El comercio se está muriendo. La actividad privada y los municipios no estarán en condiciones de pagar los sueldos de abril. Se necesitará mucho trabajo, mucha gestión y ayuda nacional para evitar el desastre. La preocupación de Arcioni: mantener la fuerza laboral viva y sostener el empleo.
Los comercios y las empresas de Trelew y Rawson, la cabecera del Valle y la Capital Provincial, se están muriendo de a poco. La actividad económica ya venía muy mal desde antes de la pandemia y el aislamiento obligado para todo el mundo. Y la cuarentena, que viene dando buenos resultados sanitarios, la agravó por completo. Los que no venden alimentos y remedios, como tiendas y regalerías, están «en la lona» total. Muchos además no consiguen armar carpetas que sean aceptables por los bancos, ni aún con el Fondo Nacional de Garantía, por una razón simple: cuesta demostrar la baja en la facturación, porque la mitad de la economía de muchos negocios va en negro, para esquivar impuestos porque de otro modo no podrían subsistir.
Hay ciudades donde la actividad comercial es importante, también de la mano del Estado. Los negocios de Trelew y Rawson se nutren de mucho empleo público. Por las dificultades financieras de la provincia agravadas por la cuarentena, la recaudación se desplomó como un piano. Qué decir de las regalías de petróleo, con baja de consumo de combustibles justamente porque la gente no sale. La consecuencia es que el escalonamiento salarial se ha estado estirando. Al lunes 27 de abril, sólo han cobrado jubilados del primer rango y policías. En centros de salud de Comodoro, Madryn y Trelew, han empezado a protestar los enfermeros.
Es decir, si los comercios pudieran abrir luego de la flexibilidad pedida el viernes último por los intendentes, habría muy poca clientela para comprar nada.
En las conversaciones en privado, los intendentes de Trelew, Rawson y Esquel admiten que muchos comercios van a cerrar sus puertas, porque no podrán seguir más allá de junio. Esquel tiene más comercio que Rawson y algo más de recursos por la actividad privada, y pudo disponer cinco millones de pesos en créditos sencillos para su comercio. Pero es una aspirina ante el coronavirus.
Además de los pedidos constantes de reapertura que hace el comercio, muy acuciados por la crisis y con problemas serios de subsistencia, está el drama social. El conglomerado Trelew-Rawson tiene una pobreza del 39,5 % que llega casi al 50 % en mujeres y jóvenes. La pobreza en este núcleo urbano creció casi cuatro puntos desde el segundo semestre de 2019. La situación de extrema gravedad social. Damián Biss daba asistencia a una cantidad de familias que iba de trescientas a quinientas. Ahora reparte unas mil quinientas raciones diarias de comida, con ayuda de un operativo coordinado con iglesias, Gendarmería, y Policía Federal.
Lo mismo ocurre en Trelew, que alguna vez tuvo un centro comercial pujante. La ciudad cabecera del Valle tiene radicados unos setecientos negocios, que como bien dicen en la municipalidad «son el motor» de la ciudad. Hay una veintena de textiles, más otras industrias. Todas pasan por dificultades gravísimas. Han tenido varias reuniones ya con el intendente Maderna. Los comerciantes están remisos a contraer más obligaciones a través de los créditos al 24%. Les desespera en cambio poder conseguir los ATP (Asistencia en Emergencia para el Trabajo y la Producción) parecidos a los Repro pero sin hacer un procedimiento de crisis, para que el Estado pague los sueldos.
Las dos provincias más antimineras del país, Mendoza y Chubut, le dieron la espalda otra vez a la minería meses antes de la pandemia y la declaración de emergencia, en medio de cierta efervescencia social, agitada incluso desde afuera.
Qué bien vendrían a Chubut los recursos de la minería, a modo de soporte «anticíclico» en medio de una crisis como la presente, azuzada por la cuarentena, la caída de la actividad comercial y el derrumbe del petróleo.
Mendoza y Chubut son comparables en esta postura.
Días atrás, un medio sanjuanino tradicional, el Diario De Cuyo, comparó lo que ocurría entre provincias mineras y antimineras, en una crisis como la presente, cuando se derrumban la actividad comercial y el precio del petróleo por falta de demanda.
