Bañarse con una ducha tenue. Tardar largo rato para hervir agua con un anafe eléctrico. Hacer churrascos en el microondas. Estas son algunas de las vicisitudes que atraviesan los vecinos de los edificios donde Metrogas corta el suministro. La vida cotidiana se trastoca y los consorcios deben afrontar costosas obras para poner en regla sus instalaciones y que les devuelvan el servicio. Algo que puede demorar meses o hasta años.
“Vivir sin gas es espantoso –dice Jorge González, de Palermo–. La casa está siempre fría; la ducha consume mucha corriente y tenés que apagar todos los otros aparatos, y sólo podés hacer comidas rápidas. Eso te pone de malhumor y aparecen los problemas de pareja”.
Según Metrogas, en 2014 los cortes de servicio aumentaron un 6% con respecto a 2013. Los motivos más frecuentes son la detección de fugas de gas en las cañerías internas del usuario y la falta de ventilación en los ambientes o la ventilación inadecuada de artefactos de gas. “En los edificios, además, se detectan escapes en las cañerías comunes y deficiencias en las salas de medidores”, dice Rafael Rodríguez Roda, vocero de la empresa.
“Hay más cortes –confirma el secretario de la Asociación de Instaladores de Gas (Adigas), Horacio Durán–. Metrogas revisa las instalaciones cuando hay pérdidas o cuando interviene para cambiar la entrada de gas al edificio. Y no puede rehabilitarlas si no están en perfectas condiciones de seguridad. Pero no se le puede transferir a Metrogas una responsabilidad del Estado. Lo ideal sería que un gasista matriculado inspeccione la instalación y eleve un informe al Enargas y que las inspecciones sean más frecuentes cuando el edificio es más antiguo. Por otra parte, aunque el Estado no lo exija, hay que hacer revisar la instalación y los artefactos una vez al año. Así se evitarían las muertes por inhalación de monóxido de carbono”.
Según Durán, poner en regla la instalación de gas de un edificio de 120 departamentos, incluyendo la renovación de todas las cañerías y de la sala de medidores, puede costar hasta $ 2 millones.
“Un 75% de los edificios no pasa una inspección –afirma Adrián Hilarza, de la Asociación de Administradores de Consorcio de Propiedad Horizontal–. Y cuando cortan el gas, se abre una caja de Pandora y las interrupciones duran como mínimo de 90 a 100 días. Metrogas manda diferentes cuadrillas y siempre hay que hacer modificaciones. A veces hay que encarar obras grandes y costosas. Hay edificios que pasan hasta dos años sin gas y durante uno pagan el triple de expensas. Mi consejo es que los consorcios contraten un matriculado que inspeccione las instalaciones y vaya haciendo los cambios antes de llegar a una crisis. Hay que chequear la ventilación, la antesala de los medidores, tener cañerías aisladas e identificadas, llaves de paso de gas tipo candado y tortugas de luz antiexplosivas”.
“Como generalmente el que hace la denuncia a Metrogas es un vecino, todos se miran con recelo –cuenta Carola Weil, de Administración Magnani–. Y todos se enojan con la administración y con el gasista, que tiene que poner un precio para arreglar algo que no se ve y que termina saliendo mucho más. Después que se hizo el arreglo, Metrogas manda una inspección que ordena más cambios. Van diciendo las cosas de a una. Una buena administración debe adelantarse y poner en regla la instalación para evitar la denuncia”.
Según Metrogas, las demoras en la reconexión están asociadas a los tiempos de obra y la relación entre el cliente y el gasista matriculado. “Una vez que el gasista inicia formalmente el pedido de inspección, Metrogas hace la visita dentro de las 72 horas”, aclara Rodríguez Roda. Y recomienda siempre llamar a Metrogas cuando hay olor a gas.
Los que viven en edificios no opinan igual. En uno, le dejaron un mensaje en el ascensor a una vecina: “Por culpa tuya estamos sin gas. ¿Cómo se puede ser tan pelo...? ¿No sabías que si llamás a Metrogas te cortan el gas?”.
