tal como suele señalar la presidenta Cristina Kirchner, a nivel nacional no se han creado nuevos impuestos desde 2003, pero, como señaló Torassa, "se incorporaron más contribuyentes, de dudosa capacidad contributiva en algunos impuestos, como en Ganancias y Bienes Personales, aunque también el incremento en la presión fiscal se debe a los notorios incrementos a nivel provincial, como Ingresos Brutos, y las tasas municipales".

Andrés Edelstein, socio de impuestos de la consultora PricewaterhouseCoopers, sostuvo que "no es fácil justificar este nivel de presión fiscal para un país en vías de desarrollo, porque la eficiencia del gasto también es cuestionable, teniendo en cuenta la calidad de los servicios que brinda el Estado. Además la carga no está distribuida muy equitativamente, ya que el sector formal soporta una tremenda presión", señaló el especialista.

Torassa expresó que "esto demuestra que, más allá de la fuerte presión vigente, el sistema tributario argentino requiere un análisis profundo para una reforma impositiva integral, que privilegie la mayor carga sobre el impuesto a la renta y utilidades, que de modo alguno implica gravar a los asalariados de ingresos más bajos, sino trabajar en aspectos técnicos del impuesto, para evitar baches o lagunas que afectan la integridad del mismo, como también seguir atacando el enanismo fiscal".

DISTORSIONES

En tanto, el tributarista Félix Rolando también subrayó que al IVA se suma el peso de los impuestos internos, que aumentaron recientemente para los automóviles, motos y embarcaciones, "lo que genera mayores subas de precios", mientras que en el impuesto a las ganancias la suba resulta muy distorsiva "por el lento aumento del mínimo y por la falta de actualización de las escalas" desde antes del estallido de 2001.

Rolando también destacó que "a todo lo anterior se suma el peso de las contribuciones y los aportes previsionales".

Así se financia la espectacular suba del gasto

La Nación. Por Humberto Bertazza

Cuando uno habla de la recaudación y de la presión tributaria, debe relacionarlo con la cuestión del gasto público, por eso hay que considerar en el análisis el denominado "desequilibrio fiscal vertical".

Al analizar el gasto frente a los ingresos, el gobierno nacional tiene el 75% de ingresos propios, mientras que el gasto propio es del 54%; en cambio, en el caso de las provincias tienen un 21% de ingresos propios, pero el nivel de gastos asciende al 37%; mientras que en el caso de los municipios hay sólo 4% de ingresos propios y un 9% de gastos de esa naturaleza. Estas cifras son importantes porque demuestran que el desequilibrio es mayor en las provincias y los municipios que en la Nación.

En relación con el PBI, si uno compara la década última, en 2003 el tamaño del Estado en relación con el PBI (gasto total sin deudas) era de 25% y en 2013 pasó a ser de 42%. Por lo tanto, la mayor presión tributaria ha estado destinada a financiar este aumento espectacular del gasto y, por consiguiente, hay que abrir a la discusión no sólo en torno a la presión tributaria, sino también del gasto.

En cuanto a la estructura impositiva, en la última década, creció 10 puntos la presión tributaria en relación con el PBI. El crecimiento de la carga tributaria, si uno toma el ranking de países, fue el mayor de toda la región: en la Argentina creció 53%, seguido por Brasil, apenas con 16%; México, con 13%, y Chile, con 10%, mientras que en Uruguay bajó.

En particular, en esta década aumentaron los derechos de exportación por un lado y, por otro, el impuesto a las ganancias, motivado por la falta de actualización por la inflación. Pero el 75% de la recaudación consolidada sigue correspondiendo a los impuestos indirectos: IVA, Brutos, e Internos, y sólo el 25% a los directos. Así que la estructura impositiva grava sobre todo a los que menos tienen, con impuestos regresivos y distorsivos, lo que afecta el nivel de equidad. Frente al discurso oficial, estas cifras demuestran que la realidad es exactamente al revés.

En este sentido, si tomamos 2003, el 2% de los ingresos de un salario iba al pago de impuestos y en 2013 ese número pasó al 8 por ciento.

Si bien la Argentina está dentro de la tendencia mundial de aumentar el impuesto a la renta, hay dos elementos que hacen diferente a nuestro país: el nivel de inflación, que no se ve en muchos otros países, y el sistema federal, tal vez parecido a Brasil, que superpone muchos gravámenes.

