Los botines de Juan Román Riquelme son más que sólo un par de calzados que sirven para jugar a la pelota. Los botines del 10 de Boca son un ente autárquico que gobierna un pedazo de pasto que queda en La Boca. Allí, los pies llegados desde Don Torcuato se enfundan un traje de superhéroes para dictaminar qué astros marcarán el camino de los de Carlos Bianchi. Por eso es que las botas de Román son codiciadas. Claro, el romance entre el enganche y su gente no sabe de guerras entre marcas deportivas.
La historia de la negociación entre Román y Boca por la renovación del contrato del 10 tiene una historia secreta que oculta a una guerra de marcas deportivas. Nike y Adidas jugaron fuerte para intentar sumarse al vínculo de Román con el club de sus amores. Sin embargo, para el enganche, la historia pasa por otro lado. Normalmente, sus decisiones van de general a particular. Si tiene la intención de seguir, luego resolverá las cuestiones aleatorias con algo más o menos de suspenso. Ahora, cuando Riquelme no está convencido, no hay margen para nada.
Adidas hizo su intento. La marca de las tres tiras utilizó al Sport Recife para afianzar a Román como mito en terreno brasileño. Por eso, le ofreció 310.000 dólares por mes durante un año y medio, con un contrato global de más de 5.000.000. Algo sideral para las cifras que maneja el fútbol argentino. Claro, la institución de Recife no se encuentra en condiciones de pagar tamaño vínculo. Adidas ofreció abonarlo debido a que Riquelme es una referencia de los triunfos argentinos en el vecino país. “Los brasileños admiran a Riquelme casi más que a cualquier otro jugador argentino. Nos ganó muchas veces”, expresó uno de los enviados del Sport Recife a la Argentina para negociar.
La voluntad de Román de seguir en Boca hizo que su futuro se pinte de azul y oro, a pesar de lo enorme de la oferta extranjera. Fue allí que, mientras resolvían las últimas cuestiones de la diferencia económica en el vínculo, la otra gran cabeza del mercado de la indumentaria hizo su aparición. Nike le ofreció a la dirigencia de Boca la alternativa de pagar un dinero del contrato del 10. “Fue una chance para juntar la plata que nos faltaba. Nada más”, contó un directivo.
Riquelme, que durante un largo tiempo utilizó los botines pintados de negro debido a que no tenía contrato de indumentaria, volvió a portar sus clásicos Adidas durante el último torneo. Cuentan en su intimidad que el 10 prefiere los botines de cuero, con la menor cantidad de plástico posible. Además, elige evitar los colores chillones y las acciones grandilocuentes de marketing. Es que aunque tenga botas codiciadas, Román sigue siendo el mismo. El que firmará con Boca en los próximos días. El y sus botines, claro.