Es una fotografía que aparece casi exactamente un semestre después de que se conociera el primer caso de coronavirus en Chile. Un sondeo realizado por la Mutual de Seguros de Chile, la empresa Cadem y la Universidad Adolfo Ibáñez buscó ahondar en las expectativas, miedos y problemas que ven los chilenos entre 25 y 60 años en momentos en que la pandemia ha sido el tema dominante del año .
Y los resultados apuntan a una inquietud extendida en un punto: sueldos y empleo. El 43% de los consultados mencionó este tema entre las dos principales preocupaciones de la región donde vive. Es la primera opción, con bastante distancia del segundo problema reportado, que es el coronavirus (25%), seguido de la delincuencia y las drogas (24%) y la desigualdad (23%).
“Los chilenos enfrentamos una triple crisis que ha derrumbado certezas fundamentales: la crisis social de octubre pasado, el shock sanitario del coronavirus y ahora la crisis económica”, dice Roberto Izikson, gerente de Asuntos Públicos de Cadem. “En este contexto, ya pesar de que todavía existe un alto temor a la posibilidad de contraer el virus, después de seis meses de pandemia los efectos de la crisis se han internalizado y la gente comienza a asimilar las formas posibles de convivir con él. Pero, a contraposición, las cuarentenas prolongadas han generado efectos catastróficos en nuestra economía ”, agrega.
Alejandro Montecinos, director de la Escuela de Negocios de Viña del Mar de la UAI, complementa dicho análisis. “La crisis sanitaria pasó a ser crisis económica. A multas de febrero de 2020 la principal amenaza del corto plazo para los chilenos que tenían su trabajo, que podían trabajar y gastar, era la posibilidad de enfermar. Con casi 1,8 millones de empleos destruidos a nivel nacional, hoy el riesgo de falta de ingreso y sus consecuencias parece mayor que el riesgo y consecuencias de contraer Covid-19 ”, plantea.
Si se mira por tramos de edad, hay diferencias interesantes: los mayores de 55 años son quienes tienen más preocupación por los efectos del virus (29%), la inquietud por sueldos y empleo es mayor entre personas entre 35 y 54 años (47% ), y en los encuestados entre 25 y 34 años el segundo problema que se menciona después del de los salarios y el trabajo no es el Covid-19, sino que la desigualdad (28%).
Pero, además, la encuesta tiene una particularidad. Por pedido de la Mutual de Seguros de Chile, se realizó submuestras específicas a nivel regional que permiten desglosar la opinión tanto de la Región Metropolitana como de las otras seis regiones más pobladas del país: Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Biobío, La Araucanía y Los Lagos.
Esto permite apreciar, por ejemplo, detalles como que la percepción del coronavirus como un problema aumenta en las zonas que han tenido brotes más fuertes en los meses previos al estudio, como son Antofagasta, Coquimbo y Los Lagos. A su vez, el tema del empleo baja su porcentaje en zonas como la Región Metropolitana o Antofagasta, superando el 50% de las respuestas en Coquimbo, Valparaíso, Biobío y La Araucanía.
“La idea es desarrollar un instrumento anual que nos permita generar mediciones que puedan aportar la toma de decisiones, recogiendo la inquietud de los chilenos, especialmente de regiones, donde el sondeo revela que hay temas particulares que les preocupan o que son diferentes respecto de otras zonas del país ”, explica el gerente de la Mutual de Seguros, Patricio Martínez.
Un ejemplo de estas diferencias es la sequía, que aparece mencionado como problema por un alto porcentaje en Coquimbo (29%) y Valparaíso (20%), pero que baja radicalmente en la capital (2%). Santiago, a su vez, tiene el mayor porcentaje que menciona la delincuencia (32%, empatado con empleos) y la desigualdad (29%) entre las principales preocupaciones. Y el medioambiente aparece con importancia sobre 10% en las regiones del sur y Antofagasta.
“Producto del centralismo, las regiones tienen poco acceso a información y, por lo tanto, eso dificulta la toma de decisiones locales. Independiente de que hay muchos temas que son transversales al país, muchas regiones viven y tienen temas muy particulares y que este estudio logra reflejar ”, dice Izikson.
Otra consulta del sondeo apuntó a los sueños y aspiraciones de los chilenos. Lo más mencionado fue la estabilidad laboral (30%) y el adquirir un bien (28%). Esta última respuesta fue la más mencionada en el grupo entre 25 y 34 años (39%), así como entre quienes viven en la RM (30%).
En temores e incertidumbres, la estabilidad laboral y la pandemia empatan en menciones, ambas con 29%. Luego, vienen como preocupaciones la delincuencia (17%) y la inestabilidad económica (16%).
“El nivel de desempleo es igual al que tenía el país en 1986, el 70% declara reducciones de ingresos de magnitudes importantes y crece la amenaza de perder todo lo que la clase media había conseguido avanzar en los últimos años. Es por esta razón que el desempleo y el empleo pasan a ser hoy la primera prioridad y el principal desafío del gobierno ”, apunta Izikson.
Y también se preguntó por la percepción de la calidad de vida. El 46% señala que, respecto de un año atrás, esta ha empeorado; el 25% dice que mejoró y el 29% afirma que se ha mantenido igual. Donde sí hay un amplio consenso es en la expectativa del futuro: el 90% espera que en un año más su calidad de vida mejore algo o mucho.