Sobre la primera cuestión, el impuesto inflacionario genera una descapitalización para el contribuyente, porque se cobra sobre el nivel nominal, lo que produce una pérdida de rentabilidad.

En cuanto a la superposición tributaria a nivel de las provincias, hay que trabajar con políticas de coordinación en todos los niveles del Estado.

Este problema, a su vez, se deriva de la falta de cambios en la ley de coparticipación federal, sobre la cual, como sabemos, falta un consenso importante a nivel político.

Y no hay que perder de vista lo más relevante del diagnóstico: la clave es la percepción del ciudadano sobre cuánto y cómo le devuelve el Estado el pago de sus impuestos. En este sentido, seguramente se hizo un esfuerzo desde el punto de vista del Gobierno, pero los ciudadanos tienen una muy mala imagen al respecto.

Como ejemplo contrario, los países nórdicos tienen altísima presión tributaria, pero con una gran conformidad por parte de la población, gracias a la muy buena calidad de los servicios públicos.

En el gasto todos los sectores tienen que trabajar, pero sobre todo es al Estado al que le corresponde la mayor tarea.

Argentina es el país con más alta presión tributaria de Latinoamérica

Infobae

En su informe, el organismo de las Naciones Unidas destacó que "los ingresos tributarios aumentan en América Latina, pero aún son bajos y varían entre los países" y comparó que "Argentina y Brasil tienen los ingresos más altos como proporción del PBI en la región, mientras que Guatemala y República Dominicana presentan los niveles más bajos".

"Existen amplias diferencias nacionales entre las tasas de ingresos tributarios de los países latinoamericanos. La lista es encabezada por Argentina (37,3%) y seguida por Brasil (36,3%), que se encuentran por encima del promedio de la OCDE, mientras que al final se ubican Guatemala (12,3%) y República Dominicana (13,4%). Entre los países de la OCDE, ese mismo rango varía entre 48% en Dinamarca y 19,6% en México", precisó el estudio.

El documento, denominado "Estadísticas tributarias en América Latina 1990-2012", se presentó ayer en Santiago de Chile, en el marco del XXVI Seminario Regional de Política Fiscal, fue elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT).

Allí se reveló que "la tasa promedio de ingresos tributarios en los 18 países que cubre el informe se incrementó sostenidamente desde 18,9% en 2009 a 20,7% en 2012, luego de haber caído desde un máximo de 19,5% en 2008".

Asimismo, el reporte, elaborado por la CEPAL, la OCDE y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT), puntualizó que "la tasa de impuestos como proporción del PBI creció significativamente en la región en las últimas dos décadas, desde 13,9% del PIB en 1990 a 20,7% en 2012. Sin embargo, esta tasa se encuentra aún 14 puntos porcentuales por debajo del promedio de los países de la OCDE (34,6%)".

La CEPAL subrayó que a la Argentina correspondieron en 2012 "los mayores incrementos de las tasas de recaudación tributaria sobre el PBI", con 2,6 puntos porcentuales, y luego se ubicaron Ecuador (2,3 puntos) y Bolivia (1,8).

En cambio, las mayores caídas se produjeron en Uruguay (1,0 punto porcentual) y Chile (0,4 puntos).
Por otra parte, en el período 2007-2012, 11 países registraron aumentos, y el mayor se dio en Argentina (8 puntos porcentuales), seguida por Ecuador (7 puntos) y Paraguay (4 puntos).

Otros siete países mostraron disminuciones, encabezados por Venezuela y la República Dominicana (3 puntos porcentuales cada uno).

En el caso de los impuestos generales sobre el consumo (principalmente el IVA y los impuestos sobre las ventas), representaron 33,8 por ciento de los ingresos tributarios de los países de América Latina y el Caribe en 2011, frente a 20,3 por ciento de los países de la OCDE, mientras que el peso de los impuestos específicos sobre el consumo (como los impuestos selectivos o los impuestos sobre el comercio internacional) se ha reducido hasta 17,7 por ciento (en la OCDE es de un 10,7%).