“Cuando hay olor a gas, hay que llamar a un gasista matriculado, no a Metrogas –sostiene Alicia Giménez, de la Unión de Consorcistas de la República Argentina–. Cuando Metrogas corta el servicio, hay que pagar obras carísimas y cada vecino tiene que cambiar los artefactos sin válvulas de seguridad por otros que las tengan, entre muchas otras cosas. Y cuando tenés todo arreglado, los inspectores siempre encuentran algo más. Mientras, la gente se muda a otro lado o, paga coima para que le reconecten el suministro. Hay edificios donde para evitar todo eso anulan el gas y se convierten en eléctricos”.
Fernando Blanco Muiño, de la Unión de Consumidores de la Argentina, recomienda: “El gas es un servicio sin abono, Metrogas sólo puede facturar lo que se consumió. Si el servicio está cortado, no puede cobrar nada. Ante problemas o demoras, hay que hacer la denuncia en el Enargas”.
Testimonios de porteños que debieron alterar su vida por los cortes; Metrogas admite una suba del 6% durante 2014; denuncian pedidos de coimas
A Virginia le sonó el timbre de su departamento en el corazón de Palermo. Era Julio, uno de sus vecinos.
-Vino Metrogas y cortó el servicio en todo el edificio. Parece que viene para largo.
"Para largo" fueron ocho meses. O más, no lo sabe. Porque harta de pasar frío, de comer mal y de gastar de más, finalmente adelantó la convivencia con su novio y abandonó el que había sido su hogar durante 15 años.
Dónde bañarse, qué comer y cómo calefaccionar los ambientes. Las tres grandes dudas que atraviesan los miles de porteños que sufren este inconveniente. Son pocos los que no conocen alguna anécdota al respecto. Un amigo, un familiar, un compañero de trabajo. Todos han pasado, o pasan, por el calvario de las pérdidas, las peleas con vecinos, los matriculados con criterios sinuosos y los inspectores de Metrogas.
"Las primeras semanas iba buscando dónde bañarme todos los días, hasta que finalmente el dueño del departamento compró una ducha eléctrica", cuenta Virginia. Tal como le recomendaron, debió instalar una térmica exclusiva. El consumo energético es alto y la combinación agua-electricidad es siempre un llamado a la atención.
El kit que se repite entre los integrantes de "la cofradía de los sin gas" suele completarse con un anafe y/o un horno o pava eléctrica. Si toca en invierno, además, bienvenidos los caloventores y estufas a 220.
Allí comienza otra batalla: la de los arreglos. Una vez que Metrogas advierte las fallas, interrumpe el servicio y deja asentado en una planilla las irregularidades, se desentiende de la situación hasta que un gasista matriculado resuelva los inconvenientes y llame a una nueva inspección oficial.
Los matriculados, sin embargo, suelen manejar criterios disímiles y, al no estar directamente regulados por Metrogas, no siempre coinciden en la relevancia de las obras. Una decena de afectados y ex afectados en distintos barrios porteños consultados por LA NACION coincidió en que esas diferencias son las que suelen derivar en extensos meses sin servicio.
Es el caso de Ana, que vive en Villa General Mitre y en su torre hay cerca de 200 familias sin gas desde enero. Durante los primeros meses se las arregló como pudo, pero el frío que llegó en estos días a la ciudad se transformó en su peor enemigo. Sin trabajo desde hace tiempo, le resulta imposible comprar un termotanque o una estufa eléctricos. Mucho menos mudarse.
"Con mi hija andamos todo el día con frazadas puestas tipo ponchos. Bañarse implica calentar varias jarras de agua para el cuerpo y al día de hoy el pelo es con agua fría. Ya hemos padecido varias gripes en lo que va del año", le cuenta a LA NACION.
