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ENTREVISTA
Calderón Berti (ex OPEP): Fracking Colombia, crisis PDVSA y transición energética
ENERNEWS/El Tiempo

 Los países siguen produciendo, algunos han limitado la producción, pero para otros es más costoso parar los pozos que seguir produciendo y prefieren almacenar.

18/05/2020

MARÍA ANGÉLICA CORREA

¿Pudimos alguna vez imaginar la población mundial confinada? ¿O imágenes de tanqueros petroleros varados en los mares por la drástica caída de la demanda? ¿O al país con mayores reservas de oro negro del planeta sin gasolina, con un salto abismal al siglo XVIII? ¿O que algo que no vemos, un virus, pondría de rodillas a la economía mundial?

Humberto Calderón Berti es uno de los venezolanos que no necesitan presentación en el mundo del petróleo. De profesión geólogo, exministro de Energía y Petróleo, expresidente de la Opep, expresidente de PDVSA, inicia esta entrevista entregando su visión.

Ha ocurrido una verdadera catástrofe. Los países siguen produciendo, algunos han limitado la producción, pero para otros es más costoso parar los pozos que seguir produciendo y prefieren almacenar. Por eso, todos los almacenamientos y los tanqueros están llenos en todo el mundo, preparándose para cuando repunte la demanda.

Humberto Calderón Berti

Humberto Calderón, expresidente de la OPEP. Foto: Carlos Ortega. Archivo EL TIEMPO

¿Por qué la caída de los precios?

Por dos factores: uno estructural, porque la demanda no venía muy fuerte y los países productores de petróleo estaban intentando ponerse de acuerdo para limitar el aporte de petróleo al mercado y eso no fue posible a fines del año. Arabia Saudita colocó 2 millones de barriles adicionales y eso coincidió con la pandemia que paralizó la economía del mundo. 

Además, los petróleos del futuro que se compran –básicamente papeles–, pero a fecha cierta para negociarlos, los que se vencían el último del mes pasado, no había dónde almacenarlos. Entonces, a esos compradores se les obliga a llevárselos en físico, y si no tenían dónde almacenarlos, tenían que pagarle a gente para que se los llevara. Por eso llegó por debajo de 30,37 dólares menos. Creo que la coyuntura va a pasar, pero va a ser lenta; el repunte puede presentarse el año entrante.

¿Cómo se sale de esto?

Hay intereses cruzados que pueden ayudar. Por un lado, están los países importadores miembros de la Opep, por otro, Rusia, México y los productores de petróleo caro, que necesariamente tienen que buscar que mejoren los precios. Después está EE. UU., cuya mayor producción viene de yacimientos no convencionales, ‘fracking’. EE. UU. estaba produciendo hace 10 años 5 millones de barriles por día, hoy está produciendo 13 millones, y los 8 adicionales son de ‘fracking’. Esa producción por barril cuesta aproximadamente 30 dólares. 

Para una rentabilidad de la inversión del 10 por ciento, se necesita un petróleo a $ 40 el barril, y del 15 por ciento, a $ 50. Allí, la industria del ‘fracking’ está en muchos estados que son muy importantes electoralmente, como Texas, Nuevo México, Colorado y Pensilvania. En el propio interés de los EE.UU., y el interés electoral del presidente Trump está que los precios se recuperen para que el ‘fracking’ no colapse.

¿Qué puede hacer el Gobierno de EE. UU.?

Es contradictorio con su filosofía de política económica en la que el Gobierno no interviene, pero estoy seguro de que los productores de petróleo van a buscar que también el ‘fracking’ disminuya su actividad. Debe haber un entendimiento global para que todos lleven la carga de lo que significa bajar la producción para bajar los precios.

Varios estados en EE. UU. prohíben el ‘fracking’...

Sí, hay algunos estados que no permiten ‘fracking’, pero hay muchos estados que sí lo permiten.

Muchas empresas americanas dedicadas al ‘fracking’ están quebrando...

Sí, porque si no tienen precios entre 40 y 50 dólares, la actividad del ‘fracking’ es muy limitada. Pero así como la producción declina muy rápido, puede reactivarse también.

¿EE. UU. sería el más afectado, en comparación con Europa, que se suple de Rusia y el Medio Oriente?

Eso es así. Pasa que a ningún país productor de petróleo le convienen esos precios tan bajos. Si los precios caen por debajo de la estimación presupuestaria del país, este tiene que echar mano de sus reservas internacionales.

¿Esto afecta a Colombia a mediano y largo plazo?

Mucho. El petróleo significa mucho para su economía en los ingresos fiscales y en los de divisas, que son de alrededor del 25 por ciento. Además, Colombia es un país productor de petróleo caro. El costo de producción de un barril está rondando los 24 a 25 dólares. Unos precios deprimidos no les justifica ni la producción ni la exportación.

¿Qué debe hacer Colombia?

Enfrentar rápidamente una serie de hechos. Por ejemplo, disminuir las regalías, las tasas de impuestos, el factor X en los contratos que existen. Creo que la Agencia Nacional de Hidrocarburos está trabajando en eso.