«...las grandes petroleras están pagando para bajar su stock al haberse saturado sus depósitos. La basura es una de las pocas cosas por las que uno paga para que se lleven, en el caso único de la pandemia el petróleo ha entrado en la misma categoría. En cambio el oro siempre tiende a subir cuando hay incertidumbre al igual que las piedras preciosas, las obras de arte y las propiedades. ¿Razones? Muy sencillo, quien tiene plata trata de conservarla y se aleja de toda volatilidad.
Una moneda de sobra no encuentra nada seguro para invertir y pocas cosas en qué gastar. A causa de la minería del oro, la plata y algunos otros metales semi preciosos que se extraen en menor proporción, a San Juan seguirá fluyendo más o menos el mismo dinero fuerte que antes del coronavirus», dice la nota.
«Luego de la suspensión de actividades, nadie podrá decir que esta fue una oportunidad, todos perderemos algo pero en esa malaria generalizada algunos sobrevivirán y podrán recuperarse rápido. Otros deberán esperar que alguien los saque del ahogo y en el mejor de los casos quedarán endeudados monetaria o políticamente». San Juan, obvio, está en el primer grupo. Y Chubut, en el segundo.
Los sanjuaninos tienen una administración prudente que ha permitido conservar un fondo anticíclico equivalente a dos masas salariales completas. «Un manejo adecuado de esa liquidez tal vez permita una asistencia financiera barata para dar arranque al motor de otras actividades que hoy están totalmente paradas», dicen.
La minería, en un caso concreto de utilidad pública. San Juan explotará bien sus beneficios, mientras otras provincias deben pedir que Alberto nos salve a todos.
Se dice que provocó gran malestar en el bloque de diputados provinciales justicialistas la difusión del anteproyecto de los ex legisladores Blas Meza Evans y Gabriela Dufour para suspender el pago de la deuda en dólares de Chubut algunos integrantes de la bancada del Frente Patriótico en la Legislatura dejaron trascender que Dufour y Meza Evans «se cortaron solos» y ni siquiera dieron aviso a los actuales diputados que se enteraron por los diarios del anteproyecto.
Remarcaron los actuales diputados que dentro del bloque ya venían trabajando en una alternativa a discutir con el resto de los legisladores, incluidos algunos del oficialismo, para avanzar con una propuesta de suspensión de pago.
De los más experimentados de la política provincial que ahora ocupan una banca en Legislatura, deslizaron que no se podría arrancar con buen pie con el Gobierno de Arcioni en la búsqueda de una postura conjunta para suspender el pago de la deuda, con la participación de Meza Evans y Dufour. Cuestiones del pasado no olvidadas no lo facilitarían.
Lo que es cierto es que desde el mismo justicialismo ya hubo voces haciendo pública la posición de suspender los pagos de una deuda imposible de cumplir, más aún en estos tiempos de pandemia y cuarentena y con una crisis profundizada con la caída del petróleo.
El comodorense Juan Pablo Luque fue uno de los que se pronunció en ese sentido. Pero también lo hizo nada menos que el vicegobernador Ricardo Sastre durante una breve entrevista concedida al canal porteño de noticias TN.
«Todo el arco político sin distinción, tenemos que tomar una posición de qué vamos a hacer en el corto plazo», dijo Sastre en esa entrevista. Y llamó a «aunar criterios para pagar los sueldos a los trabajadores y dejar de lado aquellas deudas que tendrán que tener algún tipo de refinanciación».
En plena crisis profundizada por la cuarentena general, propietarios de comercios como sus empleados preocupados por la continuidad laboral, están deseosos de poder abrir las puertas y comenzar a funcionar al menos con relativa normalidad. La contracara es el Concejo Deliberante de Trelew que lleva casi dos meses sin sesionar.
La fecha es junio. Creen que será el peor momento comercial si la cuarentena se extiende. Anoche, mientras se escribía esta columna, el gobierno nacional dio a conocer cómo sigue la cuarentena hasta el 10 de mayo. Los únicos cambios respecto de la fase anterior que terminó ayer son los paseos recreativos de hasta 500 metros, una hora y antes de las 20:00, que luego cada gobernador deberá reglamentar, y que serán los gobernadores los que puedan autorizar actividades locales, siempre que se cumplan unas condiciones bien difíciles: El tiempo de duplicación de casos confirmados de Covid-19 no debe ser inferior a 15 días, aunque en el caso de Chubut podría no ser requerido por la escasa o nula cantidad de casos. El sistema de salud debe contar con capacidad suficiente y adecuada para dar respuesta a la potencial demanda sanitaria, debe existir una evaluación positiva del riesgo con relación a la densidad poblacional de cada pueblo o ciudad, y la proporción de personas exceptuadas del aislamiento social, preventivo y obligatorio, no podrá superar el 50% de la población total.
