OMRI WALLACH
Tras el desastre nuclear de Fukushima en Japón en 2011, el accidente nuclear más grave desde Chernobyl, muchas naciones reiteraron su intención de dejar de utilizar la fuente de energía.
Sin embargo, este sentimiento es todo menos universal: en muchas otras regiones del mundo, la energía nuclear todavía está aumentando y se espera que sea una fuente de energía clave en las próximas décadas.
Utilizando datos del Power Reactor Information System , mantenido por el Organismo Internacional de Energía Atómica, el mapa de arriba ofrece una visión completa de dónde están hundiéndose los reactores nucleares y dónde residirá la capacidad futura.
A pesar de una caída en la capacidad total y los reactores activos el año pasado, la energía nuclear aún generó alrededor del 10% de la electricidad mundial en 2019.
Parte del aumento de capacidad se produjo cuando Japón reinició algunas plantas y los países europeos buscaron reemplazar los reactores envejecidos. Pero la mayor parte del crecimiento se debe a la puesta en funcionamiento de nuevos reactores en Asia y Oriente Medio.
China pronto tendrá más de 50 reactores nucleares, mientras que India se convertirá en uno de los diez principales productores una vez que se complete la construcción de nuevos reactores.
La ligera tendencia a la baja de 450 reactores en funcionamiento en 2018 a 443 en 2019 fue el resultado de los continuos cierres en Europa y América del Norte. Hogar de la mayoría de los reactores del mundo, los dos continentes también tienen los reactores más antiguos , y muchos están retirados.
Al mismo tiempo, los países europeos están a la cabeza de la reducción de la dependencia de la fuente de energía. Alemania se ha comprometido a cerrar todas las plantas nucleares para 2022, e Italia ya se ha convertido en el primer país en cerrar por completo sus plantas.
A pesar de liderar los cierres, Europa sigue emergiendo como la región más dependiente de la energía nuclear para la mayoría de la producción y el consumo de electricidad.
Además, algunos países están comenzando a reevaluar la energía nuclear como medio para combatir el cambio climático. Los reactores no producen gases de efecto invernadero durante su funcionamiento y son más eficientes (y más seguros ) que el viento y la energía solar por unidad de electricidad.
Ante los elevados requisitos de reducción de emisiones, una variedad de países están buscando expandir la capacidad nuclear o comenzar a planificar sus primeros reactores.
Para aquellas partes interesadas en los beneficios de la energía nucleoeléctrica, los accidentes del pasado también han llevado a impulsar la innovación en el campo. Eso incluye estudios de reactores nucleares en miniatura que son más fáciles de administrar, así como reactores de tamaño completo con medidas de redundancia sólidas que no se funden físicamente.
Además, algunos reactores se están diseñando con la intención de utilizar los desechos nucleares acumulados —un subproducto de la energía nuclear y la producción de armas que a menudo tenían que almacenarse indefinidamente— como fuente de combustible.
Con algunas regiones apuntando a reducir la dependencia de la energía nuclear, y otras comenzando a abrazarla, el panorama seguramente cambiará.