¿Esas son razones para que la producción de petróleo sea cara?

Se mezclan una serie de factores. El primero, los yacimientos no son tan productivos como en otras partes del mundo; las altas condiciones fiscales. Las condiciones de los yacimientos no se cambian drásticamente, se pueden mejorar; pero sí se pueden atenuar compromisos de inversión exploratoria, aplazar esas inversiones, permitir que puedan moverse de unos bloques para otros. Y habrá que tratar otros temas como el factor X para que las compañías sobrevivan.

¿Se debe implementar el ‘fracking’ en Colombia?

Han debido hacerlo hace 6 o 7 años. Colombia tiene zonas prospectivas sumamente importantes. La formación La Luna, que generó gran parte del petróleo del lago de Maracaibo (Venezuela) y que ha generado el petróleo en el Magdalena Medio, tiene desarrollos en espesor, y el contenido orgánico es mejor que el de muchas formaciones americanas, posiblemente tres veces el espesor de la formación geológica de Eagle Ford en EE. UU.

En Europa hay oposición por daño al medioambiente y la salud pública...

Sí, pero está demostrado en los EE. UU. –donde hay un millón de pozos de ‘fracking’– que esos temores no deberían existir. Los yacimientos están muy profundos, con eso se protegen los lechos de aguas superficiales, con las tuberías de revestimiento y la buena segmentación.

¿La destrucción de PDVSA ha ayudado a la industria petrolera colombiana?

Sin duda, porque Colombia se nutrió de muchos profesionales que venían de la experiencia petrolera venezolana, con el intercambio tecnológico y de conceptos de manejo de la política petrolera de los venezolanos.

Cuando haya un cambio político en Venezuela, Colombia tendrá grandísimas oportunidades en muchos sectores, entre ellos el petrolero, aunque parezca un contrasentido, porque ha acumulado experiencia en producción de yacimientos pequeños, y Venezuela tiene miles de ellos. Solo en el oriente del país venezolano hay 450 campos petroleros, y eso significaría miles de yacimientos, y allí pueden ir las empresas colombianas.

¿Venezuela volverá a la apertura petrolera de la década de los 90?

Sí. La recuperación del sector petrolero venezolano hay que verlo con amplitud. No pasa por PDVSA solamente, que sin duda hay que redimensionarla. Hay que crear la Agencia Nacional de Hidrocarburos en Venezuela, y abrirse totalmente a la inversión extranjera y nacional. El rol más importante de las empresas petroleras privadas es la recuperación de la industria petrolera venezolana.

¿Un cambio político debe ser acordado con empresas rusas, chinas y Repsol para que mantengan sus inversiones en Venezuela?

Es elemental. Ellas están generando en este momento buena parte de la producción nacional. Incluso, el proyecto de ley que se está discutiendo en la Asamblea Nacional contempla la posibilidad de que esas empresas puedan migrar hacia los nuevos contratos y hacia la nueva ley. Yo les doy a todas estas compañías que están en Venezuela un rol importante y tendrán que venir muchas otras.

Pero ¿qué producen esas empresas chinas, están en la parte de perforación… en qué están?

No sé, porque la información que hay es muy precaria. Si ellos tienen del otro lado con quien interactuar profesionalmente, creo que el rol de ellas será más importante que el que tienen actualmente.

¿Cómo ve la transición energética mundial?

Los expertos estiman una ventana de unos 25 o 30 años. Por eso, Venezuela debe aprovechar que tiene importantísimas reservar para monetizar.

Esa reestructuración del área petrolera que pretende el régimen de Maduro, ¿es similar al proyecto de ley de la Asamblea Nacional?

Sin duda. Claro, lo están proponiendo ahora porque el barco está haciendo aguas. Hay 46 empresas mixtas y la mayoría no producen ganancias, y hay ciento tantas empresas propiedad de PDVSA haciendo tareas que no son de su incumbencia. Hay que salir de todo eso, liquidarlas, venderlas, regalarlas, lo que sea.

¿Al contrario de la nacionalización de la industria petrolera de 1976, usted plantea privatizarla?

No privatizar PDVSA. Yo lo que planteo es abrir la industria petrolera a la inversión petrolera.

¿Por qué Venezuela no está produciendo gasolina?

Porque las refinerías están dañadas. Venezuela fue un país que tenía un parque refinador de un millón trescientos mil barriles en su territorio y un millón doscientos mil barriles en el exterior. Amuay, el Cardón, El Palito, Puerto La Cruz, Bajo Grande en el Zulia y San Roque en Anzoátegui tenían suficiente capacidad. A la par que se cayó la producción de petróleo porque Hugo Chávez despidió 20.000 empleados de la industria, también se dañaron las refinerías por falta de mantenimiento, ni siquiera tenían mantenimiento preventivo.

Manos inexpertas, sin conocimiento manejando las refinerías, trajeron como consecuencia su cierre. Cuando llegue la transición habrá que recuperarlas, posiblemente se iniciará con Cardón, y habrá que importar gasolina, que podrá venir de Citgo. Puede haber una libre importación. Creo que el mercado interno de los hidrocarburos hay que privatizarlo totalmente.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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