A pesar de las facultades que otorga este nuevo decreto al gobierno, entre los intendentes no había «consenso sanitario». Puede que Adrián Maderna y Damián Biss tengan más apuro que Gustavo Sastre, el intendente de Madryn, para abrir sus comercios.
La situación económica local es casi terminal. Sólo podrá ayudar el hecho de que haya en los próximos días un barril «criollo» que mejore el precio del petróleo. Chubut perdió en un mes la mitad de una masa salarial por la caída en las regalías.
La pregunta es qué se hace con el comercio desesperado, y con la pobreza creciente. No se puede convertir a las ciudades en un merendero gigante.
Sin ayuda nacional urgente y concreta, no habrá manera de que esto arranque. Y allí no puede haber grieta. La supervivencia de miles de familias depende ahora de que intendentes, el gobierno provincial, los cuerpos deliberativos, se pongan de cabeza en el rescate. Sin peleas ni discusiones estériles. No se puede dudar, porque la gente llora -es literal- de angustia y desesperación.
Trelew, Rawson, Esquel, Madryn y Comodoro serán las más complicadas. Pero también el resto necesitará planes de rescate hasta que pase esta tormenta, de la que nadie conoce su final certero. Si las ciudades son abandonadas a su suerte, viviremos más pobreza, más desempleo, cierres de comercios, y quiebre de empresas. Gente digna que dio trabajo a otros toda su vida, que se ganó lo suyo, desfilando por bolsones de alimentos o ayuda social desesperada.
En este esquema donde se necesita gente dispuesta a trabajar por el otro, genera vergüenza ajena que el Concejo Deliberante de Trelew se le haya dado por no sesionar en todas estas semanas. Los ediles no están de cuarentena. Y trabajar de concejal no es sacarse fotos con donaciones. Días atrás, un parlamentario español ante un congreso casi vacío dijo «Los parlamentos son los hospitales de la democracia en tiempos de mucho poder de los gobernantes. No pueden estar cerrados, si trabajan los supermercados, o los bomberos...»
Los concejales de Comodoro, de Puerto Madryn, de Esquel, sesionaron de manera presencial. Los de Trelew, bien gracias. Y eso que ellos van a cobrar sus sueldos, muy al contrario que los cuentapropistas que se han encomendado a Dios, y que ven cómo se destrozan sus negocios.
El Concejo de Trelew tiene instalaciones cómodas y espaciosas. Bien podrían hacer honor a sus bancas y al mandato que les dieron sus vecinos, y sesionar. No solo para las ordenanzas de emergencia que la ciudad puede necesitar ahora, donde desde los grandes comercios del centro, las grandes empresas, hasta el pequeño de barrio necesitan ayuda. Sino para hacer de receptores de su comunidad. Deberían estar en sesión permanente atendiendo las demandas de los vecinos de Trelew. Sobre todo, de los que generan economía y dan trabajo, que suelen ser menos del 30% de la población, si descontamos jubilados, empleados estatales nacionales, provinciales, municipales, beneficiarios de AUH o de todo tipo de planes de desempleo y beneficios sociales, funcionarios de todos los niveles.
Se tienen que poner a trabajar de verdad, porque la población está pasando una situación de angustia desesperante.
Mañana debe sesionar la Legislatura Provincial, que como «hospital de la democracia» viene algo devaluada. No han sesionado desde mucho antes del dictado de la cuarentena obligatoria, y nunca hubo acuerdo para sesiones remotas, ni verdadera voluntad de sesionar en oficialismo y oposición. Finalmente este martes habría una sesión en la que participarán sólo las autoridades de la cámara, los legisladores, los secretarios habilitado y legislativo, y podrán asistir los periodistas que habitualmente cubren la actividad legislativa.
