Tras corregirse el índice del banco JP.Morgan tras los recientes canjes de deuda realizados con éxito por el país
MATÍAS BARBERÍA
El banco JP Morgan incorporó los nuevos bonos surgidos del canje de deuda regida por ley extranjera a la cartera de activos con la que calcula el EMBI+ Argentina, el riesgo país. De esa manera, el indicador que mide el diferencial de rendimiento entre la deuda argentina y emisiones similares de los Estados Unidos cae a su menor nivel en un año, pero todavía no logra alcanzar la cifra en la que estaba antes de las elecciones primarias del año pasado.
El riesgo país de Argentina recorta 1.064 unidades en las primeras operaciones del día de hoy para quedar en 1.083 puntos, según operadores citados por Reuters. No se trata de una reducción abrupta en el riesgo que asigna el mercado a las emisiones de deuda de la Nación, sino de la incorporación al índice de los seis bonos en dólares que emitió el país a cambio de viejos títulos ley extranjera que entraron al canje. Con nuevos plazos, cupones más bajos y cuatro años de vencimientos de deuda suaves, la reestructuración de deuda aleja el horizonte de posibles problemas de pago para el Tesoro argentino, las tasas de los títulos de deuda se adaptan a ese nuevo escenario y el riesgo país ajusta en consecuencia.
Los nuevos bonos del canje dan sus primeros pasos en el mercado. En los primeros días de operaciones, se comenzaron a transar en pleno el martes luego del feriado del Labor Day de Wall Street.
“Los bonos en dólares mantienen un bajo volumen de operaciones y no muestran una tendencia definida, sin embargo, podemos mencionar que los legislación extranjera se operaron en niveles de tasa de entre 11,5% y 12,5% mientras que los legislación argentina lo hicieron en niveles de entre 11,25% y 12%", resumió el informe diario de SBS de ayer.
El riesgo país, o índice EMBI+ Argentina, es una referencia que compara la tasa que pagan los bonos del Tesoro de la Argentina respecto de la que ofrecen títulos similares de los Estados Unidos, considerados como de riesgo cero. En base a una cartera de bonos, JP Morgan calcula un rendimiento promedio de los bonos argentinos y le resta el riesgo cero estadounidense como medida de qué tanto premio, y que tanto peligro, ofrece la deuda de un país para los inversores.
Así como el recorte de 2.147 a 1.083 unidades de hoy refleja el nuevo punto de partida para la deuda recién emitida en el contexto del canje, también pone en perspectiva la salud financiera por la que transita el Tesoro a pocos días de haber resuelto su noveno default.
Las 1.083 unidades a las que se mueve el riesgo país hoy comparan con los 872 puntos que marcaba el EMBI+ Argentina el 9 de agosto de 2019, último día hábil previo a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del año pasado. Un mercado que apostó a un empate técnico resultó sorprendido por la abrumadora ventaja del entonces candidato Alberto Fernández y se desplomó el lunes siguiente, 12 de agosto de 2019. El riesgo país subió ese día 595 puntos para quedar en 1.467 unidades. Un nivel que se fue incrementando hasta tocar los 4.362 el 23 de marzo último, cuando las negociaciones con acreedores privados no encontraban rumbo todavía.
La expectativa en el mercado para lo que viene es positiva, aunque está lejos de una apuesta eufórica. Los analistas esperan que el riesgo país se mueva hacia abajo, pero también esperan que el camino sea lento.
“Si bien la dinámica macro de corto plazo es compleja y tiene particular importancia para determinar las valuaciones de la deuda en pesos y el tipo de cambio, creemos que tiene una menor incidencia a la hora de pensar el crédito soberano. Con un perfil de vencimientos bastante despejado en los próximos años, las valuaciones de los nuevos bonos deberán pensarse con el rumbo general de la economía, cuyo destino estará marcado por el programa que se deberá negociar con el FMI”, explicó un informe de Consultatio Financial Services.
“La estructura de los nuevos bonos y un contexto global donde predomina la búsqueda de rendimientos ayudan a fortalecer nuestro argumento principal: los nuevos bonos en dólares pueden seguir comprimiendo rendimientos en el mediano plazo”, agregaron.
MARTÍN KANENGUISER
La Argentina volvió a presentar en agosto la segunda inflación más alta de la región y una de las más altas del mundo, en un contexto global que casi no registra alza de precios.
Las consultoras y bancos estimaron que el IPC del mes pasado rondó el 2,8% y acumuló una suba del 19% desde enero y del 41% en los últimos 12 meses. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dará a conocer la cifra el jueves 16 de este mes. En particular, Seido estimó un alza del 3,5%, Econviews del 3%, Ecolatina y Eco Go del 2,6% y C&T del 2,2 por ciento.
