Un estudio de Science Direct clasificó los impactos generales de la industria naviera en tres categorías: Descargas en agua (derrames, descargas operativas, aguas residuales, especies no autóctonas y pinturas anti-incrustaciones), impactos físicos (ruido, luz artificial, erosión de la costa, resuspensión de sedimentos y colisiones de vida silvestre) y emisiones (gases de efecto invernadero). El reconocimiento de estos impactos ha llevado a muchas empresas a priorizar opciones más sostenibles, como el uso de buques que combustionan Gas natural licuado (GNL), informó Change.
Caber recordar que en enero de 2020 entró en vigor la normativa IMO 2020, que exige a los buques emplear combustible con un contenido máximo de azufre del 0,5% para reducir las emisiones de óxido de azufre. Esta medida también ha contribuido a la creciente popularidad del GNL. Además, según un estudio de Statista, en los últimos 20 años el aumento del consumo de GNL ascendió a casi 3.800 millones de metros cúbicos en todo el mundo.
No obstante, un nuevo estudio del Consejo Internacional de Transporte Limpio descubrió que el uso de GNL en el transporte internacional puede generar más emisiones de gases de efecto invernadero de lo que se pensaba. El informe indica que, en lugar de ofrecer reducciones de emisiones, el GNL podría empeorar los impactos de la industria naviera en el medio ambiente.
Según la publicación "Puertos Sostenibles: Supporting Environomy" de Change, el sector del transporte marítimo representa aproximadamente el 3% de todas las emisiones mundiales y el 34% de todos los vertidos al mar. Es por eso que la plataforma online para logística de contenedores destaca la importancia de iniciar estudios sobre qué tan efectivo podría ser el cambio a GNL para mitigar el daño al medio ambiente.
Change plantea algunas formas adicionales de reducir la presión de la industria sobre el medio ambiente. Entre ellas se encuentran las nuevas tecnologías y procesos que ayuden a esta causa. Por ejemplo, las empresas pueden introducir la telemática en sus operaciones, métodos que pueden ayudar a gestionar el combustible y el equipo. Esto se puede llevar a cabo por medio del uso de datos satelitales para rastrear rutas y ubicaciones. De esa forma, la telemática podría ayudar a las empresas a crear rutas más eficientes y proporcionar información sobre las pautas de conducción, con lo que implicaría la reducción del consumo de combustible y por lo tanto el impacto en el medio ambiente.
De acuerdo con High North News las emisiones varían según el tipo de motor. Los motores de baja presión y doble combustible (LPDF) -el tipo más popular de motores que queman GNL- emiten un 70% más de gases de efecto invernadero cuando se usan con GNL.
Otro camino para la industria podría estar relacionado con una gestión diferente de la logística. Change propone hacerlo asegurando los servicios de diferentes plataformas en línea para promover una mejor gestión de la logística de los contenedores. Disminuir la necesidad de mover contenedores vacíos podría ayudar a reducir las emisiones.
Cabe destacar que la defensora del transporte marítimo en Stand.Earth, Kendra Ulrich, dijo recientemente que la realidad que se esconde detrás del GNL "debería servir como una alarmante llamada de atención para la Organización Marítima Internacional (OMI) e inspirarles a seguir estudiando esta opción".