El condicional de «habría» tiene nombre y apellido. Algunos legisladores creen que el gremio de los empleados legislativos APEL podría impedir la sesión, sino cobran antes sus sueldos. Como se sabe, el rango 3 y 4, la mayoría del personal legislativo, no ha cobrado los salarios de marzo. Sin embargo, otros habituales concurrentes al palacio legislativo dicen que el gremio no puede soportar mucho más esto de no trabajar, o impedir las sesiones. Por lo tanto, hay mayores chances de que la sesión se haga.
Sin embargo, van a faltar diputados, lo que hace más duro de conseguir el objetivo del gobierno para esta sesión, que es aprobar nueve decretos de necesidad y urgencia que se han emitido desde que está vigente el aislamiento. Esos decretos necesitan 18 votos, es decir, dos más que la mayoría legislativa. Pero al oficialismo le faltarían entre tres y cuatro diputados. Dos o tres por razones de salud, y otros porque están en Buenos Aires por cuestiones gremiales. Eso le han escuchado decir algunos opositores a Juan Pais, el jefe del bloque de Chubut al Frente. En la oposición faltarán algunos legisladores también. El diputado Manuel Pagliaroni, por caso, está en cuarentena en su domicilio luego de traer a su hija de vuelta a Chubut con el plan «regreso a casa», que autorizó a 20.000 argentinos por tanda a regresar a sus hogares en sus provincias de residencia.
Fuentes de ambas bancas legislativas dijeron que sólo se aprobarían la declaración de emergencia, y algún decreto más. Será esta entonces una semana de discusión política dura.
Hace días, el gobernador Arcioni usó una palabra de poco uso castellano, cuando pidió «templanza» al intendente Sergio Ongarato, para que «cuide a los ciudadanos». Sería bueno que el mismo temple lo tengan esta semana legisladores, para sesionar.
No se puede dejar de reconocer que si en Chubut no hay circulación social del virus, como ocurre en varias zonas del país reconocidas incluso en decretos oficiales, es porque las restricciones empezaron antes. Mariano Arcioni y sus ministros de seguridad Federico Massoni y de Salud, Fabián Puratich, se han convertido en las personas visibles del gobierno, junto a Oscar Antonena y Julio Ramírez, el presidente del banco oficial, a causa de la crisis y de la necesidad urgente de ayuda.
Chubut cerró antes sus propias fronteras, impulsó medidas duras de aislamiento, y sentó su cuarentena en férreos controles. El tropiezo judicial de algunas de las medidas no quita el éxito local de la cuarentena. Solo dos casos. Esta semana se cumplirán dos semanas sin nuevos contagios. Sólo dos de los 2.982 positivos del país ocurrieron en nuestra provincia. No hay circulación social del virus. Ya es hora, entonces, de ir abriendo actividades por zonas geográficas que cumplan con las condiciones establecidas ayer, e ir tratando de resucitar la economía de la provincia. Mariano Arcioni analiza desde ayer el decreto de la nueva etapa de cuarentena, y citará a videoconferencia a los intendentes para aunar criterios.
La preocupación más fuerte del gobernador hoy es mantener la fuerza laboral. Que siga funcionando el trabajo, a pesar de los acuerdos «a la baja» que están haciendo algunos gremios. Desde ese punto de vista, en Fontana 50 apura más empujar la actividad económica que otra cosa. Arcioni está convencido que aun cobrando tarde, el empleado público hoy tiene una situación de cierto privilegio, porque va a cobrar igual. «Y no pasa lo mismo con el comercio, la industria, las empresas que pierden venta...» dicen en el gobierno.
Hoy es urgente poder trabajar. Con medidas sanitarias y distancia social. Porque nada volverá a ser lo mismo. Ni el comercio ni el turismo, ni los negocios, ni la ciencia, ni la salud, ni la educación, ni el trabajo. Pero hay que seguir viviendo. El decreto 408 del PEN conocido anoche, habilita a que los gobernadores decidan por sí mismos y con monitoreo nacional, la flexibilización de la cuarentena. Es la etapa que viene ahora y que debe encabezar Arcioni, con el aporte de los intendentes. Eso y la ayuda nacional y provincial urgente será lo único que evite la muerte segura de cientos de comercios y empresas.