Antonia tiene 80 años y vive hace 50 en un coqueto edificio de Recoleta, cerca del parque Las Heras. En febrero de 2014 le cortaron el gas y tardó más de un año en volver a ducharse con agua caliente. Sus hijos y nietos insistieron para cambiar su calefón por uno eléctrico, pero ella siempre se negó. "¿Por qué voy a gastar plata, si tengo uno tiro balanceado que está como nuevo?", se preguntó durante los 12 meses en que cada mañana calentaba agua en un microondas para llenar su bañadera.
"La administración renunció y eso complicó más las cosas. Ya pasaron 16 meses y hay varios departamentos del edificio que todavía siguen sin servicio. Lo mismo pasa en el resto del barrio. Conozco a mucha gente por acá que está con este problema", explica Antonia.
La empresa que distribuye el gas en la Capital Federal y en más de diez localidades y partidos del Gran Buenos Aires tiene pocas estadísticas sobre los casos de cortes de servicio a particulares. Un informe elaborado a partir de un pedido de LA NACION asegura que "si se analizan los datos relevados por corte en instalaciones comunes de edificios y departamentos individuales, se detecta un incremento aproximado del 6% anual durante 2014, en comparación a los casos del 2013".
Entre las razones más frecuentes de los cortes están la "detección de fuga de gas en las cañerías internas de los clientes y la falta de ventilación en ambientes y/o ventilación inadecuada de artefactos a gas, que generan riesgos por inhalación de monóxido de carbono, lo que representa un riesgo para las personas".
Un vocero de la empresa remarcó a este medio la importancia de las inspecciones y subrayó que los cortes de servicio, que muchas veces responden a que las instalaciones fueron construidas hace ya varias décadas, son la única opción para evitar tragedias.
Sobre la demora excesiva en los arreglos, Metrogas deslinda responsabilidades. "El tiempo promedio de reanudación del servicio es particular a cada caso debido a las variables del proceso, especialmente asociadas a la relación entre el cliente y el gasista matriculado que interviene en la realización de los trabajos de adecuación; y los tiempos de obra que conllevan los mismos", reza el comunicado.
El problema es que esos matriculados no son supervisados ni nucleados por Metrogas, con lo cual su criterio suele variar a la hora de las obras. Una vez que los trabajadores particulares informan que su trabajo está realizado, Metrogas tiene 72 horas para concurrir al lugar y cerciorarse de que todo esté en regla antes de reconectar el suministro. Se aclaró también que en ninguna instancia de todo el proceso la empresa distribuidora puede cobrar por sus servicios.
Varios de los afectados consultados por LA NACION aseguraron haber sido testigos de irregularidades y hasta pedidos de coimas por parte de los responsables de los arreglos.
Sobre estas denuncias, Metrogas reconoció que recibió información al respecto en los últimos meses y activó los mecanismos destinados a resolver esos casos."El cliente no debe dudar y debe contactarse inmediatamente ante cualquier tipo de irregularidad", señaló un vocero de la empresa. Para eso hay habilitada una línea de contacto: 0-800-666-2646.
Revisar periódicamente la instalación de gas natural. Se recomienda realizar un mantenimiento integral anual.
En dormitorios, instalar sólo artefactos de calefacción de tiro balanceado.
Asegurar ingreso de aire y evacuación de productos de combustión mediante aberturas permanentes al exterior (rejillas), en los ambientes que tengan artefactos a gas natural.
Usar cada artefacto para el fin que fue creado. Por ejemplo, usar la cocina para cocción pero nunca para calefacción.
Asegurar el estado y la instalación de los conductos. Deben ser continuos desde la salida del artefacto hasta la terminación del conducto. Deben ser lisos, sin ningún tipo de obstrucción u angostamiento ni parcial ni total en todo su recorrido.
Además, los conductos deben contar en su remate con sombreretes. Estos facilitan la correcta evacuación de los gases, impiden anidar a los pájaros y evitan la entrada del agua de lluvia que puede ocasionar la corrosión de las cañerías metálicas.
No utilizar mangueras de goma, están prohibidas por su peligrosidad.
Contemplar que construcciones como cerramientos de balcones, lavaderos, techados de patios internos, paredes medianeras, no impidan o tapen la libre difusión de los gases hacia el exterior.