“Las diferencias regionales en la calidad de vida, problemas, sueños y temores son importantes en tanto que representan diferencias en lo largo de nuestro territorio”, dice Alejandro Montecinos. “Mirar estas diferencias nos abre a considerar que un mismo problema puede tener distintas soluciones en distintas regiones”.
El Día
Luego de dos meses de debate, el Congreso despachó el proyecto de modernización de esta legislación que contempla, por un lado, extender la duración de la suspensión de contrato y reducción de jornada hasta por 5 meses más, y por otro, flexibilizar los requisitos de acceso al Seguro de Cesantía.
Finalmente, tras dos meses de discusión, la Cámara de Diputados aprobó este martes el informe de la Comisión Mixta que resolvió las diferencias surgidas entre ésta y el Senado, y da el visto bueno a los cambios propuestos a la Ley de Protección del Empleo, flexibilizando los requisitos de acceso e incrementando las prestaciones que entrega el Seguro de Cesantía.
Además, faculta al poder ejecutivo a aumentar en 5 meses la vigencia de esta ley, con la que se busca impedir un salto abrupto del desempleo en el país a través del mecanismo de la “suspensión” de contrato bajo diferentes modalidades.
Lo cierto es que las modificaciones a esta ley, eran fuertemente demandadas, tanto por trabajadores como por los propios empresarios, pues el fin de su vigencia, prevista para octubre, podía dejar a miles de trabajadores en la calle y sin poder acceder a las prestaciones y complementos del Seguro de Cesantía durante la crisis sanitaria actual.
Un primer cambio que se aprobó corresponde a los requisitos de acceso al Seguro de Cesantía.
Así, muchos trabajadores desempleados, que teniendo fondos en su cuenta individual del seguro de cesantía no podría acceder a ellos porque no cumplían con ciertos requisitos, ahora sí lo van a poder hacer. Con este proyecto, los requisitos para acceder a esos fondos se igualan de hecho, con la ley de protección del empleo.
"Es decir, 3 cotizaciones continuas anteriores al termino del contrato, o 6 cotizaciones continuas o discontinuas en los últimos doce meses anteriores al termino del contrato, siempre que las últimas dos sean con el ultimo empleador", explica el seremi del Trabajo, Matías Villalobos .
Otro cambio aprobado es el que eleva el máximo de giros hasta 7 sin hacer distinción entre trabajadores con contrato indefinido, fijo, o por obra o faena, como establece la ley original.
“Recordemos que el número máximo de giros implementados eran originalmente 5. Pero ahora, se suman dos giros adicionales que no estaban originalmente contempladas en la ley. Pero además, la tasa (montos a entregar) no va a bajar más allá del 55% (del salario imponible) hasta el quinto giro. Y ya el sexto y séptimo giro va a quedar en un 50% de la renta imponible ”, agrega el seremi.
Respecto a la ley en sí, la reforma faculta al Ejecutivo a aumentar en hasta 5 meses la vigencia de la Ley de Protección del Empleo para que los trabajadores puedan optar a la suspensión de contrato hasta el mes de febrero de 2021 que originalmente terminaba ahora, en octubre.
“Esta iniciativa va a permitir que por un acto administrativo, es decir, por un decreto del Ministerio de Hacienda en conjunto con el Ministerio del Trabajo, se puede ampliar la duración de la suspensión y de la reducción (de jornada) por hasta 5 meses más ”, complementa el seremi Matías Villalobos.
“Asimismo”, agrega “incrementa el tiempo para poder solicitar la reducción de la jornada laboral hasta julio del próximo año, plazo que también podría llegar a incrementarse por cinco meses más”.
En efecto, el incremento de tiempo para los pactos de reducción temporal de la jornada de trabajo que originalmente era hasta el mes de junio del próximo año, se va a poder extender hasta multas del año 2021 inclusive.
“Con esto seguimos extendiendo la protección a aquellos trabajadores que actualmente están con suspensión o con pactos de reducción temporal de jornada y además facilitamos que millas de trabajadores más que actualmente están desempleados -y no pueden acceder a los fondos que tenían acumulados en la AFC- con la flexibilización de estos requisitos para poder acceder a ingresos ”, señaló al respecto, el titular regional del Trabajo.
Durante la discusión de las reformas, uno de los puntos que fueron planteados y que finalmente se aprobó, corresponde a la situación de las trabajadoras de casa particular.
Así, se estableció que, para efectos de calcular el Ingreso Familiar de Emergencia, todas las trabajadoras que se encuentran con sus contratos suspendidos en virtud de la ley de protección del empleo, y que no se encuentran percibiendo renta, “se establece que no se va a tomar este subsidio que ellas están percibiendo, como cálculo para el IFE ”, explica Villalobos.
“Es decir, respecto al beneficio del IFE, ellas deben recibir por completo, sin considerar el subsidio que están recibiendo por medio de la ley de proyección del empleo”, complementó el seremi.
Pero no es lo único, pues se debe señalar que durante la tramitación del proyecto, el ejecutivo se comprometió a enviar un nuevo proyecto de ley para incluir a las trabajadoras de casa particular en los beneficios del Seguro de Cesantía, iniciativa cuya idea de legislar fue aprobada por la Comisión del Trabajo del Senado.