En octubre pasado, Glenn James Tonkin, ex ejecutivo de Anglo American fue acusado por la minera de hacerse con US$ 4,5 millones del negocio de carbón en Queensland, Australia, entre 2013 y 2014.
Pero las andanzas de Tonkin habían comenzado mucho antes, entre 2009 y 2011 cuando estuvo a cargo de Los Bronces, en Chile. Allí habría desviado unos US$ 5.3 millones a cuentas bancarias privadas en Barbados, Hong Kong y Londres.
Luego de la primera demanda, congelaron sus activos y contrataron investigadores expertos en temas fiscales. Allí Anglo American se dio cuenta que Tonkin se llevó en total, US$ 9.8 millones, más del doble de lo que se pensaba.
Según documentos presentados en una demanda civil en el Tribunal Supremo de Brisbane, Tonkin es acusado de utilizar un elaborado esquema de facturas falsas para desviar los fondos de la compañía. En la demanda se alega que Tonkin realizó negocios con contratistas mineros para ambos proyectos (Australia y Chile) “pidiéndoles que pagar a una compañía secreta de su propiedad”. Los contratistas no sabían que estaban siendo utilizados por Tonkin para tratar de ocultar su supuesto fraude, señala el diario australiano The Courier Mail.
Archivos de la corte muestran que Anglo gastó US$ US2.8 millones de la ampliación de la mina Los Bronces en Chile - y de esa cifra, unos US$500 millones era con contratos suscritos directamente por el personal de Anglo como Tonkin.
En el caso que involucra a los supuestos pagos del desarrollo de la mina de carbón en Queensland, ha reclamado "privilegio contra la autoincriminación la producción de algunos de los documentos y la información". Anglo logró obtener el permiso judicial para registrar su casa Mount Samson.
Y el 24 de octubre, también optó por transferir voluntariamente US$3,2 millones de su cuenta bancaria de Hong Kong a los abogados de Anglo - un movimiento que Anglo dice, "equivale a una admisión", señala el diario.
Según The Courier Mail, Tonkin habría estado “de juerga con el dinero de Anglo”. El ex ejecutivo habría comprado un yate de US$1 millón, una Harley Davidson y un Mercedes, entre otros gustos.
El diario señala que un colega que trabajó como gerente de construcción de la mina de Grosvenor, Greg O'Donnell, dijo que Tonkin le llamó por teléfono a finales de agosto para jactarse sobre la compra de una Harley y también afirmó que Tonkin había hecho alarde de su barco y había organizado un viaje en velero con una docena de colegas de la Royal Queensland Yacht Squadron en Manly, en febrero de 2013. Tonkin también se jactaba de su mansión en Mount Samson, y su impresionante cartera de inmuebles también incluye una casa en Holland Park, en el sureste de Brisbane.
Los lujos de Tonkin y su vanidad lo pusieron en descubierto.
Phillipa Starmer, colega de Tonkin, fue quien comenzó a descubrir la “gran estafa”, al darse cuenta de que uno de sus e-mails había sido alterado. Después de una intensa investigación, el departamento de recursos humanos descubrió quien era el responsable, y llegó a dar con una empresa fantasma: la consultora estadounidense Hank Testolin.
De allí en más, el castillo de naipes se vino abajo para Tonkin y una a una se fueron descubriendo todas sus maniobras que lo llevaron a quedarse con US$9.8 millones.
En noviembre Anglo envió a sus abogados a Santiago de Chile para entrevistar a posibles testigos en el caso contra Tonkin.
El caso tiene previsto regresar a la corte en Brisbane el 29 de enero.