DANIEL BOSQUE

La minería metalífera de San Juan, más convencida que nunca de que una perspectiva firme para su futuro es el cobre, ya produce al 80% de su capacidad tras la brusca interrupción de las faenas a finales de marzo a raíz de la pandemia.

En contraste, el sector calero, pese a haber recuperado la capacidad de efectuar envío a las minas de Chile, reconoce un volumen de producción del 50% con respecto a antes del 20 de marzo. Pero como este segmento ya venía aquejado por las menores compras a raíz de la crisis hídrica chilena, sus ventas hoy alcanzan al 35% de las que mostraba a mediados del año pasado.

En un contacto informal con socios y periodistas, la Cámara Minera de San Juan (CMSJ) elogió el  Plan Estratégico para el Desarrollo de la Minería   que se apresta a lanzar el también sanjuanino y hoy secretario de Minería de la Nación, Alberto Hensel, cuyo principio rector es la consideración a efectos fiscales y otros de "Proyecto por Proyecto" (PxP). 

En estos días, pese al imperio del home office y el reinado del Zoom como canal de contacto, deberán realizarse las primeras consultas entre funcionarios y empresarios para intentar armonizar criterios. En el discurso de unos y otros el lema rector es "la búsqueda de mayor competitividad para la Argentina en un difícil concierto mundial".

Mario Hernández, presidente, Ricardo Martínez y Raúl Cabanay, vicepresidentes, coincidieron en la visión de la CMSJ que si bien el precio del oro, firme por encima de los US$ 1.700,  es foco de todos los comentarios y análisis, los otros metales han sido golpeados por la parálisis mundial fruto de aislamientos forzosos de buena parte de la población del planeta. En la polimetálica escena de la minera argentina, preocupa un dato que es el deficiente ratio 1/100 del precio de la plata y el oro (17/1.700), lo cual conspira contra la productividad de los yacimientos Ag-Au.

Martínez, Hernández, Cabanay: minería y pandemia, presente y futuro.

Otro ratio, argentino, es el que preocupa a inversores en tiempos de poco apego al riesgo: son las retenciones o aranceles a la exportación minera, que no pueden superar el 12%, pero que aún así lleva la tributación del sector al 40% del beneficio bruto.

La pandemia y la recesión mundial, más el default, han sido baldazos de agua ria para la expectativa minera argentina que tras el planchón del lito aquejado por el sobre stock mundial, apuesta al desarrollo del cobre para lograr la siempre anhelada meta de US$ 10.000 millones/año en exportaciones, algo así como triplicar el actual volumen. San Juan, con cuatro proyectos de más o menos madurez (Josemaría, Pachón, Altar y Los Azules) viviría una revolución mayor que la del oro y plata de principios de siglo, cuando aparecieron en el firmamento Veladero, Gualcamayo y Casposo.

El cobre, sin embargo, también es hoy chino-dependiente. para estas fechas las proyecciones de comienzos de año auguraban un precio de US$ 4 y en la pizarra de hoy está a2.38/lb. Así como las huelgas chilenas de los últimos años movieron el precio hoy la salida de producción de refinerías también podrían impulsarlo, pero en el largo plazo para China y el comercio mundial de minerales y metales será muy importante como opere la recuperación de la economía.

En otro orden la exploración, que según subrayaron Martínez y Hernández ha caído en casi un 30%, con especial sufrimiento de las juniors mineras, también debió resignar metas en la Argentina sobre todo en las áreas andinas, en las que después de rehabilitarse la actividad el 2 de abril pasado ya no valía la pena volver a subir personal y equipos debido a la inminencia del invierno. El histórico Grupo de Empresas Mineras Exploradoras de la República Argentina (GEMERA) ideado por el recordado geólogo Nivaldo Rojas y otros contemporáneos, y que siempre tuvo su epicrentro en Cuyo, hoy suma menos asociados como signo de otros tiempos (el litio del NOA en su esplendor hizo su propio nucleamiento). 

Para explotaciones y exploraciones existe un consenso en la minería de que las compras y el empleo de la pospandemia será predominantemente local en virtud de los protocolos de bioseguridad y de los costos directos e indirectos que ocasionan mover gente e insumos entre las provincias.

En síntesis, las mineras con operaciones y proyectos en San Juan, no dejan de afinar su ingeniería con la obsesiva atención en tres factores: el Covid-19, las pizarras internacionales (incluídas las volátiles acciones de los holdings y juniors) y la quebrantada economía y sinuosa política argentina.

El default vuelve oneroso para las empresas inversiones y endeudamientos. Y en la dialectica del poder, la Ley de Glaciares (sin cuya dilucidación el cobre proyectado no es posible) y el hipercrítico ministro ambiental Juan Cabandié, son dos tips que aparecen en las conversaciones y preguntas de los siempre molestos periodistas.