El ex presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre recordó la iniciativa que cumple 46 años y subrayó en la necesidad de virar a un nuevo modelo económico.
Han pasado 46 años desde que el 11 de julio de 1971, los sectores políticos representados en el Congreso Nacional aprobaran unánimemente la reforma constitucional que posibilitó la nacionalización del cobre, durante el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por el Presidente Salvador Allende.
En Rancagua, el mandatario realizó un discurso refiriéndose al histórico paso dado por el país. Sin embargo, también aludió a los damnificados por un temporal y un sismo que por esos días afectaron a la angosta faja. «Este día, que es el día de la dignidad, tiene que ser el día de la solidaridad», expresó Allende en su alocución.
Para Cristián Cuevas, ex presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) y miembro de la mesa ejecutiva de Nueva Democracia, la fecha constituye el «legado más grande que nos dejó Salvador Allende, que es la recuperación de la soberanía sobre nuestros recursos naturales y nuestra economía».
El dirigente sindical valora «esa mirada histórica y de carácter estratégico», que contó con la «adhesión transversal de quienes administraban y dirigían la política en esa época, tanto del centro y la derecha, bajo la conducción de Salvador Allende. Fue una tarea patriótica».
Allende explicaba durante aquella jornada que la entrega del manejo del cobre a las empresas privadas «negó a los chilenos la capacidad de poder manejarlas» y que «limitó nuestras posibilidades de preparación técnica».
«Vivimos, y nos quisieron imponer desde fuera, en el manejo técnico de la más fundamental de las riquezas nuestras, limitando las posibilidades de acceso a los altos mandos de la ciencia y de la técnica para nuestros profesionales, situación que, por cierto, co
locaba en inferioridad al chileno frente al extranjero», decía el jefe de Estado hace casi cinco décadas.
Un panorama similar vive Chile actualmente, considerando que el modelo económico impuesto en dictadura funciona de acuerdo a las llamadas «ventajas comparativas» de cada territorio. En el caso de Chile, sería la exportación de materias primas, como la madera, la pesca y el cobre.
En la campaña electoral para las elecciones de noviembre, el Frente Amplio, conglomerado al que pertenece Cristián Cuevas, ha incorporado al debate la posibilidad de transformar el modelo político y económico del país.
Para transitar un nuevo camino, Cuevas indica que se «requiere hacer una propuesta política y económica donde nuestros recursos naturales comunes deben estar en el eje principal. Tenemos el 40% de la reservas mundiales de cobre, lo que fija la economía a nivel mundial».
«El Frente Amplio no puede tener un doble discurso. La idea no es suavizar el neoliberalismo, la idea es avanzar hacia una democracia donde los derechos y la recuperación de nuestra soberanía y nuestros recursos naturales deben estar en primer orden y el cobre es parte de ese tránsito», asevera el candidato a diputado por el distrito Nº 20 (Hualpén, Talcahuano, Chiguayante, Concepción, San Pedro de la Paz, Coronel, Florida, Hualqui, Penco, Santa Juana y Tomé).
Uno de los aspectos más destacados acerca de la nacionalización del cobre se relaciona con el carácter transversal de su aprobación en el Congreso. «Tenemos que tener la capacidad de hacer alianzas. Si Allende lo pudo hacer hace 46 años, por qué hoy no es posible construir acuerdos con sectores que también plantean el patriotismo y fortalecer nuestra nación, pero a la hora de definir la política económica, obviamente ahí hay una distancia, porque sus intereses están secuestrados por las transnacionales y las corporaciones», comenta el militante de Nueva Democracia.
Bajo el actual panorama de la representación política, Cuevas mira a la ciudadanía, con el fin de construir una mayoría «que nos permita cambiar la hegemonía en la discusión sobre quiénes administran este modelo».
Si bien el malestar social se ha expresado en estas últimas décadas, el dirigente reconoce que «a ese malestar le falta que se exprese en una propuesta política orgánica, capaz de disputar el poder y que hoy se han dado pasos incipientes, a través del Frente Amplio, que le falta densidad orgánica y que le falta enarbolar las banderas de la soberanía política, económica y también con una relación preferencial por nuestro vecindario, América Latina».