Diana Rake*
En un país minero como el Perú, esta actividad impacta directa o indirectamente en la vida de millones de peruanos. Si nos encaminamos a un desarrollo participativo e inclusivo, es fundamental que la mujer esté incorporada en los distintos aspectos de la minería. Solo el 5% de los 200,000 empleados de la minería formal son mujeres.
La mayoría de ellas trabaja en puestos administrativos y un número reducido en operaciones. Ya desde tiempos ancestrales, cuando solo hombres trabajaban en las minas, las mujeres se hacían cargo del hogar. En el siglo pasado y todavía en algunas minas, esposas de mineros y sus hijos viven en campamentos.
A medida que el mundo se transformaba y la mujer se incorporaba al ámbito laboral, muchas pioneras incursionaron en sectores que antes habían sido exclusivos para hombres. En la actualidad, hay mujeres en roles como gerentes generales, comerciales, geólogas, ingenieras de minas, operadoras de maquinaria pesada, etcétera.
Hay empresas que tienen políticas de inclusión para las mujeres. Como asesora de coaching de Waaime, organización de mujeres relacionadas a la minera y energía, veo con preocupación que solo el 10% de estudiantes mujeres de ciencias de la tierra concluyen sus carreras. Las empresas y el Estado son los llamados a cambiar paradigmas e incorporar a más mujeres, sobre todo en operaciones.
*Partner de Transearch