VÍCTOR GOBITZ*
Desde el inicio de la pandemia, el sector minero peruano ha venido desplegando múltiples esfuerzos para ayudar a las poblaciones vinculadas a sus proyectos y operaciones, con el objetivo de paliar de alguna forma los estragos de esta crisis social y económica que enfrenta nuestro país.
Un ejemplo de ello es lo realizado por Hudbay Perú, que opera la unidad minera Constancia en Chumbivilcas (Cusco) y que viene respaldando a esta provincia no solo con la donación de alimentos, insumos biomédicos o implementos de seguridad, sino también a través de diversos proyectos en el sector salud.
Recientemente se obtuvo la aprobación de un estudio técnico, financiado por Hudbay con un valor de S/. 1.2 millones, para la construcción del Hospital Santo Tomás, que beneficiará a miles de cusqueños. Además, esta empresa viene desarrollando otras iniciativas para propiciar la reactivación económica del Corredor Minero del Sur.
Y es que en este corredor es necesario articular esfuerzos entre el Estado y las empresas, para cerrar las brechas existentes en esta zona del país. Recordemos que allí se encuentran importantes operaciones cupríferas como Las Bambas o Antapaccay. Esta última sufrió un bloqueo hace poco por parte de la población de Espinar que exigía un bono de 1,000 soles.
Lo de Espinar es una señal de lo que podría suceder más adelante en el país si no se toman las medidas adecuadas para atender las demandas sociales existentes, más aún en un escenario complejo como el actual. En ese sentido, esperamos la pronta atención del gobierno a través de una estrategia sostenible que equilibre la reactivación económica, la salud y el diálogo permanente.
De otro lado, es importante mencionar la influencia indirecta que han tenido las exportaciones mineras en la estabilidad macroeconómica del país en las últimas décadas, específicamente en indicadores como el tipo de cambio y el riesgo país. Este último se mantiene como el más bajo de la región a pesar de la pandemia.
Si bien se ha visto esta semana la devaluación del sol frente al dólar norteamericano y un ligero incremento del riesgo país (que determina si en un país existe un escenario óptimo para la inversión o no) debido a factores temporales, consideramos que esta tendencia se revertirá con el respaldo de las divisas que traerá nuestra industria minera hasta el cierre del año.
Finalmente, esperamos una mayor fiscalización de parte del gobierno peruano para frenar el avance de la minería ilegal en la región Piura, en zonas como Tambogrande o Las Lomas. Este es un problema que merece una mayor atención de nuestras autoridades, debido a los impactos sociales y ambientales que conllevan estas actividades en nuestro país.
*Presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú