SANTIAGO SPALTRO
El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) que decretó el Gobierno a partir del viernes 20 de marzo ya hizo efecto en la actividad económica y productiva de la Argentina.
Uno de los indicadores más certeros para medir anticipadamente el impacto es la demanda de energía (electricidad, gas y combustibles líquidos).
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) presentó este martes un informe sobre la demanda de energía eléctrica comparando los promedios del período de cuarentena total (desde el 20 al 29 de marzo, fecha en que se cerró el estudio) con el anterior (del 1° al 19 de este mes), cuando apenas empezaban a regir algunas medidas de protección contra el Covid-19 (coronavirus).
La demanda total promedió los 18.044 megavatios (MW) de potencia en el primer lapso, contra 13.955 MW en cuarentena, lo que significó una caída de 4089 MW medios o un 23%.
Este número no está ajustado por tipos de días (feriados y fines de semana) ni por temperaturas, ya que este marzo fue el más caluroso de los últimos 59 años, según un reporte del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
En la apertura de datos del informe público oficial de Cammesa se observa que los Grandes Usuarios Mayores (GUMAs) del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) redujeron un 46% su consumo, de 2265 a 1225 MW.
En tanto, los usuarios de las distribuidoras (hogares, pequeñas industrias y comercios, pymes) disminuyeron su demanda un 19%.
Por categorías, los Grandes Usuarios industriales consumieron un 60% menos de energía eléctrica durante la primera etapa de la cuarentena obligatoria, que se extenderá al menos hasta el 13 de abril.
Aquí se exceptuó a Aluar, que autogeneró energía. Contando al gigante del aluminio, la reducción llegó a casi un 59%, según el dato oficial.
Los Grandes Usuarios de la alimentación, el comercio y los servicios, por su parte, bajaron un 16% su demanda eléctrica, mientras que el sector de petróleo y minerales mostró un descenso de 5%.
Para ser reconocido como GUMA, uno de los requisitos es tener, como mínimo, en cada punto de conexión físico una demanda de potencia para consumo propio mayor o igual que 1 MW, y de energía igual o superior a 4380 MWh anuales.
A continuación, los datos, sector por sector, del impacto de la cuarentena en la demanda de energía y la actividad.
Los técnicos de Cammesa notaron fuertes caídas en actividades industriales de base (siderurgia, canteras, automotriz, papel, textil), una baja importante en supermercados con un impacto menor en la industria alimenticia y reducciones menores en el resto de las actividades.
También reseñaron que la demanda residencial, comercial y de industria liviana sufrió una caída de casi 2 GWh medios diarios.
"La actividad por la mañana disminuye, produciendo un apagado similar a un día domingo, y reduce la pendiente de crecimiento hacia el mediodía", comentaron.
"El pico nocturno se adelanta aproximadamente media hora por la actividad hogareña y se extiende por mayor tiempo", notaron además. Es que como quienes trabajan desde su casa y quienes no pueden concurrir a sus trabajos ya no se desplazan, se adelanta el consumo de energía en sus residencias.