Las proyecciones de los analistas de bancos y consultoras, en promedio, estiman que llegará al 43,9% a fin de 2020 según Latinfocus (37,8% en el caso del Relevamiento de Expectativas del Mercado que elabora el Banco Central), pero el Citi prevé un 52,6%, Euromonitor 46,8%, Moody’s 47,9%, Fitch 45,9 y Abeceb el 39,1 por ciento. Para el año próximo, el promedio es del 45,9%, aunque el Citi se estiró hasta el 63,5%, BancTrust el 61%, Empiria el 55,4% y Torino Capital el 32,7 por ciento.
Para llegar al 38% a fin de año, los analistas prevén que en el último cuatrimestre la inflación rondará el 4% mensual; sin embargo, el Gobierno sigue demorando los aumentos en los precios finales y mantiene su tablita de devaluación controlada para que el IPC vuele bajo.
Según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), este año, con un 39,5%, la Argentina ocupará el octavo lugar en el ranking de inflación mundial, detrás del 15.000% de Venezuela, Zimbabue, Sudán, Surinam, Yemen, Irán y Sudán del Sur.
Esto ubicó al país por segundo año consecutivo en el segundo peor lugar en el ranking de miseria económica que elabora Bloomberg, después de Venezuela.
Hasta ahora, se conocieron varios resultados oficiales de la región de agosto. Entre ellos. Uruguay exhibió una inflación del 0,5% el mes pasado, del 7,9% desde enero y del 9,7% en los últimos 12 meses.
En Paraguay fue del 0,5%, del 0,2% en ocho meses y del 1,6% en el último año. En Chile, llegó al 0,1% el mes pasado, al 1,4% desde enero y al 2,4% en el último año. En el caso de Bolivia, fue del 1,4% y del 0,5% en el ultimo año.
En Perú hubo deflación del -0,1% y una suba del 1,7% en los últimos 12 meses. También en Ecuador se registró una baja el mes pasado, del -0,7%, acumulando una deflación de -0,7% en el último año.
En América Central, Honduras registró el 0,18% y el 2% interanual, mientras que en Costa Rica hubo una deflación del -0,07% y del -0,17% en el último año. Resta conocer, entre otros el IPC de Nicaragua, que julio aumentó el 0,8% y el 1,3% desde enero.
Un hombre hace compras en un supermercado en Caracas (Venezuela). Venezuela. EFE/ Rayner Peña/Archivo
Resta saber, entre otros, los índices de Brasil, México y Venezuela del mes pasado. El país gobernado por Nicolás Maduro tiene el récord mundial de inflación. En julio informó una inflación del 19,6%, mientras que para la Asamblea Nacional fue del 55%; a nivel anual, las cifras fueron de 2.358% y 9.585%, respectivamente.
Al respecto, hoy se conocerán los datos oficiales de México (sería del 0,4% y del 4% en el último año, según el Itaú) y Brasil (0,2% y 2,4%).
Tendencia a la baja
Un informe del banco Itaú indicó que, aunque en los primeros meses de la pandemia se notó una tendencia claramente deflacionaria en casi todo el mundo por el shock negativo sobre la oferta y la demanda, en julio este resultado cambió levemente en los países que apelaron a un fuerte estímulo fiscal y que comenzaron a exhibir algunas tímidas señales de reactivación económica.
En particular, expresó que las transferencias directas que recibieron las personas de menores recursos en la mayoría de los países -como el Ingreso Familiar de Emergencia en la Argentina- ayudaron a mitigar este reciente incremento en los precios y, a la vez, permitieron sostener una parte de la demanda que había caído en forma brutal desde marzo último.
Además, se nota una clara brecha entre la baja del precio en los servicios (por demanda) y la suba en los bienes (por cuestiones de oferta), acotó el informe del principal banco privado brasileño.
En la zona de los países desarrollados, en el último año Estados Unidos registró una inflación del 1%, Europa del 0,3% y Japón del 0,3 por ciento, respectivamente.
Los agentes del mercado y los analistas prevén que la política de tasa cero se mantendrá por bastante tiempo mientras persista la crisis global y advierten que en el futuro no muy lejano habrá una ola de alto endeudamiento soberano y déficit fiscal que podrían generar una suba en los intereses. Pero eso ocurriría en unos años y, por ahora, no le preocupa a ningún actor relevante de la política pública global; la Argentina, al parecer, también marca diferencias en este sentido.