La nueva cuarentena «focalizada» por áreas geográficas permitirá que los intendentes y los gobernadores, como jefes jurisdiccionales, tengan más autonomía. Arcioni y los jefes comunales se reunirían para evaluar la marcha de la emergencia sanitaria, para «focalizar» y flexibilizar la nueva etapa de la cuarentena. Hay dos imágenes que resumen bien lo que ocurre y por dónde pasan las preocupaciones. En una, el Gobernador aparece junto al intendente de Comodoro Juan Pablo Luque. La ciudad del sur vive la crisis petrolera junto al coronavirus. En la otra, Adrián Maderna. Todos, con tapabocas. El intendente completó los protocolos para empezar a trabajar.
El Diario de Madryn
Tuvo lugar la segunda Sesión Especial del Concejo Deliberante, la cual había sido prevista para el tratamiento de las medidas elevadas desde el Ejecutivo Municipal y en el marco de la pandemia.
A puertas cerradas y sin presencia del público, se modificó la disposición de las bancas del recinto para respetar el distanciamiento entre los distintos ediles, así como también el encuentro legislativo estuvo disponible para que la comunidad pudiera seguirlo en tiempo real a través de la transmisión virtual.
Los bloques aprobaron, por un lado, la modificación del Reglamento Interno, incluyendo a partir de ahora la posibilidad de celebrar Sesiones Ordinarias y Comisiones de manera virtual, atentos a la dinámica de la cuarentena, y teniendo ambas el mismo tenor legislativo que las reuniones presenciales; ello permitirá avanzar en el tratamiento de carpetas y expedientes acumulados desde el inicio del aislamiento; asimismo, se estableció una modificación en la Tarifaria que incluye el cánon, en módulos, que deberán abonar parques solares y eólicos, entre otros, y un Fondo de Emergencia para utilizar en el contexto de la pandemia a nivel local.
Tras un breve “blooper” con el micrófono abierto que descomprimió la tensión propia de la situación, comenzó la Sesión con la lectura de los Despachos referido a las distintas Comisiones. Tomó la palabra Enzo Terrera, quien mencionó el proyecto para incluir las “sesiones virtuales” dentro del Reglamento Interno, lo que finalmente fue aprobado por unanimidad.
Seguidamente, todos los bloques aprobaron la ratificación de contratos de agentes municipales, para luego dar tratamiento a lo referido al aislamiento social, preventivo y obligatorio; la primera en tomar la palabra fue Alejandra Concina, de UyO, quien redobló las críticas hacia las cuestionadas actuaciones policiales a raíz de las órdenes impartidas por el Ministerio de Seguridad. Finalmente, se votó afirmativamente el Despacho de Gobierno correspondiente a las modificaciones ligadas al aislamiento en términos locales; con ello se creó el “Programa Solidario de contención y seguimiento a personas en aislamiento obligatorio en el marco de la Pandemia COVID19″.
En la Comisión de Hacienda, Federico Garitano presentó el Despacho para modificar la Ordenanza Tarifaria 11.179, el cual establece los módulos anuales que deben pagar “establecimientos relacionados con la actividad de parques eólicos, solares, biogas y demás”, y solicitó la palabra María Eugenia Domínguez, de Cambiemos, para aclarar que debería redactarse nuevamente una parte “confusa” de la redacción.
A su turno, Dardo Petroli, de Chubut al Frente, apuntó una corrección algo más ágil para evitar una reedición del proyecto de Ordenanza. Finalmente, la misma recibió la unanimidad del recinto.
También se aprobó la creación de un Fondo de Emergencia “para hacer frente a la crisis generada por la pandemia de Covid-19”; concretamente, dicho fondo, creado por única vez, será una contribución especial, extraordinaria y solidaria para la conformación de un fondo de emergencia cuyo aporte económico surgirá de la actividad pesquera y de las entidades bancarias. Algunos legisladores consideración necesario poder ampliar la medida a otros sectores de la cadena productiva local, aunque reconocieron que se atraviesa un proceso dinámico donde se podrá adecuar conforme a la realidad que se vaya transitando en la práctica. En este sentido, desde el bloque del Frente Patriótico Chubutense, en la voz de Sandra Mancilla, repudiaron “las empresas que han hecho recortes en sus trabajadores”.
