La ampliación de la infraestructura en el complejo petroquímico conocido como Cangrejera
ÉDGAR SÍGLER
El gobierno ha sacado del baúl de los proyectos que rondan en la cartera de Pemex desde hace muchos años uno destinado a incrementar la elaboración de gasolinas y que ha sido rechazado en otras ocasiones, debido a su complejidad, costo y la falta de crudo que pueda darle viabilidad y rentabilidad.
La ampliación de la infraestructura en el complejo de La Cangrejera, que ahora sirve para la producción de petroquímicos, ronda en presentaciones en la industria desde hace más de una década, y muestran que su rentabilidad puede incluso ser menor que la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, según cifras de un análisis realizado por Pemex en 2008.
La administración de Andrés Manuel López Obrador ha apostado por la inyección de recursos para dar mantenimiento al sistema de seis refinerías de Pemex, además de construir una nueva en Tabasco, con el fin de llegar a la autosuficiencia de producción de combustibles en el país, uno de los objetivos que más ha defendido desde que inició su sexenio.
La Secretaría de Energía (Sener), a cargo de Rocío Nahle, dijo que entre los proyectos que se tiene en mente para alcanzar este objetivo se encuentra la ampliación de la infraestructura en el complejo petroquímico conocido como Cangrejera, una planta destinada a la elaboración de productos derivados del gas natural y petróleo como el etileno y las naftas pesadas. De hecho, es el segundo productor de etileno en el país, luego de Morelos.
"Estamos trabajando en ello y sin duda vamos a reactivar un tren de aromáticos que nos van a dar gasolinas de alto octanaje", dijo Nahle, en una visita al complejo este sábado.
La parte del complejo que puede procesar el crudo llevaba años sin operar, aunque parece haber arrancado su operación de nuevo a inicios de este año, con el fin de procesar las naftas pesadas que luego pueden convertirse en gasolinas comerciales como Magna o Premium, aunque salen de Cangrejera sin aditivar. Pemex consideró desde hace años que resultaba más barato importar la nafta reformulada que usar esa infraestructura para conseguir productos como el xileno, tolueno o benceno.
La cambios al complejo para impulsar esto vienen de antaño, como una propuesta de 2008 donde el exdirector de Pemex Petroquímica entre 1994 y 1998, Luis Puig Lara, proponía convertir a los complejos procesadores de Cangrejera y Morelos en centros de refinación de gasolinas.
“Se propone construir dos trenes de refinación de 160 MBD (miles de barriles) cada uno de ellos en los complejos petroquímicos mencionados. Estos trenes contarían con la tecnología más actualizada para la conversión de residuales, con plantas coquizadora, hidrodesintegradora de gasóleos y desintegradora catalítica FCC, lo que les permitiría eliminar la producción del combustóleo”, dice una de las láminas de la presentación, de la que Expansión tiene una copia.
El equipo del exdirectivo de Pemex calculaba que el costo del desarrollo de ese proyecto, con capacidad conjunta de 320,000 barriles promedio diario (mbd), sería de 4,500 millones de dólares (mdd).
El proyecto rondó las oficinas de Pemex Refinación a propuesta del exdiputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Javier Orihuela, y que un grupo de legisladores de ese partido impulsaron como un punto de acuerdo para que se analizara esta propuesta .
La petrolera nacional explicaba entonces que el proyecto consistía en “complementar” las instalaciones de Cangrejera para agregar un tren de refinación de 200,000 barriles promedio diario que iban a requerir inyectar 60% de crudo tipo Istmo (ligero) con 40% de Maya (pesado con alto contenido de azufre), según datos de una presentación realizada por la compañía en 2013, a la que Expansión tuvo acceso.
El proyecto presentado a Pemex, que requería de la instalación de hidrosulfuradoras de turbosinas, diésel, gasóleo, además de una desintegradora catalítica y de alquilación, iba a suponer una inversión de 9,443 millones de dólares, según un análisis de Pemex con cifras a 2008, y que había opciones con mayor rentabilidad antes que estas modificaciones a Cangrejera.
Esta propuesta no incluye la coquizadora, debido a que esta propuesta prevé un mayor uso de petróleo ligero, y por tanto, una disminución de combustóleo, un subproducto de la refinación que ha generado problemas financieros a Pemex con los años , debido al poco valor en el mercado, y a la complejidad para su almacenamiento y distribución.
“Los pros era aprovechar los equipos ahí parados. Vas a aumentar la producción local de gasolina. Los contra es que son equipos viejos, que requieren una inversión alta para rehabilitarlos, te falta materia prima como hidrógeno y crudo. La ganancia que vas a obtener por la inversión es baja comparada con otras opciones. Y ahí se ve que los contras son más que los pros”, explica un exfuncionario que conoció de aquel proyecto en Cangrejera y que solicitó no ser identificado.
El proyecto además presentaba una tasa interna de rentabilidad (TIR) de 15%, mientras que había seis proyectos con mayores tasas, incluida dos configuraciones de la construcción de la refinería de Dos Bocas, apenas por arriba de esta propuesta con 15.1% y 15.4%.
Los puntos en contra al proyecto en este momento se intensifican debido a que la producción de petróleo de Pemex ha caído con fuerza frente a 2008 o 2013. Hoy se extrae casi 40% menos crudos ligeros que en esas fechas, según cifras de la Secretaría de Energía.
Las inversiones de Pemex en Cangrejera deben enfocarse, además, a elevar la elaboración de productos petroquímicos para la industria, y no en producir más gasolinas que deben competir en precio con las que se importan desde la costa Este de Estados Unidos, el mayor mercado de refinados del mundo, apunta Adrián Calcaneo, socio de la consultora IHS Markit.
“Dos Bocas tiene muchas dudas, el plan de rehabilitación tiene muchas dudas. Ya no habría necesidad de destruir una planta petroquímica que funciona para hacer más gasolinas”, dice el especialista.
Aunque la administración ha sostenido que pretenden reducir el nivel de exportaciones de petróleo con el fin de refinarlo a nivel nacional, y eso puede incrementar la disponibilidad de crudo ligero para este proyecto.
"Faltaba crudo ligero porque se decidió exportar, y sacrificar las propias corrientes internas. era una visión que metieron en 1998-99", dijo Nahle en su visita a Cangrejera este sábado.
La administración de López Obrador ha apostado con fuerza para elevar la elaboración de gasolinas a través de Pemex , a pesar de que la compañía sufrió un duro descalabro en el negocio de la refinación de crudo, y gastó más en vender sus productos que lo que obtuvo por ellos: por cada barril que pasó por el sistema de la compañía, perdió 12.5 dólares.