En cuanto a los impuestos sobre la renta y las utilidades, representaron en 2011, en promedio, 25,4 por ciento de la recaudación, mientras que las contribuciones a la seguridad social supusieron 16,9 por ciento (en la OCDE dichos porcentajes son de 33,5 y 26,2 por ciento, respectivamente).

El informe incluyó un capítulo especial en el que se exponen las tendencias de los ingresos procedentes de recursos naturales no renovables en países latinoamericanos, y allí hizo hincapié en países como Bolivia, Ecuador, México y Venezuela, donde esa clase de ingresos fiscales "siguen siendo muy importantes como porcentaje del total, y representan más de 30 por ciento del total".

La presión tributaria llegó a 37,3% del PBI y es record en la región

El Cronista

Con una presión tributaria record, Argentina registró la recaudación tributaria más alta de la región alcanzando el 37,3% del PBI, de acuerdo a un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (Ciat).

De acuerdo al informe dado a conocer ayer, los mayores incrementos en las tasas de recaudación tributaria en 2012 se registraron en la Argentina (2,6%), Ecuador (2,3%) y Bolivia (1,8%). En cambio, las mayores caídas se produjeron en Uruguay (-1%) y Chile (-0,4%).

De esta manera, los países que mayores incrementos registraron entre 1990 y 2012 fueron Argentina (21,4%), Bolivia (18,8%), Ecuador (13,1%), Paraguay (12,2%) y Colombia (10,6%). En el mismo periodo, en la mayoría de los países restantes los aumentos fueron de entre 3 y 8 puntos porcentuales, con la excepción de Honduras, con un alza de 1,3 puntos porcentuales y Venezuela, que sufrió un descenso de 5 puntos porcentuales. En promedio la carga fiscal del grupo de 18 países latinoamericanos aumentó cerca de 7,1% del PBI entre 1990 y 2012, recalcó la Cepal.

En particular, en los últimos doce años analizados la presión fiscal en la Argentina aumentó 15,8% frente al 5,4% de alza registrada en los 10 años anteriores, lo que marca que el mayor incremento de la carga tributaria se produjo en los últimos años y se ubicó muy lejos del promedio de alza regional (4,3%) registrada en en mismo periodo.

En promedio los ingresos tributarios de los 18 países latinoamericanos estudiados crecieron ininterrumpidamente, con excepción de 2009, y pasaron de representar el 13,6% del PBI en 1990 al 20,7% del PBI en 2012.

El informe da cuenta que la presión tributaria en la Argentina incluso es superior al promedio de los países de la OCDE, considerados los más desarrollados, donde llega a 34,1% del PBI aunque en países como Dinamarca el porcentaje asciende a 48%.

“Existen amplias diferencias nacionales entre las tasas de ingresos tributarios de los países latinoamericanos. La lista es encabezada por la Argentina (37,3%) y Brasil (36,3%), que se encuentran por encima del promedio de la OCDE, mientras que al final se ubican Guatemala (12,3%) y República Dominicana (13,4%). Entre los países de la OCDE, ese mismo rango varía entre 48% en Dinamarca y 19,6% en México”, precisó el estudio.

Sin embargo, de acuerdo a diversos estudios privados, debido a los incrementos de impuestos provinciales y municipales implementados, el año pasado la carga fiscal aumentó en la Argentina, por lo que estaría rozando el 40%. “La presión tributaria en 2013 fue de 39,6%, más alta incluso que lo que marca la OCDE para 2012”, destacó en diálogo con este diario director del IARAF, Nadin Argarañaz.
“Hay dos factores clave que explican el incremento: primero la introducción del impuesto al cheque en 2001 y luego la de los derechos de exportación en 2002, lo que generó un salto en el nivel de presión tributaria”, destacó el especialista. A eso se le sumó recaudación adicional que el Gobierno tiene a raíz de que las empresas no pueden ajustar los balances por inflación, el mantenimiento de las escalas desde 2000 del Impuesto a las Ganancias y que el mínimo no imponible de ese tributo se ajustó menos que los salarios”, agregó.

Además, Argarañaz recalcó que la evasión tributaria se redujo como consecuencia del crecimiento de la economía de los últimos años y los resultados de las tareas de fiscalización, lo que hizo que la recaudación en el periodo analizado creciera por encima del PBI.


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