DANIEL BOSQUE
"Tenemos la solución", ha dicho el tanque de ideas para la minería del Partido Justicialista, corporizado en este momento de la historia por el conocido consultor Favio Casarin. La receta no es otra que una propuesta de crear sociedad mixta, con el Estado Nacional como factótum y aglutinador, las provincias (partners necesarios, por ser als dueñas de los recursos minerales) y la apertura al capital privado.
Casarin, de conocida trayectoria en empresas mineras privadas y órganos estatales, develó ayer su proyecto denominado Compañía Argentina de Minerales S.A., que propone aplicar a la minería la receta que tanto se escucha en el peronismo por estos días. Consolidar al Estado como "motor del desarrollo" y despejar la pista de dos grandes que según esta mirada estarían le impidiendo avanzar a la minería argentina : la dificultosa licencia social y la incertidumbre macro por el devenir del país.
Casarin y los otros contertuliosde ayer - el catártico Héctor Laplace, el nostálgico José Luis Gioja y el más técnico uranífero Juan Álvarez- enumeraron con más o menos acentos lo que el peronismo hizo bien y lo que en este país se ha hecho mal. Otro viejo conocido de la política minera, el chubutense Oscar Cretini, ofició de moderador. (Escuchar los audios al final de esta crónica)
Alberto Hensel, secretario de minería de la Nación, abrió el seminario "Proyecto Públicos-Privado Presente y Futuro. Modelo Nacionales" con palabras de circunstancias pero tras hablar abandonó el streaming. Pirueta política que le permitirá decir que no necesariamente suscribe lo propuesto por Casarin. La autoridad minera tiene hoy otro evangelio, el conocido Programa Estratégico de Desarrollo Minero Argentino (PEDMA), que actualmente transita por la fase de las llamadas Mesas Facilitadoras intersectoriales.
¿Qué propuso Casarin? Entre todos los tips, el más saliente es el del 51% de capitalización de acciones por parte del Estado (26% de la Nación y 25% de las provincias). El 49% restante sería ofertado al capital privado, preferentemente a fondos nacionales.
La utopía perenne del peronismo.La historia argentina es rica en atisbos menores de construir una burguesía nacional minera, porque la renta más constante y sonante siempre se orientó hacia el agro, la industria, los servicios y las finanzas, desde la apertura global diseñada por la Ley de Inversiones Mineras o 24.196 del menemismo, pocos se animaron a romper con la inercia de la división internacional del trabajo.
El más saliente fue el grupo Pérez Companc, en el arranque de Cerro Vanguardia. Otros grupos no peronistas como Miguens-Bemberg (Patagonia Gold) y Macri (Geometales) se animaron al negocio de exploraciones y explotaciones mineras. En cambio, en el mundo de los suministros de bienes y servicios a la minería, Argentina muestra un notable desarrollo de proveedores nacionales, lo que se traduce en las conocidas pujas interprovinciales por el "compre local".
"Es el modelo chino pero sin chinos", comentaron ayer a Mining Press diversos referentes empresariales del sector, en alusión a la tenencia de la mitad más uno del capital de la nueva e hipotética sociedad. En las vísperas del anuncio, la catamarqueña y ex gobernadora Lucia Corpacci les bajó el pulgar. La pregunta que se hacen la política y las empresas es si este nuevo reparto de la renta realmente será capaz de generar nuevos y buenos negocios.
Habrá que ver qué sustento y suerte tiene este sueño minero peronista que ayer tomó estado público en un webinar que atrajo a 150 participantes, entre los cuales había políticos, profesionales y peronistas, pero ningún empresario importante, por aquello de que estar allí pudiera ser entendido como suscribir ideas.
Casarin aclaró que la empresa minera mixta no debe ser leída, "como dijeron algunos medios", como una minera estatal. "No conozco ningún animal con hocico, que ladre y mueva la cola que no sea un perro o un lobo", comentaba con picardía un viejo analista del sector, tras el anuncio.
Continuará.
