VICENTE NIEVES
El colapso del petróleo americano West Texas, que ha llegado cotizar en precios negativos, ha vuelto a generar cierto debate por la tenue correlación entre la gasolina y el precio del crudo. Más allá de que ha sido el crudo americano y no el Brent (que es la referencia en Europa) el que ha caído a precios negativos, los márgenes brutos por cada litro vendido, los impuestos fijos sobre los hidrocarburos y los costes laborales en los que se incurre para producir la gasolina y transportarla, impiden que se produzca una correlación pura entre el crudo y sus derivados.
Al final, el precio de la materia prima supone menos del 30% del coste final de cada litro de gasolina o gasóleo, lo que evita que su precio baje a cero aunque el crudo Brent, de referencia en Europa, siga el mismo camino que su homólogo americano. El litro de gasolina podría caer a la zona de los 83-84 céntimos en el mejor escenario posible para el consumidor español.
El precio final de los hidrocarburos depende cada vez menos del petróleo: los impuestos suponen más del 50%, mientras que los costes laborales y de distribución se llevan también una parte importante de cada litro, impidiendo que los combustibles bajen tanto como el petróleo, al igual que deberían impedir que subiese el precio tanto en fases de alzas del petróleo. Con los últimos datos de descomposición de precios publicados de forma mensual por el Gobierno, el coste de la materia prima supone alrededor del 27% del precio final. En la gasolina los impuestos son el 56,5% del precio, mientras que en el caso del gasóleo, los impuestos suponen alrededor de un 51% porque tiene una menor carga de Impuestos Especiales.
Teniendo en cuenta los datos anteriores, la composición del precio de la gasolina y el gasóleo antes de impuestos supone alrededor del 44% del precio. Esta parte del precio del litro se realiza sumando el coste del gasolina y del gasóleo (utilizando la media ponderada de las cotizaciones internacionales) al por mayor, más el margen bruto que se lleva la gasolinera por cada litro vendido. Con ese margen bruto se cubren los costes de distribución, los costes en los que incurren las estaciones de servicio (electricidad, costes laborales...) y lo que resta, que es el margen neto, es casi equivalente al beneficio.
El último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) mostraba que el margen bruto en la gasolina es de 22,2 céntimos el litro y 21,8 en el gasóleo. Mientras que el coste de la gasolina y el gasóleo al por mayor es de unos 30 céntimos el litro (en el mes de marzo). Esta es la parte que más depende del precio del petróleo y en caso de llegar a vale cero (algo muy improbable puesto que refinar el petróleo y convertirlo en gasolina tiene un precio) restaría como máximo al precio final del litro esos 30 céntimos y una pequeña parte del IVA, que es el único impuesto variable (se mueve según el precio de la gasolina más los impuestos fijos).
El principal impedimento para que la gasolina sea gratis (además de los costes laborales) son los impuestos fijos, que se pagan de forma inexorable por cada litro independientemente del precio de éste. El 'truco' reside en que al contrario que el IVA (que es un porcentaje del precio final), el Impuesto Especial y el General tienen un tipo fijo, es decir, no varían según fluctúan el resto de factores que componen el precio, sino que el coste de este impuesto se establece de forma inamovible por cada litro de combustible, sea cual sea su precio. En el caso de la gasolina son 47 céntimos por litro y en el del gasóleo 38 céntimos.
Por último está el IVA que es el 21% del litro de gasolina y gasóleo. Este impuesto indirecto se aplica tras sumar el coste de la gasolina, el margen bruto y los impuestos fijos. Suponiendo que la gasolina al por mayor se hundiera a cero euros, el litro para el consumidor costaría 47 céntimos, más los 22,2 céntimos de margen bruto (suponiendo que se mantiene constante), más el 21% de IVA (14,5 céntimos), que dejarían el litro en 83,6 céntimos. Aunque el margen bruto de las gasolineras cayera a cero (algo imposible si quieren sobrevivir), el litro costaría 61,4 céntimos.
Además, a este factor hay que sumar habitualmente el tipo de cambio. El precio del barril de petróleo está denominado en dólares. Cuanto más se aprecia el dólar frente a la moneda única más caro será el coste de la gasolina y el gasóleo al por mayor (cotización internacional).