IRINA SLAV

Es uno de los yacimientos de shale más abundantes del mundo, con reservas de petróleo de hasta 16 mil millones de barriles y reservas de gas de 308 billones de metros cúbicos, recursos que podrían garantizar la independencia energética de un país y convertirlo en un importante proveedor internacional de petróleo y gas. 

Pero solo si el precio es el adecuado.

Vaca Muerta fue la esperanza de Argentina de independencia energética e incluso de éxito internacional como exportador de petróleo y gas. Pero eso fue antes de la caída del precio del petróleo y antes de otra crisis financiera en el país sudamericano que ralentizó las inversiones en energía. Sin embargo, las grandes petroleras no se van de Argentina, lo que sugiere que todavía hay beneficios por cosechar de su presencia en la formación Dead Cow.

Exxon recibió a principios de este mes una licencia de exploración para un bloque en Vaca Muerta por parte del gobierno provincial de Neuquén. La noticia es importante ya que la licencia llega en medio de un cambio en toda la industria del crecimiento a la reducción, con recortes de costos en todos los lugares donde se pueden recortar, proyectos que se retrasan, especialmente proyectos de exploración, y planes de inversión que se revisan radicalmente.

La licencia que obtuvo Exxon es a largo plazo, por 35 años. Como parte del acuerdo, Exxon perforará y completará dos pozos durante los próximos cuatro años. Si estos arrojan resultados positivos, el supermayor perforará hasta 44 pozos.

Es demasiado pronto para elogiar a Exxon por no renunciar a Vaca Muerta, pero la nueva licencia es una señal positiva para el futuro a largo plazo, si no a corto plazo, del juego de esquisto. Otro supermajor que está apostando por el atractivo a largo plazo de Vaca Muerta es Shell. El supermajor angloholandés dijo recientemente que retrasaría algunos proyectos en la obra, pero que no desaparecería.

“A largo plazo, Vaca Muerta tiene la capacidad de ser competitivo [internacionalmente]”, dijo a los medios de comunicación el presidente de Shell Argentina, Sean Rooney, a principios de este mes. "Estoy seguro de que estamos viendo un retraso de uno a dos años hasta que podamos reanudar nuevas inversiones".

Infografía diciembre 2019

El desarrollo de Vaca Muerta, incluso antes de la última colosal caída de la industria petrolera, se vio empañado por varios desafíos. 

Por un lado, los costos de producción eran demasiado altos debido a la falta de infraestructura y al hecho de que cosas como la arena y el agua tenían que transportarse a largas distancias para llegar a los pozos. 

Por otro, el gobierno reformista del presidente Mauricio Macri  a favor de las empresas que perdió las últimas elecciones con otra crisis financiera que sacudió a Argentina, lo que frenó el apetito de expansión en Vaca Muerta, especialmente después de que el nuevo gobierno presentara a la ex presidenta, Cristina Fernandez, como vicepresidenta, tal como detalló el corresponsal de América Latina, Matthew Smith para Oil Price.

Fernández lideró la nacionalización de En estos casi 12 años no hubo ninguna inversión material en nueva capacidad de níquelen 2012 y ahora generó preocupación entre las empresas de energía de que el nuevo gobierno podría embarcarse nuevamente en una agenda intervencionista a pesar de las garantías del vicepresidente de que este no sería el caso, señaló Smith.

A pesar de todos estos problemas, no todo está perdido. Los costos de producción han estado cayendo en Vaca Muerta, por lo que la mejora en los precios del petróleo que hemos visto desde los mínimos de esta primavera motivaría algunas perforaciones. Según un analista de Wood Mackenzie, mientras el Brent esté por encima de los 30 dólares el barril, las partes más desarrolladas de Vaca Muerta volverían a tener sentido económico, informó Bloomberg en abril. El Brent no cotiza por encima de los 40 dólares el barril y, si bien esto puede ser demasiado bajo para los productores de Oriente Medio, es lo suficientemente alto para algunos proyectos de Vaca Muerta.

Además de la favorable evolución de los precios, el presidente Alberto Fernandes se ha comprometido con la industria energética a respaldarla con una nueva legislación que salvaguarde las inversiones ya realizadas en el shale play. Algunos argumentan que estas salvaguardas no serán suficientes para estimular más perforaciones, comprometiendo no solo la entrada de Argentina en el mercado internacional del petróleo, sino también su independencia energética, especialmente en gas. Otros creen , basándose en la presencia continua de los supermajors en la obra, la Vaca Muerta podría convertirse en la próxima Pérmica, solo que con costos de producción aún más bajos.

Según estimaciones del gobierno de hace un par de años, Vaca Muerta impulsó la producción nacional de petróleo a alrededor de 1 millón de bpd y la producción de gas a 260 millones de bpd para 2023. La principal energética estatal YPF tenía planes para expandir su capacidad de exportación de GNL, aunque tuvo que reducirlos. este año, ya que el exceso de GNL afectó los precios. Shell también ha tenido que revisar sus planes para impulsar la producción de Vaca Muerta a 40.000 barriles de petróleo equivalente por día para 2021. Otros también han retrasado los planes de crecimiento. Pero ninguno ha salido de la obra todavía.

Actualmente hay ocho equipos de perforación en Vaca Muerta, según medios argentinos . Eso es menos de 36 en noviembre del año pasado. Por supuesto, casi nadie hubiera esperado que el juego de esquisto no se viera afectado por las últimas tormentas de petróleo y gas a nivel mundial. Y, sin embargo, Shell y Equinor se asociaron en enero para comprar un nuevo bloque en Vaca Muerta de Schlumberger. Es cierto que en enero nadie tenía idea de lo que vendría en marzo y abril, pero en Argentina las cosas ya eran difíciles para las empresas de petróleo y gas. Esa adquisición y ahora la nueva licencia de Exxon para perforar sugieren que, a pesar de los múltiples desafíos, la vaca muerta todavía tiene un potencial lo suficientemente rico como para compensarlos.