El coeficiente de correlación entre la evolución del PBI y el consumo de energía eléctricapara el período 2004-2015 fue del 92%
Las acciones locales del sector que cotizan en Wall Street acumulan una caída de entre el 75% y un 92% de su valor medido en dólares, producto de un cúmulo de factores internos.
Desde principios de 2018, las acciones argentinas del sector energético que cotizan en Wall Street acumulan un derrumbe de entre el 75% y un 92% de su valor medido en dólares. A grandes rasgos, los factores que incidieron en la debacle de sus cotizaciones son los mismos que condicionaron al resto del mercado argentino: brusca devaluación del peso, el cambio de perspectivas económicas y financieras, y los efectos de la pandemia del Covid-19.
Sin embargo también aparecen algunos motivos que afectan estrictamente al sector, como las regulaciones. De hecho, el Gobierno oficializó la semana pasada su decisión de extender el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos hasta fin de año debido al impacto de la crisis generada por la pandemia. “Se toma muchas veces como una variable más para controlar la medición de la inflación ya que los servicios públicos tienen incidencia directa en ese índice”, comenta José Bano, gerente de Inversiones en InvertirOnline.
Otro punto que genera cautela en el sector es la dinámica de la economía argentina, fuertemente dañada por los efectos del coronavirus y las medidas para mitigarlo, ya que existe una relación directa entre la evolución del PBI y el consumo de energía eléctrica: el coeficiente de correlación entre ambos para el período 2004-2015 fue del 92%. “Si bien existe un componente de crecimiento vegetativo del consumo eléctrico, por el aumento de dotación de electrodomésticos en hogares, el mayor incremento es generado por el consumo industrial, por lo cual, el panorama de corto plazo para el sector es desalentador”, apunta Sergio Morales, director de Morales Inversiones.
Recordemos que según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) se prevé una fuerte contracción del 9,5% para la economía argentina en 2020. Incluso aún es incierta la forma de la recuperación, tanto global (V o W), como local (U o L).
Más allá que de corto plazo aparece además cierta tensión por la reestructuración de la deuda, existen algunos factores que encienden una luz en la oscuridad del presente. Por caso, el energético es uno de los sectores que el presidente Alberto Fernández sueña con desarrollar, una vez que se despeje la emergencia sanitaria.
Lucas Caldi, analista de Portfolio Personal Inversiones (PPI), enumera, en ese sentido, tres hechos que confirman el interés del Gobierno por fomentar la producción de hidrocarburos: el barril criollo como precio sostén para el petróleo comercializado localmente (en u$s45); la cancelación de los saldos pendientes por subsidios de gas a petroleras; y elaboración del Plan Gas 4, junto con el eventual lanzamiento de la Ley de Hidrocarburos. Bajo todas las consideraciones precedentes, los analistas consultados por Ámbito consideran que armar posiciones en este sector, con un horizonte de inversión de mediano plazo, puede resultar atractivo.
En petróleo, la principal apuesta es YPF. “Depende allí de lo que dure la cuarentena para que recupere la demanda de combustibles. El nuevo management aún debe anunciar un plan de largo plazo actualizado.
El precio de la deuda de YPF refleja esa incertidumbre, pero luce como una oportunidad interesante”, analiza Guido Bizzozero, analista de Allaria Ledesma. Adicionalmente, en el marco de la actual pandemia y caída brutal del precio internacional del crudo, “YPF se encuentra amparado por el ´barril criollo´, un dato no menor, ya que al posicionarse en este activo por lo menos se tiene cierta certeza que el Gobierno intentará no perjudicarla”, agrega Morales.
Con una visión menos optimista, Bano enfatiza que YPF “se ve muy influida por el precio internacional del petróleo que, en torno a u$s40 el barril, hace que no sea viable la extracción en Vaca Muerta”.
Por fundamentales y pese a tener más del 95% de ingresos regulados, el analista de Allaria Ledesma ve un mayor potencial de suba en Transportadora de Gas del Norte, frente a otras empresas del sector. Sin embargo, aclara que es una compañía que no cotiza en Wall Street, por lo que en el último tiempo han tardado en acompañar la dinámica del S&P Merval.
Otra de las empresas que valoran los analistas es Central Puerto, la primera generadora de energía en ser privatizada. La compañía “tiene unidades de generación de energía nueva que pagan las industrias privadas y eso se vende a mejor precio”, subraya Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment. CEPU, como se la conoce en BYMA, ha invertido mucho dinero en energía renovable, lo que está dando sus frutos, ya que son proyectos con acuerdos específicos. Con los actuales ingresos “mantiene un EBITDA (resultados antes impuestos) razonable aún en este contexto”, destaca.
Vista Oil and Gas, la compañía liderada por Miguel Galuccio, se destaca por contar con una alta exposición a Vaca Muerta a través del desarrollo de su bloque Bajada del Palo Oeste (BPO).
Su ADR (cotiza como CEDEAR en BYMA) acumula una caída del 65% en dólares desde la ampliación de capital que llevó adelante en agosto 2019, ofreciendo retornos atractivos ante una potencial recuperación.
“Cuenta con una sólida posición financiera, la cual logró forjar en 2019 a través de la oportuna emisión de acciones en Nueva York y la emisión de deuda en el mercado local”¸ describe el analista de Portfolio.