Las compañías reclaman subsidios no abonados por el incremento de producción de gas no convencional.
DANIEL BOSQUE
El gobierno argentino llegó a un acuerdo con diversas petroleras para abonarles a corto plazo la deuda, que suma unos US$ 200 millones, correspondiente al estímulo al gas de Vaca Muerta de la Resolución 46/17 que fuera modificada en el último tramo del macrismo.
El arreglo, que no alcanzó aún a Tecpetrol (Techint), persigue poner sobre rieles el próximo tren de la energía argentina: el llamado Plan Gas 4 que aspira a regular el mercado del gas argentino en los próximos cuatro años.
Fuentes ligadas a la negociación protegida por siete llaves, confirmaron a EnerNews el éxito parcial del trabajoso acuerdo, que procura poner sobre rieles el nuevo plan de estímulos al gas, con el cual la administración de Alberto Fernández aspira a establecer un estímulo de largo plazo, sobre la base de un precio de referencia para el gas argentino.
El Estado arrastra desde la administración de Mauricio Macri esta deuda con un grupo de productoras gasíferas entre las que se encuentran, entre otras, CGC, YPF, Total, PAE, Wintershall, Pampa y Tecpetrol. La acreencia por las compensaciones de la resolución 46/17, corresponden al periodo junio/octubre de 2019, que al momento de su suspensión superaba los US$ 300 millones.
Techint no cobrará por ahora la cifra que se le debe, unos US$ 50 millones, ya que el ministerio de la Producción que conduce Matías Kulfas pretende que antes resigne sus demandas por el lucro cesante en Fortín de Piedra, por las que el holding de Paolo Rocca ha advertido que podría recurrir al arbitraje internacional en el CIADI.
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Su yacimiento estrella, Fortín de Piedra, duplicó su producción de 8,5 MM m3 a caballo del estímulo fiscal que había sido pactado hasta 2021, abandonado a instancias de las metas de contención del gasto público acordadas con el FMI, que derivó en un drástico recorte de subsidios por US$ 1.250 MM.
La mencionada resolución estipulaba un precio US$ 7,50 MMBTU en 2018 y 0.50 menos por año hasta cerrar en 2021 con un valor de US$ 6. Las empresas dicen haberle ahorrado a las cuentas argentinas unos US$ 2.000 con la mayor extracción de gas que llegó a traducirse en saldos exportables a través de ductos a Chile y en menor medida por embarques de GNL.
Con la cancelación de la deuda, el diseño energético que debería terminar de redondearse en una remozada Ley de Hidrocarburos que prometió Kulfas esta semana “para después de la pandemia”.
La deuda no es lo único que retenía a las inversiones en perforación que recientemente insinuaron un repunte. El negocio petrolero, además de sufrir los coletazos de la crisis mundial del oil&gas viene reclamando certidumbres acerca de la política energética de la actual gestión.
Pero la idea de funcionarios y petroleras sería avanzar en el Plan 4 para el gas, con un precio de US$ 3,5 MMBTU, el que el gobierno considera muy bueno teniendo en cuenta cómo están los mercados.
Una meta inmediata, para este invierno que comienza a transcurrir es no superar los 25 barcos de GNL ya contratados, lo cual le costaría al país unos US$ 1.500 millones. Contribuirá a esa meta la cuarentena y el desplome de la economía que ha deprimido el consumo de grandes usuarios. En el esquema de precios y tarifas del gobierno, se consolidarán los subsidios en el mercado residencial y una contención administrada de tarifas.
“Queremos que transportadoras y distribuidoras ganen pero no tanto. Como decía Perón, todo en su medida y armoniosamente, el margen será más bajo pero deben olvidarse de las tasas de retorno que tuvieron con Macri”, dijo una fuente de este armado que prefirió el anonimato.